sábado, enero 30, 2021

¿Has oído esto? Diez podcasts sobre comunicación política para escuchar en 2021


Publicado originalmente en La Revista de ACOP Núm. 56 (Etapa 2, enero de 2021), pp. 58-61.

La radio es el medio de comunicación que te permite estar al día mientras paseas, cocinas o limpias la casa. En la era digital, la oferta de contenidos sonoros es más abundante y rica que nunca gracias a los podcasts, a los que puedes acceder desde distintas plataformas como Spotify o Apple Podcasts. Así que ponte los auriculares y prepárate para disfrutar de las voces, músicas, efectos sonoros y silencios relacionados con la comunicación política.

1.- Comunicación & Política
Por Paco Seoane para ACOP
El coordinador del comité académico de ACOP y profesor universitario Paco Seoane reúne cada mes a periodistas, politógos, historiadores y juristas para abordar la actualidad de la comunicación política, con especial atención a España y América Latina. Por sus micrófonos han desfilado investigadores de Argentina, Venezuela, México, Colombia y Estados Unidos, abordando temas como la crisis del coronavirus, la legitimidad de la Monarquía española, las revoluciones populares en Bielorrusia o el fenómeno VOX. Incluye un avance con los contenidos de La Revista de ACOP.

2.- Four More Years
Por Cadena SER y The Hispanic Council
El ex presidente de ACOP y actual presidente de The Hispanic Council, Daniel Ureña, dirige este recorrido sonoro por las campañas presidenciales de Estados Unidos desde 1952 a 2016, esto es, desde las primeras elecciones televisadas a los comicios que ganó Trump en pleno auge del populismo digital. Con la participación del periodista Gonzalo Altozano y de Rafa Panadero, Jefe de Internacional de la Cadena SER.

3.- Social Media and Politics
Por Michael Bossetta
El politólogo de la Universidad de Copenhague entrevista a académicos y profesionales de la minería de datos para comentar las implicaciones de la tecnología digital para la comunicación política. Entre los entrevistados figuran investigadores de prestigiosas universidades anglosajonas y directores de campañas digitales de candidatos como Donald Trump o Pete Buttigieg.

4.- Talking Politics
Por David Runciman y Helen Thompson
Patrocinado por la revista London Review of Books, este podcast semanal a cargo de los politólogos de la Universidad de Cambridge David Runciman y Helen Thompson ofrece una mirada reflexiva de la actualidad política. De particular interés es su spin-off ‘Talking Politics: History of Ideas’, en el que Runciman repasa los clásicos del pensamiento político, desde Max Weber a Hobbes, pasando por Mary Wollstonecraft o Gandhi. Son auténticas clases magistrales, un suculento manjar sonoro para politólogos.

5.- Campaign HQ
Por David Plouffe
El que fuera director de campaña de Barack Obama conversa con colegas del espectro demócrata para analizar las elecciones presidenciales de 2020 desde el punto de vista demócrata. Uno de sus últimos entrevistados ha sido, cómo no, el mismísimo Obama. Plouffe tiene otro podcast con un asesor político republicano, Steve Schmidt, sobre la pugna entre los dos grandes partidos llamado ‘Battleground’.

6.- Wonks and War Rooms
Por Elizabeth Dubois
Esta profesora de la Universidad de Ottawa propone una fórmula interesante que entronca con la conexión académico-profesional que pretende fomentar ACOP: en cada episodio, Dubois explica un concepto de la teoría de la comunicación política (ej. permanent campaigns, issue ownership, etc.) y lo discute con un profesional del marketing político, ligando los libros de texto con la práctica en el día a día de la consultoría.

7.- Hacks on Tap
Por David Axelrod y Mike Murphy
Es lo más parecido a un beers & politics radiofónico. De hecho, los efectos sonoros de la cerveza vertiéndose sobre el vaso sitúan al consultor demócrata David Axelrod y a su homólogo republicano Mike Murphy en la barra de un bar, comentando las vicisitudes de la campaña presidencial estadounidense de 2020 en compañía de invitados como el ex alcalde de Chicago y efímero Jefe de Gabinete del Presidente Obama, Rham Emanuel.

8.- Politics War Room
Por James Carville y Al Hunt
El legendario Carville, el asesor que llevó a Clinton a la presidencia al grito de “¡es la economía, estúpido!” se une al periodista Al Hunt para comentar semanalmente la actualidad política estadounidense, con profesores, periodistas y políticos como invitados en cada sesión.

9.- Reliable Sources
Por Brian Stelter
El que fuera media correspondent del New York Times en compañía del malogrado David Carr ofrece en este podcast una versión más sosegada del programa semanal que conduce para el canal de televisión CNN. El foco está en la labor de los periodistas en la mediación de la política. Por el programa desfilan investigadores universitarios, directores de medios de comunicación y comentaristas políticos.

10.- Reuters Institute for the Study of Journalism
Por Oxford University
Por fin tenemos un instituto que ofrece estudios sobre el impacto político de los medios con una perspectiva global. Además de su Digital News Report anual, ahora contamos con un podcast en el que se desgranan los estudios auspiciados por este centro de investigación. Su el director, el profesor Rasmus Kleis Nielsen, mantiene charlas con destacados periodistas, como el ex director de The Guardian Alan Rusbridger.

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miércoles, diciembre 16, 2020

Diez conceptos clave de la década 2010-2020


Publicado originalmente en La Revista de ACOP (Núm. 55, Etapa 2, diciembre de 2020, pp. 52-56)

Para definir los diez conceptos clave en la investigación en comunicación política de la última década, he contado con la ayuda de otros miembros del Comité Académico de ACOP. A continuación los resultados de nuestro trabajo:

1.- Exposición incidental a las noticias: 

Las viejas revistas políticas decían aquello de que “informarse bien cuesta, pero compensa” para justificar el precio de sus ejemplares. Pero ahora una parte importante de la población tiene la impresión de que informarse no cuesta nada, que no requiere esfuerzo alguno. Ante la oferta infinita de contenidos, muchos optan por satisfacer sus necesidades más lúdicas, confiando en que, si son lo suficientemente importante para ellos, las noticias les llegarán de alguna forma. Esto es lo que se llama la ‘news finds me perception’, uno de los grandes conceptos de esta década acuñado por Homero Gil de Zúñiga et al. (2017). Pero esta exposición incidental tiene sus riesgos: aquellos que se dejan llevar por la marea de las redes sociales son más propensos a informarse por medios no convencionales (en muchos casos, quizá fake news) y a tener un menor conocimiento político que aquellos que buscan las noticias de forma activa.

2.- Polarización afectiva (Lidia Valera): 

Junto con el clásico fenómeno de la polarización ideológica -la tendencia de partidos y ciudadanos a abrazar posiciones más extremas-, asistimos a la consolidación de la polarización afectiva, a saber, la intensificación de emociones de rechazo hacia aquellos que consideramos integrantes de otras tribus morales o identidades ideológicas (Levendusky, 2017; Westwood et al., 2018; Wagner, 2020). Ello sucede porque las opiniones políticas están en última instancia sostenidas por emociones, de forma que los ciudadanos se integran en diversas comunidades de naturaleza afectiva. Paralelamente, la moralización de la vida política de las democracias y la creciente sentimentalización de la conversación pública -auspiciada por las tecnologías digitales-, han propiciado el auge del absolutismo moral, la discriminación ideológica y la intolerancia política (Viciana et al.2019). En España, por ejemplo, los ciudadanos están mucho más divididos por la ideología y la identidad que por sus posiciones en torno a políticas públicas (Miller, 2020). La democracia deviene, en definitiva, un “régimen afectivo” (Arias Maldonado, 2016), en el que antagonismo y la animadversión entre tribus morales obstaculizan el acuerdo moral y político.

3.- Métodos computacionales (Carlos Arcila): 

En el entorno de las grandes cantidades de datos, los métodos computacionales han contribuido con la actualización de los estudios en comunicación política. En primer lugar, los estudios de opinión pública se han visto beneficiados por la estimación de sentimientos en las redes sociales; en segundo lugar, la implementación de algoritmos (p. e. de recomendación o publicidad dirigida) y de robots productores de contenidos falsos en el marketing político han generado un importante reto para estimar el impacto que tienen los mensajes políticos en los ciudadanos por estas vías. La digitalización de las campañas políticas, así como la migración de muchos grupos de ciudadanos a la discusiones online, han generado la necesidad de ejecutar métodos computacionales para comprender la forma en que se desarrolla la comunicación política en las sociedades actuales. Las técnicas de big data incluyen el uso intensivo de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático en el la recolección, análisis y modelado de datos.

4.- Política Pop (Adriana Amado): 

La política pop sintetiza el fenómeno de los liderazgos mediáticos que caracterizó Giampietro Mazzoleni para Berlusconi en Europa y que tuvo exponentes en la América del siglo XXI como Hugo Chávez, Cristina Kirchner o Donald Trump. Se trata de una narrativa política, que atraviesa distintas ideologías partidarias, de izquierda a derecha, más allá del populismo político. Se trata del uso intensivo de la mediática política, en la que el líder se vuelve una marca más del espacio público. Sus consignas se apoyan en lugares comunes que ayudan a reforzar el antagonismo al definir como antipopular a cualquier postura contraria, como la antigua propaganda nacionalista. El poder del pueblo, que los pone por encima de cualquier institución, se exalta a través de la unanimidad exhibida en manifestaciones, festivales, campañas en redes que compiten en atención mediática a cualquier celebridad, a la que emulan al punto de convertir al líder en icono pop.

5.- Populismo (Miguel Ángel Simón): 

Lo primero que hay que señalar al abordar UNA definición de populismo es que no existe. No hay acuerdo académico sobre cómo definir este fenómeno camaleónico que, contrariamente a lo que se suele pensar, lleva ya más de un siglo entre nosotros. Algunos autores lo identifican con una determinada estrategia (Kurt Weyland et al), otros con un estilo socio-cultural concreto al hacer política (Pierre Ostiguy et al) y un tercer grupo los considera una particular ideología (Cas Mudde et al). Sin embargo, en los últimos años se ha ido abriendo paso una definición mayoritariamente aceptada, aunque no de un modo unánime, enunciada por el politólogo Cas Mudde y que, desde un enfoque “ideacional” entiende el populismo como “una ideología delgada, que considera la sociedad dividida básicamente en dos campos homogéneos y antagónicos, el pueblo puro frente a la elite corrupta, y que sostiene que la política debe ser la expresión de la voluntad general (volonté générale) del pueblo”. (Vid Mudde y Rovira, 2019 [2017]).


6.- Posverdad (Toni Aira): 

"Palabra del Año en 2016" según el diccionario de Oxford, hace tiempo que este concepto se ha convertido en un término habitual en la actividad política, en el lenguaje de los medios de comunicación y en el debate en las redes sociales. En esencia se refiere a una pseudo-realidad manipulada, distorsión premeditada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales. En una política donde el factor emocional gana peso frente al emocional, donde más sistemáticamente que nunca se apela a la razón a través de la emoción, la relativización adjunta que esto acarrea respecto de los datos y de la opinión de los expertos abre la puerta a este tipo de discurso donde, para definir la opinión pública, los hechos objetivos influyen menos que los argumentos que apelan a las emociones o las creencias.

7.- Discursos del odio: 

¿Se puede prohibir un sentimiento como el odio? Seguramente no, pero desde el trauma que supuso el Holocausto se cree que el odio, cuando se manifiesta públicamente hacia una minoría, es la antesala del genocidio. Mientras que la tradición norteamericana limita la libre expresión solamente en aquellos casos en los que se profiere una amenaza clara e inminente, la tradición europea quiere impedir discursos que, aunque no anuncien explícitamente violencia, contribuyan a crear un caldo de cultivo de odio contra un determinado grupo social. El problema es que la línea que separa la prevención de discursos de oprobio y la censura es muy fina. Es más, en algunos contextos, como advierte Cherian George (2016), los colectivos extremistas pueden exagerar su ofensa hacia ciertas expresiones críticas con sus creencias para endurecer las leyes contra el discurso del odio, hasta el punto de cercenar cualquier tipo de crítica a su extremismo.

8.- Mediatización: 

Dícese de la adaptación de los actores políticos a las formas de trabajar de los medios de comunicación, que se convertirían en las instituciones centrales en el proceso de comunicación política. La política se mediatiza cuando se somete a la lógica de los medios. Es un proceso tan antiguo como la popularización de los medios de masas: planificar los canutazos o sound-bites para las televisiones o diseñar la escenografía de los mítines pensando en los tiros de cámara serían ejemplos de mediatización.

9.- Platform politics

Es la mediatización de la era digital. Las redes sociales reemplazan a los viejos medios de masas como los principales canales de relación entre políticos y ciudadanos. Pero esta plaza pública digital es, si cabe, todavía menos plural que la analógica: unas pocas y corporaciones concentran de manera oligopolística la actividad política online, obligando a los actores políticos a asumir sus lógicas y sus normas. De ahí que dichas plataformas se vean obligadas a cierta forma de accountability (ej. la biblioteca de anuncios políticos de Facebook) o regulación del discurso (ej. los disclaimers de Twitter en los que se advierte que las afirmaciones de un presidente podrían no corresponderse con la verdad).

10.- Propaganda computacional (Paloma Piqueiras):  

De las investigaciones académicas que estudian la relación entre las ideas políticas y su circulación a través de las redes sociales, se ha desprendido un nuevo concepto: “propaganda computacional”. El término hace referencia al uso de algoritmos y automatización para distribuir deliberadamente información engañosa a través de internet (Woolley y Howard, 2016). De este modo, cuando nos referimos a la “propaganda computacional” estamos englobando en una única expresión todos los esfuerzos de manipulación y desinformación digital. La propaganda computacional es posible gracias a los bots, un software que recopila información sobre los usuarios de las redes y que, a continuación, haciéndose pasar por un usuario humano, emite mensajes, interactúa con contenido ajeno y aplica algoritmos de tendencias. Su alcance es de tal magnitud que un grupo reducido de personas pueden crear un ejército de bots con la intención de usarlos como herramienta de manipulación política a gran escala.



Referencias:

Arias Maldonado, Manuel (2016). La democracia sentimental: Política y emociones en el siglo XXI. Barcelona: Página Indómita.

George, Cherian (2016). Hate spin: The manufacture of religious offence and its threat to democracy. Cambridge (Massachusetts): The MIT Press.

Gil de Zúñiga, Homero; Weeks,  Brian y Ardèvol-Abreu, Alberto. (2017). “Effects of the News-Finds-Me Perception in Communication: Social Media Use Implications for News Seeking and Learning About Politics”, Journal of Computer-Mediated Communication, vol. 22(3), https://doi.org/10.1111/jcc4.12185

Levendusky, Matthew S. (2017). “Americans, Not Partisans: Can Priming American National Identity Reduce Affective Polarization?”, The Journal of Politics, vol. 80(1), https://doi.org/10.1086/693987

Miller, Luis (2020). “Polarización en España: más divididos por ideología e identidad que por políticas públicas”. Esade. http://itemsweb.esade.edu/research/EsadeEcPol-insight-polarizacion.pdf

Mudde, Cas y Rovira, Cristóbal (2019) [2017]. Populismo. Una breve introducción [Populism. A Very Short Introduction]. Madrid: Alianza Editorial

Viciana, Hugo; Gaitán, Antonio, Hanninken, Ivar (2019). “Polarización afectiva: entre el tribalismo y el absolutismo moral”, Agenda Pública (El País).
http://agendapublica.elpais.com/polarizacion-afectiva-entre-el-tribalismo-y-el-absolutismo-moral/

Wagner, Markus (2020). “Affective polarization in multiparty systems”, Electoral Studies, published online August 14th 2020.
https://doi.org/10.1016/j.electstud.2020.102199

Westwood, Sean J.; Iyengar, Shanto; Walgrave, Stefaan; Leonisio, Rafael; Miller, Luis; Striijbis, Oliver (2018). “The tie that divides: cross-national evidence of the primacy of partyism”, European Journal of Political Research, vol. 57, pp. 333-354.
https://doi.org/10.1111/1475-6765.12228

Woolley, S. C., y Howard, Philip (2017). Computational propaganda worldwide: Executive summary (pp. 1–15). The Computational Propaganda Project.

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lunes, junio 15, 2020

ACOP lanza un podcast sobre comunicación política

 
La Asociación de Comunicación Política (ACOP) acaba de lanzar su podcast, ‘Comunicación & Política’, con una entrevista al profesor Daniel Hallin (UC San Diego) sobre la cobertura mediática del coronavirus.

El programa, de una hora de duración, se abre con un debate de actualidad entre Adriana Amado (Universidad Argentina de la Empresa) y Sílvia Majó-Vázquez (Reuters Institute for the Study of Journalism, University of Oxford).

El podcast, de periodicidad mensual, puede escucharse en Apple Podcasts, Google Podcasts y Spotify.

Enlace directo al primer episodio:

Enlace directo al tráiler:

ACOP es una organización sin ánimo de lucro que aglutina a académicos y consultores políticos. Con más de 500 socios, cuenta con delegaciones en España y América Latina. Presidida por la politóloga y consultora Verónica Fumanal, ACOP es la asociación de referencia para los interesados en el papel de la comunicación en la política.

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martes, febrero 18, 2020

Gennadiy Chernov: el que se apropia del tema, gana


El académico Gennadiy Chernov, profesor en la Escuela de Periodismo de la University of Regina en Canadá, ofreció una original conexión entre la teoría del establecimiento de la agenda (agenda-setting) y el populismo durante su charla invitada en la Universidad Carlos III el martes 18 de febrero de 2020: los populistas ganan porque son capaces de adueñarse de temas clave en la agenda pública electoral.

Curiosamente, a pesar de que los medios de comunicación convencionales ofrecen una imagen negativa de los partidos y líderes populistas, éstos no paran de ganar votantes en las democracias occidentales. ¿Por qué? En parte, porque el que se apropia del tema clave en las elecciones, gana. Es decir, hablar en los medios de temas adueñados por los populistas (como la inmigración) tiene el efecto de reforzar el apoyo popular hacia los populistas, aunque la cobertura mediática sea crítica con las posiciones de los demagogos.

Así, la teoría de la configuración de la agenda predice que aquellos que sean capaces de adueñarse del tema clave de las elecciones, las ganarán. A efectos prácticos, el estratega electoral debe procurar 1) adueñarse del tema, 2) hacer que ese tema se convierta en un asunto de debate público (que sea parte de la agenda) y, en el caso de que el tema clave esté en manos de un partido rival, 3) redefinir el tema para apropiárselo. No es casualidad, pues, que los partidos de derecha intenten que las elecciones giren en torno a la economía (se han adueñado de la idea de eficiencia gestora) y los de izquierda apuesten por hacer más prominentes los nuevos derechos sociales y el laicismo.

Un claro ejemplo son las últimas elecciones en el Reino Unido. El tema insoslayable era el Brexit. El Partido Conservador se presentó con el lema ‘Let’s get Brexit done’, mientras que los laboristas trataron de ocultar su ambigua posición sobre el tema clave desviando la atención hacia el estado de la salud pública y la justicia económica. El tema clave, el Brexit, era propiedad de los conservadores, lo que explicaría su victoria electoral.

El creciente apoyo de los votantes occidentales hacia el populismo se explicaría en parte porque los populistas son los dueños de los temas que más preocupan a los alienados y a los perdedores de la globalización. A medida que la clase media se va desvaneciendo y la riqueza se concentra en menos manos, el atractivo del populismo se extendería a votantes que antes se decantaban por posiciones más moderadas.

En el fondo se trataría de una falta de canales para la expresión del descontento: los partidos tradicionales ya no ‘sirven’ a los descontentos para buscar soluciones a sus problemas (por lo que se dirigen a los partidos populistas) y los medios convencionales, temerosos de dar cancha a visiones extremistas, empujarían todavía más hacia los márgenes de la discusión pública a los alienados, que se radicalizarían todavía más en las redes sociales.

Así pues, si los partidos antaño mayoritarios dejan la iniciativa a los populistas a la hora de proponer políticas públicas sobre inmigración, cualquier discusión pública sobre el tema reforzará a los populistas. Si los medios convencionales dejan de discutir las preocupaciones de los alienados por considerarlas exageradas o alejadas de la realidad, los descontentos se radicalizarán todavía más en las esferas de debate alternativas.

Periodista de origen ruso, Gennadiy Chernov se convirtió en académico trabajado con los padres de la teoría del agenda-setting, Donald Shaw y Maxwell McCombs, en Estados Unidos y Canadá. Ha visitado España como parte de su trabajo de campo sobre el populismo europeo.

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martes, febrero 04, 2020

Bernardo Marín (El País): vivimos los últimos días del clickbait


La obsesión por tener visitas, por más efímeras que éstas sean, ha llevado a los medios convencionales a sumarse a la moda del clickbait: el titular periodístico tradicional, que agotaba el hecho noticioso en unos pocos caracteres, es ahora un titular intrigante que oculta deliberadamente la esencia de la información para provocar un clic con el que resolver el acertijo. Para Bernardo Marín, redactor jefe de tecnología del diario El País, el clickbait está viviendo sus últimos días. Cansado ya del juego de la adivinanza, y abrumado por la sobreabundancia de fake news, el público estaría ahora más preparado que nunca para apoyar, con una pequeña aportación económica, la suscripción a marcas periodísticas de calidad. Marín, que ofreció una charla invitada en la Universidad Carlos III de Madrid el martes 4 de febrero de 2020, espera que El País se convierta en esa botella de agua mineral que todos buscamos cuando las inundaciones hacen que el agua corriente se vuelva mustia y no apta para el consumo.

El referente a imitar sería el New York Times, que además de ingresar por suscripciones a su edición general, consigue monetizar sus recetas de cocina y sus crucigramas online. Ahora que los usuarios están acostumbrados a pagar por ver cine y series, ha llegado el momento de volver a levantar muros de pago porosos, que se cerrarían por completo a los lectores más fieles, a los que se invitaría a suscribirse.

La herencia del clickbait no sería enteramente negativa. A juicio de Marín, habría acostumbrado a los periodistas a pensar en cómo hacer accesible y atractivo su contenido en redes sociales y buscadores, convirtiendo a los periodistas en expertos en SEO (search engine optimization). A diferencia de la era del papel, en la era digital es posible saber qué contenidos han sido los más leídos, a través de qué medio o palabras clave se ha llegado a ellos, y cuánto tiempo ha pasado el lector consumiéndolos. Si antes la visita estrella a un periódico era la rotativa, observa Marín, ahora lo son las pantallas gigantes que presiden las redacciones, informando en tiempo real del engagement que generan los contenidos redactados por los periodistas.

Además del clickbait, quien parece tener también sus días contados es la edición impresa. En tan solo una década, la difusión de los diarios en papel ha caído en más de un 60%, por lo que todos los diarios generalistas venden ahora en quioscos lo que El País vendía por sí solo en 2009. A fin de ahorrar costes, los diarios de referencia en Madrid (El Mundo, ABC, el propio El País) comparten ahora rotativa. Marín cree que en no mucho tiempo la edición impresa será un producto gurmet que se limite a los fines de semana, vendiendo unas decenas de miles de ejemplares.

La interfaz dominante para acceder a El País ya no será el papel o el computador, sino el teléfono móvil. De hecho, si hasta hace poco el pico de consultas a la edición digital se producía a las 9:30am (cuando los trabajadores llegaban a la oficina y consultaban las noticias), ahora se produce a las 7:30am (cuando desayunan o van en transporte público hacia su lugar de trabajo) y a las 10:30pm (mientras ven la televisión desde el sofá y hacen multitarea o ‘second-screening’).

Parte del ocaso del clickbait se explicaría por los beneficios menguantes que ofrece para los medios la publicidad digital, duopolizada por los gigantes Facebook y Google, que acumulan el 70% del negocio de los anuncios online. Curiosamente, según comenta Marín, los artículos que llevan a los lectores a suscribirse (ej. tribunas de Vargas Llosa o columnas de Rosa Montero) no coinciden necesariamente con las informaciones más visitadas. El País llegó en octubre de 2017 a los cien mil millones de usuarios únicos, pero ello no redundó en más beneficios, porque la publicidad online siguió abaratándose. De ahí el interés en ganar suscriptores, por más que éstos lleguen a representar una fracción mínima de esa cifra millonaria de visitantes.

El libro de Bernardo Marín La tiranía del clic está publicado por Turner (octubre de 2019) y se vende por 9,90 euros.

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miércoles, enero 29, 2020

Call for papers ACOP León: Parlamentos y comunicación (15-16 de mayo de 2020)


La Asociación de Comunicación Política (ACOP) celebrará su sexto encuentro internacional los días 15 y 16 de mayo de 2020 en León (España). Partiendo de la condición de León como cuna del parlamentarismo, el comité de investigadores de ACOP invita a los académicos de la comunicación política a que presenten propuestas para un panel temático sobre “Parlamentos y Comunicación”. Una selección de los mejores trabajos presentados durante el congreso de León se considerará para su publicación como parte de un número especial en el International Journal of Media & Cultural Politics (Intellect Books) después de la revisión por pares. La fecha límite para la presentación de resúmenes es el 15 de marzo de 2020. La aceptación se comunicará a los asistentes antes del 31 de marzo de 2020.

Algunos de los temas sobre los que podrían versar las comunicaciones son:

• Publicidad versus secreto en las deliberaciones parlamentarias.
• Parlamentos y parlamentarios en las redes sociales.
• Canales de televisión parlamentaria
• Miembros del Parlamento y su relación con los ciudadanos.
• La arquitectura de los parlamentos como estructura facilitadora de comunicación y debate.
• Marca personal de los miembros del Congreso.
• Periodistas y su cobertura de las actividades parlamentarias.
• Comunicación entre parlamentos y otras ramas del poder (ejecutivos, judicatura)
• Parlamentos y participación ciudadana.
• Parlamentos y educación cívica.
• Estudios comparativos de comunicación parlamentaria.

Los títulos y resúmenes de los trabajos propuestos pueden enviarse en inglés o español antes del 15 de marzo de 2020 a y deben incluir título, autor/es, afiliación/es institucional/es y un resumen de 300 palabras. Se ruega que en el asunto del correo electrónico se indique “Propuesta para ACOP León”. Los abstracts se evaluarán prestando atención a su orientación teórica (objetivos, preguntas de investigación o hipótesis), su base empírica (métodos) y su relevancia académica o social. Los trabajos completos basados en los resúmenes aceptados tendrían como fecha límite el 25 de septiembre de 2020.

Sobre ACOP y su VI Encuentro Internacional

La Asociación de Comunicación Política (ACOP) es una organización de académicos y profesionales de la comunicación política (consultores de marketing político, periodistas, líderes cívicos) fundada en 2008 y con 500 miembros de todo el mundo.

El encuentro internacional de ACOP se celebra cada dos años y reúne a académicos y consultores políticos de una amplia variedad de países y contextos culturales, que comparten sus últimos resultados de investigación y comentan las experiencias de sus campañas más recientes. Entre los conferenciantes invitados a anteriores ediciones cabe mencionar a George Lakoff, Evgeny Morozov, Christian Salmon, Jaime Durán Barba, Philip Howard, Joel Benenson, Michael delli Carpini y Jen O’Malley.

Más información en la web del congreso, https://congreso.compolitica.com/call-for-papers/

lunes, diciembre 23, 2019

Investigación en comunicación política: los 10 conceptos clave de 2019

Artículo publicado en el número 44 (Etapa 2) de la La Revista de ACOP (diciembre de 2019)

 

Para la elaboración de la lista de conceptos clave de este año he consultado con los colegas del Comité Académico de ACOP. La preocupación por las noticias falsas y el discurso del odio se mantiene, pero se unen otras cuestiones que, si bien no son todas radicalmente nuevas, han resurgido al hilo de la actualidad en los últimos meses.

1.- Explosiones sociales. El año 2019 será recordado por el malestar social y las impresionantes protestas ciudadanas en las calles de medio mundo, desde las manifestaciones contra la ley de extradición en Hong Kong a los chalecos amarillos franceses, pasando por la mecha de descontento que prendió en toda América Latina, con especial virulencia en Chile y Bolivia, o el desencanto con la sentencia del procés en Cataluña, canalizada a través del Tsunami Democràtic. Adriana Amado (Universidad Argentina de la Empresa) nos recuerda que el sociólogo Manuel Castells ha acuñado el término ‘explosiones sociales’ para encapsular las diferentes manifestaciones de este zeitgeist surgido del descontento con la clase política. A decir de Castells, cuando el sistema no sirve para canalizar la frustración ciudadana, la última vía de canalización del malestar es la calle. Toni Aira (Universitat Pompeu Fabra) destaca que el Tsunami Democràtic es horizontal y aparentemente acéfalo, a diferencia de lo que era habitual en el movimiento independentista catalán, cuidadosamente dirigido por las élites nacionalistas. En su primer vídeo difundido vía Telegram, se veía un cazo con agua al fuego que empieza a hervir. Una buena metáfora visual para ilustrar cómo llega un momento en el que el malestar social alcanza un punto de ebullición.

2.- La confianza, en mínimos. Esas ‘explosiones sociales’ podrían explicarse en gran medida por la notoria falta de confianza de los ciudadanos en los políticos. Como señala Paloma Piqueiras (Universidad Complutense de Madrid), los políticos son la segunda mayor preocupación para los españoles tras el paro, seguidos de la economía y la corrupción. “El malestar con la clase política aumenta cada año desde hace más de una década, pero su impopularidad ha alcanzado récords históricos en los últimos tiempos”, advierte Piqueiras. La repetición electoral no ayudó: “entre los meses de abril y octubre de 2019 los encuestados que percibían a los políticos como un problema han aumentado del 33% al 53%”. La desconfianza ciudadana mina la legitimidad de las instituciones, por lo que la gestión de estos ‘intangibles’ se antoja como una de las prioridades para los responsables públicos. La desconfianza se extiende también al periodismo. Según el Digital News Report, el porcentaje de la población española online que confía en lo que dicen los medios de comunicación convencionales se limita al 43%.

3.- Polarización afectiva. Aunque no es un concepto nuevo (el conocido politólogo Shanto Iyengar, de Stanford, fue uno de sus primeros estudiosos) ha resurgido en tiempos recientes al manifestarse en encuestas un odio visceral entre demócratas y republicanos que llevaría a unos y otros a considerar un verdadero disgusto que sus hijos se casaran con partidarios del bando contrario. La polarización afectiva sostiene que la identidad y no la ideología la que explica el partidismo. Es decir, que los votantes son propensos a seguir aquello que defienda su partido, sin pararse a pensar en las bondades o defectos de las políticas que el partido apoya. Las emociones nublan la razón. Pero la comunidad académica está lejos de llegar a un consenso al respecto, con politólogos como Alan Abramowitz (Emory University) liderando el bando de los que defienden que la polarización tiene una raigambre fundamentalmente ideológica y no identitaria.

4.- Hiperpartidismo informativo. Nuestra compañera Lidia Valera-Ordaz (Universidad de Valencia) llama la atención sobre el hecho de que la facilidad para auto-exponerse a información congruente con nuestras ideas “ofrece incentivos a los medios para satisfacer esas preferencias partidistas, sobre todo cuando aumenta la oferta mediática y, con ella, la competencia”. De ahí que canales como Fox News hayan aumentado seguidores, mientras que cadenas teóricamente neutrales como CNN se hayan estancado. Lo mismo podría estar ocurriendo en sistemas mediáticos como el español, caracterizado por su histórico partidismo, que ofrecen un terreno particularmente fértil para la segregación ideológica de las audiencias, no sólo según el eje izquierda y derecha, sino también según el cleavage centro-periferia, como sucede en Cataluña. Se abona así el terreno para el periodismo partisano, que regresaría del siglo XIX para imponerse sobre el periodismo objetivista del siglo pasado. El mercado no parece pedir moderación o imparcialidad, sino una trinchera amigable en tiempo de guerra. De ahí que, según recuerda Valera-Ordaz, los académicos Matthew Barnidge y Cynthia Peacock, de la Universidad de Alabama, hablen ya de “hyperpartisan news”.

5.- Consumo incidental. El best-seller del activista Eli Pariser, The filter bubble (2011) venía a actualizar a la era de las redes sociales la idea de las “cámaras de resonancia” expuesta por el jurista Cass Sunstein una década atrás en Republic.com (2001). Internet nos habría invitado a ignorar el otro lado, donde residen los que no piensan como nosotros. Viviríamos en nuestra propia burbuja, inflada por los algoritmos de las plataformas digitales como Facebook. Pues bien: la investigación más reciente cuestiona frontalmente la impermeabilidad de esas echo chambers. La idea del consumo incidental, destacada por nuestros colegas Jordi Rodríguez-Virgili (Universidad de Navarra), Lidia Valera-Ordaz y Silvia Majó-Vázquez (Universidad de Oxford), defiende las dos bondades del consumo informativo a través de Internet: 1) nos encontramos con noticias aunque nuestra primera voluntad sea la del mero entretenimiento, y 2) el uso de redes sociales como principal fuente informativa, lejos de encerrarnos en una burbuja, nos expone a noticias emitidas por medios, conocidos y amigos que jamás consultaríamos de motu proprio, lo que garantiza cierto umbral de encuentro con la otredad.  

6.- Whatsapp quiere ser el rey
. No es casualidad que Facebook haya comprado Whatsapp: la aplicación de mensajería instantánea está creciendo como fuente de información política, mientras Facebook sigue a la baja, nos recuerda Silvia Majó-Vázquez. Que la información circule a través de estos canales tiene sus ventajas (las apps como Telegram son una preciosa arma revolucionaria) y desventajas (son el medio ideal para la circulación de bulos).

7.- Desigualdad de acceso a la información política
. El amable lector habrá comprobado que la moda de los muros de pago vuelve a estar en boga y que leer las ediciones digitales de medios de referencia como el New York Times o El Mundo requiere pasar por caja. Si bien este movimiento se entiende por la necesidad de mantener la salud financiera de las empresas periodísticas, “la implantación de plataformas de pago y suscripción en las webs de noticias incrementa las desigualdades en el acceso y consumo de información política”, advierte Silvia Majó-Vázquez.

8.- Regulación de los medios sociales. La retransmisión en directo de la masacre de Christchurch en Nueva Zelanda vía Facebook (marzo de 2019), así como la creciente evidencia de que el algoritmo que sugiere nuevos vídeos en Youtube da cabida a contenidos extremistas, ha puesto en la diana a las plataformas sociales. Son las grandes mediadoras entre las audiencias y los contenidos de los medios periodísticos. Sin embargo, su auto-consideración como meras transportadoras de contenido ajeno las exime de las exigencias éticas de un editor tradicional. Hasta ahora. La ley alemana de 2017, que impone cuantiosas multas si no se eliminan contenidos ilegales (discurso del odio), ha obligado a estas plataformas a afinar sus filtros automáticos y a contratar más humanos como content curators. El ejemplo alemán ha cundido (hasta 13 países han aprobado leyes similares) con el riesgo de que en contextos autoritarios o semi-autoritarios se ejerce la censura de la legítima crítica bajo el pretexto de la lucha contra los discursos extremistas.

9.- Limitaciones a la publicidad electoral en plataformas digitales. Las redes sociales son también grandes vehículos de propaganda política. Los riesgos de la propaganda computacional destinada a favorecer ciertas candidaturas han movido a Twitter a prohibir desde noviembre de 2019 los anuncios políticos en su plataforma, mientras que Facebook se ha decidido a mantenerla. La publicidad electoral es vital para la compañía de Mark Zuckerberg debido a su gran capacidad de segmentación. Ha hecho pública una biblioteca de anuncios políticos pagados en la que se identifica el anunciante, pero no se preocupa de la veracidad de los anuncios. Para demostrarlo, la candidata a las primarias presidenciales demócratas Elizabeth Warren pagó en octubre de 2012 por difundir un anuncio en el que se daba por cierta una falsedad: que el propio Zuckerberg había apoyado la candidatura presidencial de Trump. Facebook publicó el anuncio, lo que para Warren evidencia que esta red social prioriza los beneficios sobre la protección de la democracia. Zuckerberg respondió vía portavoz para aclarar que no está en su mano hacer un fact-checking de los anuncios políticos. Por su parte, Google ha reducido las posibilidades de micro-segmentación de las campañas. Permitirá publicar anuncios segmentados por edad, sexo y hábitat, pero no por el patrón de preferencias políticas o el estatus como votante registrado.

10.- ¿Adiós al periodismo local? Fue en 2009 cuando el sociólogo Paul Starr advirtió en la revista The New Republic cómo la desaparición de periódicos locales estaba dejando sin control periodístico (y por ende ciudadano) a los gobiernos municipales y estatales, lo que podría dar lugar a una nueva era de corrupción. El capítulo americano de la asociación de escritores PEN Internacional acaba de editar el informe Losing the news: The decimation of local news and the search for solutions, en el que urge acción filantrópica y pública al nivel local para mantener el periodismo de proximidad. La perspectiva de una ecología de la información local (local news ecology) sin periodismo es aterradora y está a la espera soluciones audaces. Sorprendentemente, en EE.UU. ciudades en crecimiento como Denver, en Colorado, tienen consideración de news deserts tras el cierre de la histórica cabecera Rocky Mountain News. La falta de un modelo de negocio viable para el periodismo empieza ya a afectar negativamente a la vitalidad cívica y democrática de las ciudades.

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miércoles, octubre 30, 2019

Perder un debate, ganar las elecciones


La preparación de debates electorales como el del próximo 4 de noviembre en España consume las energías del equipo de campaña. Es una oportunidad única para lanzar un mensaje a un electorado que estará más atento que nunca a lo que digan los candidatos. La audiencia de estos certámenes se sitúa habitualmente entre los 9 y los 11 millones de espectadores. Sin embargo, a decir de Jorge Rábago, uno de los expertos convocados por la Asociación de Comunicación Política (ACOP) este martes 29 de octubre en Madrid a una mesa redonda sobre los debates electorales, los candidatos tienen muy poco que ganar y mucho que perder. De hecho, según Rábago, una de las principales funciones de un asesor es la de proteger a los candidatos para que no cometan un error irreparable.

Aquí yace una de las principales paradojas en torno a los debates electorales: son la ocasión ideal para contrastar ideas con un dramatismo que engancha incluso a los no politizados, pero son tan impredecibles que los candidatos los rehuyen salvo que los necesiten (si van por detrás en las encuestas) o que exista una gran tradición que los haga ineludibles. “Si los políticos pueden evitar el debate, lo evitan”, reconoce el periodista Manuel Campo Vidal, presidente emérito de la Academia de la Televisión, la organizadora de la mayoría de debates entre candidatos españoles, “Felipe González lo aceptó en 1993 porque lo necesitaba, pero no lo hubo en 1996 ni en 2000 porque José María Aznar iba bien en las encuestas”.

Recuperar los debates electorales en 2008 tras 15 años de parón no fue fácil, según Campo Vidal. Hubo que trazar alianzas con las cadenas de televisión y generar confianza en el moderador, en la realización (los planos de escucha son muy importantes y han de cuidarse al máximo) y en la organización (a cargo de la Academia de Televisión, que juega un papel similar al de la Comisión de Debates Presidenciales que convoca los cara a cara entre candidatos en EE.UU.). Aunque a día de hoy los debates en España no están regulados por ley, la idea de que son un derecho de la ciudadanía ha hecho que candidatos que no los necesitaban (Zapatero en 2008 y Rajoy en 2011) accedieran a su celebración.

Por más que concentre la atención de los periodistas y el esfuerzo de los candidatos, el debate no ha de considerarse como un elemento desconectado del resto de la campaña electoral, advierte Rábago. Hasta tal punto que un debate perdido a juicio de los analistas, puede servir para atraer el voto de segmentos del electorado que decanten la elección a favor del teórico derrotado. Así ocurrió con el primer debate que enfrentó a Trump y Clinton en 2016, según el catedrático de comunicación política José Miguel Contreras. Trump arrancó su intervención haciendo alusión al cierre de una fábrica de aparatos de aire acondicionado en Indianápolis, que habría trasladado sus instalaciones a México dejando en el paro a algo más de un millar de estadounidenses. Lo que parecía una alusión a un tema menor, le sirvió a Trump para ganar tres estados por una diferencia de apenas setenta mil votos. Los periodistas dieron por ganadora indiscutible del debate a Hillary, pero ésta acabó perdiendo las elecciones.

En un debate electoral no es tan importante saber quién perdió o ganó, sino si los candidatos cumplieron su objetivo. Trump se ganó a los desempleados de las industrias afectadas por la globalización. Perdió el debate, pero ganó las elecciones.

El debate de los debates, moderado por la investigadora Miljana Micovic y presentado por la presidenta de ACOP, Verónica Fumanal, se celebró en la Casa de América ante una sala abarrotada. Los participantes en la mesa redonda insistieron en que el porcentaje de voto que puede mover un debate se sitúa, como máximo, en unos dos puntos. Aún así, un debate puede contribuir, según Campo Vidal, a reforzar el liderazgo de un candidato o, en último término, a favorecer una mayor participación electoral. A juicio de José Miguel Contreras, el debate del 10N será más importante para aquellos candidatos que se disputan la tercera plaza en el orden de preferencias de los electores.

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La inestabilidad es la nueva normalidad


España afronta el 10 de noviembre de 2019 unas nuevas elecciones generales marcadas por el hartazgo de los votantes, que han visto cómo los partidos de izquierda y de centro han sido incapaces de formar un gobierno de coalición. Para los politólogos Verónica Fumanal y Pablo Simón, convocados por el periodista y profesor Fernando Varela para participar en una mesa redonda en la Universidad Carlos III de Madrid este martes 29 de octubre, no hay que descartar la posibilidad de unas terceras elecciones. “No creo que vayamos a salir fácilmente de este bucle”, lamenta Pablo Simón, “la inestabilidad es la nueva normalidad”.

El contexto político actual está marcado por la polarización, la fragmentación y la desintermediación. “Las pautas de competición tras la crisis no están asentadas”, advierte Simón. Al igual que ocurre en otras democracias de nuestro entorno, la decisión de voto se retrasa cada vez más: en las pasadas elecciones generales del 28 de abril, 1,8 millones de españoles decidieron su opción política en el propio colegio electoral. Este panorama de incertidumbre hace que, según Fumanal, los partidos se olviden de la planificación a largo plazo, la estrategia, y se concentren en el cortoplacismo de la táctica.

Las continuas convocatorias electorales no dejan margen a los gobiernos para tomar iniciativas impopulares, o para ejercer cierta pedagogía sobre el electorado. Fumanal pone el ejemplo de la aprobación del matrimonio homosexual en tiempos de Zapatero. “Era una medida sobre la que no había consenso, y sin embargo hoy, tras el paso del tiempo, está plenamente aceptada”. Una medida así sería poco probable por el riesgo de que pudiera ser castigada en las urnas antes de que acabara siendo asumida por la población.

Ante este carácter episódico de la política, parece como si la comunicación política hubiera tomado las riendas de la estrategia de los partidos, que vivirían a golpe de jugada maestra, como la exhumación de Franco del Valle de los Caídos. El triunfo de la comunicación sobre la política se ejemplificaría con el ascenso de un experto en marketing electoral, Iván Redondo, al puesto de jefe de gabinete de Pedro Sánchez.

Para Verónica Fumanal, “los asesores han sido el chivo expiatorio sobre el que se carga la responsabilidad de la repetición electoral, pero su labor no es tomar decisiones, sino darles un marco interpretativo favorable a las mismas”. Pablo Simón abunda al decir que “los directores de comunicación no son los responsables, sino el político que toma las decisiones”. Pero en tiempos de zozobra, apunta, “los césares quieren augures, coaches emocionales”.

¿Estamos condenados, pues, al marasmo de continuas repeticiones electorales? Eso parece. Según Simón, “los partidos no están interesados en construir puentes. Aunque sus programas electorales son compatibles, extreman comunicativamente las diferencias para que el elector no se vaya al partido de al lado”. Tampoco ayuda que las formaciones de la nueva política estén dominadas por hiperliderazgos verticales. Cuando la imposibilidad de un pacto se debe a las rencillas emocionales y a las personalidades de los líderes, “ahí la ciencia política tiene pocas respuestas”, lamenta Simón, “entramos en el terreno de la psicología”.

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sábado, octubre 05, 2019

Berta Barbet: información y opinión pública en tiempos de crisis política


En la formación de la opinión pública hay constantes que se mantienen desde hace décadas, mientras otros elementos, como la creciente desafección ciudadana o el espacio que para el extremismo ofrecen las redes sociales, han irrumpido en el paisaje político en tiempos recientes. La politóloga Berta Barbet, investigadora postdoctoral en la Autónoma de Barcelona, ofreció estas claves en la lección inaugural de la jornada ‘La nueva opinión pública’, auspiciada por la Fundación Giménez Abad en colaboración con la Asociación de Comunicación Política y celebrada en Zaragoza el 3 de octubre de 2019.

A decir de Barbet, la opinión pública se compone de tres elementos. En primer lugar, los objetos políticos sobre los que esperamos que los ciudadanos tengan opiniones (los candidatos, las instituciones, la situación del país, las políticas públicas…). En segundo lugar, los principios y valores de los ciudadanos, que suelen ser constantes. Y, por último, la información que conecta los objetos políticos y los valores ciudadanos.

La ciencia política ofrece dos modelos para explicar la formación de los juicios del votante: el ‘running-tally’ o ‘hot cognition’, mediante el cual el ciudadano tiene una opinión formada a la que adapta cualquier nuevo estímulo, o el modelo RAS (Receive-Accept-Sample) de John Zaller, en el que la opinión del ciudadano no está formada y cambia con el ambiente comunicativo.

El estudio de la opinión pública tiene al menos 70 años de historia. En perspectiva, Barbet considera que hay elementos que permanecen desde esos orígenes, mientras que otras cuestiones son nuevas, propias de nuestra época.

Entre las cosas que no han cambiado, Barbet señaló:
  • Los ciudadanos están desinformados sobre la política.
  • Los ciudadanos buscan heurísticos, atajos para saber a qué candidato apoyar.
  • Las emociones son muy importantes para formar la opinión, lo que explica en gran medida el éxito de las noticias falsas.
  • Los menos proclives a cambiar de opinión son los ciudadanos políticamente más sofisticados.

Entre las cosas que sí han cambiado:
  • Hay más desafección política en España: la desconfianza en los políticos ha subido.
  • Las herramientas que los ciudadanos utilizaban para navegar el mundo político han cambiado: ya nadie se fía de los partidos, de los sindicatos…
  • Con las redes sociales, los extremistas tienen una facilidad enorme para conectarse entre sí.
  • La comunicación política en los medios ha cambiado: se da un mayor énfasis al espectáculo, parece que el que grita más tiene más razón.

Ante tal panorama, pareciera que estamos inevitablemente abocados a un mundo trumpista. Como antídoto, Barbet sugirió algunas medidas:
  • La comunicación debe orientarse al entendimiento.
  • Hay que atajar la sensación social de que el sistema ha abandonado a la gente.
  • El diálogo no va de tener razón, sino de intentar entenderse.
  • Debemos procurar que el conflicto político sea comprensible para el ciudadano.

Para que las medidas arriba señaladas surtan efecto, Barbet apunta que los medios de comunicación deberían entenderse como un servicio público y no como un negocio.

A la lección magistral de Barbet siguieron dos mesas redondas que tuve el honor de moderar. La primera con académicos (Carlos Arcila, Toni Aira y Paloma Piqueiras), la segunda con consultores (Verónica Fumanal, Nacho Corredor y Xavier Peytibi). La coordinación de la jornada corrió a cargo de Rafael Rubio, profesor titular y director del grupo de investigación sobre participación y nuevas tecnologías de la Universidad Complutense de Madrid.

El vídeo completo de la jornada puede verse en la Mediateca online de las Cortes de Aragón.

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martes, septiembre 24, 2019

Escuela de Métodos ACOP en Barcelona: Introducción a R

La Asociación de Comunicación Política (ACOP), con la colaboración del Departamento de Comunicación de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, dedica la segunda edición de su Escuela de Métodos de Investigación en Comunicación Política a un curso monográfico sobre el paquete estadístico R, de creciente uso entre los investigadores en ciencias sociales.

El curso se organiza en torno a seis talleres de tres horas cada uno, impartidos en tres días consecutivos, precedidos de una lección inaugural. Los talleres están especialmente dirigidos a estudiantes de máster y doctorado, investigadores universitarios y consultores de marketing político.

El curso ofrece la posibilidad de iniciarse en el paquete estadístico R sin necesidad de conocimientos previos, ilustrando sus posibilidades con ejemplos aplicables a la investigación en comunicación política (análisis de regresión a partir de datos de encuestas de opinión, sentiment analysis en Twitter, etc.)

Información e inscripciones (35 plazas):
https://compolitica.com/llega-a-barcelona-la-ii-edicion-de-la-escuela-acop-de-metodos-de-investigacion/

Programa

Fechas de celebración: del 13 al 16 de noviembre de 2019
Lugar de celebración: Universitat Pompeu Fabra, Campus del Poblenou, Barcelona

Miércoles, 13 de noviembre de 2019

19:30hs.-  Lección inaugural (abierta al público):
‘Informarse por Facebook, ¿malo para la democracia?’
> Ana Sofía Cardenal
(Universitat Oberta de Catalunya)
21:00hs.-Cena de recepción a los participantes.

Jueves, 14 de noviembre de 2019

Taller 1.- Qué es R y para qué sirve
> Basilio Moreno Peralta
(Universitat Pompeu Fabra)
9:00-10:30hs.- Taller 1 (Teoría)
10:30-10:45hs.- Pausa café
10:45-12:15hs.- Taller 1 (Práctica)

12:15-13:00hs.- Pausa almuerzo

Taller 2.- Operaciones básicas con R
> Basilio Moreno Peralta
(Universitat Pompeu Fabra)
13:00-14:30hs.- Taller 2 (Teoría)
14:30-14:45hs.- Pausa café
14:45-16:15hs.- Taller 2 (Práctica)

16:30-17:30hs.- Mentoring: Resuelve las dudas de tu proyecto con los profesores

18:00hs.- Programa social 1.- Visita guiada

Viernes, 15 de noviembre de 2019

Taller 3.- Visualización de datos con R
> Alberto Muñoz García
(Universidad Carlos III de Madrid)
9:00-10:30hs.- Taller 3 (Teoría)
10:30-10:45hs.- Pausa café
10:45-12:15hs.- Taller 3 (Práctica)
12:15-13:00hs.- Pausa almuerzo

Taller 4.- Análisis de regresión con R
> Alberto Muñoz García
(Universidad Carlos III de Madrid)
13:00-14:30hs.- Taller 4 (Teoría)
14:30-14:45hs.- Pausa café
14:45-16:15hs.- Taller 4 (Práctica)

16:30-17:30hs.- Mentoring: Resuelve las dudas de tu proyecto con los profesores

18:00Hs.- Programa social 2.- Visita guiada

Sábado, 16 de noviembre de 2019

Taller 5.- Análisis de redes sociales (SNA) con R
> Modesto Escobar
(Universidad de Salamanca)
9:00-10:30hs.- Taller 5 (Teoría)
10:30-10:45hs.- Pausa café
10:45-12:15hs.- Taller 5 (Práctica)

12:15-13:00hs.- Pausa almuerzo

Taller 6.- Análisis de opinión en Twitter con R
> Carlos Arcila Calderón
(Universidad de Salamanca)
13:00-14:30hs.- Taller 6 (Teoría)
14:30-14:45hs.- Pausa café
14:45-16:15hs.- Taller 6 (Práctica)

16:15-17:30hs.- Cóctel de despedida y entrega de diplomas.

NÚMERO DE PLAZAS:
35 alumnos


 
PRECIO DE LA MATRÍCULA:

150 euros (socios ACOP)
350 euros (no socios)

INSCRIPCIONES:
https://compolitica.com/llega-a-barcelona-la-ii-edicion-de-la-escuela-acop-de-metodos-de-investigacion/

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martes, julio 23, 2019

Premio ACOP a la mejor tesis en comunicación política

La Asociación de Comunicación Política (ACOP) convoca un premio a la mejor tesis doctoral en este campo. La fecha límite para postularse al galardón, dotado con mil euros, es el 1 de septiembre de 2019.

Podrán presentarse al premio las personas que hayan defendido una tesis doctoral (redactada en castellano, inglés o portugués) en cualquier universidad pública o privada del mundo, entre el 1 de septiembre de 2017 y el 1 de septiembre de 2019 y cuyo contenido esté relacionado con alguna temática del ámbito de la comunicación política.

Más información en el siguiente enlace: https://compolitica.com/premioacopmejortesisdoctoral/

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lunes, julio 15, 2019

Kurt Lang (1924-2019): el último representante de la Escuela de Chicago



Kurt Lang en una imagen del documental The Long Road to Decatur, de Glenda Balas (2007)


[Publicado en La Revista de ACOP, Nº 40, Etapa 2, julio de 2019]


El pasado 1 de mayo de 2019 fallecía en Cambridge (Massachusetts) el sociólogo Kurt Lang, que junto a su esposa Gladys Engel, fallecida en 2016, era el último representante de la Escuela de Sociología de Chicago. En la misma universidad donde Robert E. Park empezó sus estudios sobre el papel de la prensa en la integración de los inmigrantes, Lang llegó en los 50 como veterano de guerra y en seis años completó todos sus estudios universitarios hasta el doctorado. Allí conoció a la que sería su esposa y pareja profesional, con la que firmaría la mayoría de sus trabajos.

Kurt Lang huyó junto a su familia de la Alemania nazi y recaló en Nueva York con 12 años. Cuando en 1943 el ejército americano quiso reclutarlo para la Segunda Guerra Mundial, todavía no era ciudadano estadounidense, así que lo naturalizaron al instante y lo enviaron al frente europeo, a su propia Alemania natal. Pronto descubrieron los oficiales que alguien cuya lengua materna era el alemán les sería más útil como agente especial en las Counter Intelligence Corps. Haciéndose pasar por un alemán más, el Ejército americano contó con Lang para el proceso de desnazificación tras la guerra: indentificó a líderes locales, elaboró un catálogo con los rumores que circulaban entre la población y recabó la opinión de los alemanes sobre las tropas americanas. Fue entonces cuando descubrió su verdadera vocación y regresó a Estados Unidos para estudiar sociología.

Aún siendo todavía alumnos de posgrado, Kurt y Gladys consiguieron convencer a unos cuantos voluntarios para llevar a cabo el trabajo de campo del estudio que les haría famosos: la recepción al general McArthur en Chicago. A fin de comprender mejor los efectos de la televisión en la opinión pública, los Lang comandaron a un grupo de investigadores que siguió la llegada del general por televisión y a pie de calle, entre la multitud en varios puntos a lo largo de todo el recorrido. La televisión creó su propia realidad, dando la impresión de que el desfile era triunfal, cuando sobre el terreno el ambiente era más bien desangelado. Frente al televisor los espectadores recibían pasivamente el mensaje interesado, mientras que en las aceras el público vertía críticas y cuestionaba toda la parafernalia.

Fue quizá esta primera experiencia con lo que hoy en día resumiríamos con el lema “televisión, manipulación” lo que convirtió a los Lang en los primeros escépticos del paradigma de los efectos limitados, acuñado por otro refugiado de la Alemania nazi afincado en EE.UU., el vienés Paul F. Lazarsfeld. El triunfo de su idea de que los medios no son en realidad tan poderosos acabaría por desincentivar el estudio sociológico de la influencia masiva de los medios en la opinión pública, lamentaban los Lang.

El matrimonio de Chicago se mantendría activo durante décadas, ofreciendo a los estudiosos de la comunicación política dos valiosos volúmenes: uno sobre política y televisión, incluyendo un estudio empírico sobre los famosos debates presidenciales entre Nixon y Kennedy (Television and Politics, 1968) y otro sobre la opinión pública sobre el escándalo Watergate (The Battle for Public Opinion, 1983), que explica cómo en cuestión de meses los estadounidenses pasaron de reelegir a Nixon a repudiarlo.

Los Lang recibieron un merecidísimo homenaje de sus colegas investigadores en Seattle en 2014, durante la celebración del congreso anual de la International Communication Association. Allí, un Kurt Lang eufórico animó a las nuevas generaciones a seguir su ejemplo: investigaciones multi-método muy imaginativas, ya que, como recordó, “nosotros no teníamos dinero, así que no nos quedaba más remedio que pensar”.

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jueves, julio 04, 2019

Por una política feminista


La nueva etapa de Verónica Fumanal al frente de la Asociación de Comunicación Política (ACOP) arrancó con una mesa redonda sobre el carácter femenino del nuevo ciclo político. Adriana Lastra (PSOE), Edurne Uriarte (PP), Melisa Rodríguez (Ciudadanos) y Noelia Vera (Unidas Podemos) coincidieron en denunciar la desigualdad y la discriminación por razones de género, pero la unidad feminista se quebró mediado el debate por el recuerdo del 8-M, avivando el eterno debate sobre la adscripción ideológica del feminismo: ¿se puede ser feminista y de derechas?

Con un 47% de parlamentarias y un Consejo de Ministros paritario, España se sitúa a la vanguardia de la igualdad entre sexos, hasta el punto de que, como señaló la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, en su presentación de la mesa redonda en Madrid el miércoles 3 de julio de 2019, la política es uno de los ámbitos sociales más igualitarios. Un avance que, a decir de Batet, solo se consiguió tras el cambio normativo de 2007 que obliga a los partidos a elaborar listas paritarias.

El poder, sin embargo, sigue siendo masculino, según Edurne Uriarte. Prueba de ello es que “la mayoría de los líderes políticos son hombres”, como se veía de manera elocuente en la foto del G-20 reunido en Osaka esa misma semana. Para Adriana Lastra lo importante no es un liderazgo femenino, sino feminista, a fin de que “no cambie la mujer, sino la política”. “Ser feminista no es ser mujer, sino querer la igualdad”, apostilló Noelia Vera, para quien un liderazgo feminista también lo puede ejercer un hombre. Melisa Rodríguez, por su parte, apostó por combatir las desigualdades en lugar de asumirlas.

El lenguaje sigue siendo uno de los mecanismos de reproducción de esa desigualdad. Ser ambicioso en un hombre es algo positivo, mientras que en una mujer tiene connotaciones negativas. Para Edurne Uriarte, la idea de que el liderazgo femenino implica más diálogo y poca agresividad juega en contra las mujeres con iniciativa: “si una mujer quiere liderar, desea ganar. Y eso implica confrontación, cierta agresividad. Pero cuando las mujeres deseamos ganar y somos agresivas, generamos rechazo”.

La tradicional adscripción de la mujer al ámbito doméstico, reservándose para el hombre el ágora pública, sigue pesando sobre las mujeres en política, porque se les recuerda constantemente que ése no es su lugar, afirma Adriana Lastra. Una manera de empujar a las mujeres a esa esfera privada es la invisibilidad. Noelia Vera señaló cómo tras las comparecencias semanales en rueda de prensa junto a su compañero de partido Pablo Echenique, sus declaraciones quedaban enmascaradas tras las siglas de la formación (“Podemos dice que…”), mientras que las afirmaciones de su colega eran precisamente atribuidas a su persona (“Echenique afirma que…”). Melissa Rodríguez recordó reuniones en las que sus interlocutores masculinos no se dirigían a ella, sino al técnico que se sentaba a su lado.

El consenso que presidió la mesa redonda se rompió cuando Melisa Rodríguez y Edurne Uriarte demandaron una mayor unidad entre las mujeres. Rodríguez denunció los insultos que recibió por querer participar en la manifestación del 8-M, en referencia a la exclusión de las formaciones de derecha en la histórica manifestación de 2018. Uriarte lamentó que no se entienda que en el feminismo hay diferentes opiniones: “hay un feminismo en la derecha”, afirmó, “el reto es dialogar y encontrar puntos de encuentro entre mujeres de distintas ideologías dentro del feminismo”.

Para Noelia Vera el reto pendiente es el que señala como la principal lección del feminismo: que las mujeres siguen sufriendo discriminación “no por mala suerte o por falta de capacidad, sino por el hecho de ser mujeres”.

Diferencias al margen, la presidenta de ACOP cerró el debate animando a las diputadas a que sigan siendo ambiciosas: “os queremos con palabra, porque la palabra es poder”.

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jueves, abril 11, 2019

Garicano: el populismo es una reacción a la automatización



“Vivimos tiempos muy extraños: a pesar de que la humanidad está objetivamente mejor que nunca, estamos asistiendo al ascenso de líderes populistas por todas partes”, afirmó este jueves el economista Luis Garicano, cabeza de lista de Ciudadanos a las elecciones europeas del próximo 26 de mayo, en su visita al campus de Getafe de la Universidad Carlos III de Madrid.

Preguntados por cómo ven el futuro, los europeos responden: ‘incierto’, ‘atemorizado’ o ‘ansioso’. No es para menos. Según Garicano, la nueva revolución del cambio en el empleo ya no se limita a sustituir trabajos manuales por intelectuales, sino que la tecnología también empieza a reemplazar a estos últimos.

Si la inteligencia artificial ya es capaz de hacer diagnósticos médicos con tanta o mayor precisión que un profesional de la sanidad, ¿qué no ocurrirá con los conductores de camiones, trenes, autobuses y taxis? Detrás del malestar de las clases medias está, según el cerebro económico de Ciudadanos, la ansiedad ante un futuro que se antoja como letal para todos aquellos que se dediquen a tareas rutinarias susceptibles de ser automatizadas.

De hecho, según recuerda Garicano, la variable que mejor explica la victoria de Trump en las presidenciales norteamericanas de 2016 es el porcentaje de trabajo rutinario en cada condado. El propio lema de campaña del magnate inmobiliario, ‘Make America Great Again’, llamaba a recuperar un pasado idealizado. Algo parecido pedían los Brexiters, reapropiarse del control que supuestamente tenían antes (‘Take Back Control’).

La Unión Europea, identificada socialmente con las ideas de mercado único y libre circulación, es una amenaza para los que quieren volver al pasado de las fronteras. De ahí que Europa esté, a decir del ex profesor de la LSE y la Universidad de Chicago, en el punto de mira de los populismos. Una Europa que “no conduce, sino que es mera pasajera del coche de la nueva revolución industrial”, según el economista.

Para hacer frente a la competencia desleal de China, que no respeta la propiedad intelectual, Garicano propone una nueva Organización Mundial del Comercio en la que se respeten las reglas del juego. Al mismo tiempo, para hacer de Europa una realidad más tangible, el cabeza de lista de Ciudadanos sugiere un ‘Erasmus de mayores’, una especie de Imserso de talla continental que favorezca el intercambio de destinos vacacionales entre los jubilados europeos.

Sobre el Brexit, Garicano cree que Reino Unido está cada día más arrepentido de la decisión de salir de la UE. A las instituciones europeas tampoco les interesa un Brexit duro que acabe por certificar la entrada en recesión del continente. Si la salida de la UE es problemática, mucho más lo sería una hipotética independencia de Cataluña, sugiere. La negativa de Ciudadanos a pactar con el PSOE de Sánchez vendría condicionada por la temeridad del socialista, que habría supeditado su acceso al poder a cambio de ir cediendo parcelas de soberanía a los secesionistas catalanes.

Garicano, que acaba de publicar un libro-manifiesto titulado El contraataque liberal (Península, 2019), confiesa que le cuesta hacer la transición de profesor a político. “El científico siempre duda”, es consciente de la falsibilidad de su conocimiento. Sin embargo, “el político siempre tiene que responder a todo, no puede mostrar dudas”.

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viernes, marzo 15, 2019

Otra manera de contar



El éxito editorial de Fariña (Libros del KO, 2015), de Nacho Carretero, cogió a muchos periodistas gallegos por sorpresa. “Eso ya se sabía”, “¿a qué viene tanto revuelo?”, se preguntaban en las redacciones de la costa atlántica. El libro sobre la historia del narcotráfico gallego llegó a ser secuestrado judicialmente tras la denuncia de uno de los aludidos y se convirtió en una serie de ficción televisiva de gran audiencia. El volumen sigue traduciéndose a varios idiomas y la serie se ha convertido en un fenómeno mundial gracias a su distribución por Netflix.

En una mesa redonda sobre periodismo local organizada el viernes 15 de marzo de 2019 por el profesor y periodista Fernando Varela en la Universidad Carlos III de Madrid, Nacho Carretero, en compañía de Xosé Hermida, redactor jefe de política de El País, afirmó que una de sus principales motivaciones era, precisamente, la de escribir un libro que él echaba de menos en su propia estantería. A imitación de lo que ocurre en Italia, donde Roberto Saviano hizo mundialmente famosa la miseria de la camorra napolitana en Gomorra (2006), en Galicia faltaba alguien que se atreviera con un libro periodístico sobre la miseria local, la del narcotráfico. Y ese alguien fue un joven periodista, tan joven que era un niño cuando la mayor parte de los hechos que cuenta tenían lugar. Quizá ayudado por la distancia del tiempo y la relativa lejanía geográfica de su trabajo en Madrid, Carretero rescató de la hemeroteca nombres y apellidos que todavía despiertan escalofríos y, sobre todo, mucho silencio.

Carretero reconoce que Fariña no contiene ninguna exclusiva informativa, pero su principal innovación reside en la manera de narrar, de construir una adictiva historia a partir de las crónicas periodísticas y de las entrevistas que mantuvo con sus autores y sus protagonistas. Los episodios estaban ahí, sepultados en la hojarasca de la prensa diaria, faltaba el libro que los hiciera inmortales. Carretero pasó el narcotráfico gallego por el tamiz del periodismo narrativo y, de repente, lo local se hizo universal. El clan de los Charlines, las voluntades políticas compradas, los silencios cómplices y la ruina vital de muchos jóvenes y sus familias se manifestaron como un material novelable, digno de película. Como un cúmulo de ejemplos y anécdotas de esa categoría humana, la corrupción.

El recurrente comentario de “eso lo sabe todo el mundo” es, para Xosé Hermida, una de las inercias contra las que debe luchar diariamente el periodista. Fariña llama la atención desde el diseño de su propia portada. El fardo de cocaína se deshace para el lector y el recuento agregado de todas esas historias, su memoria, se convierte en revolucionario: de repente, lo que se daba por cotidiano (casi no hay banquete de primera comunión en la Galicia de los 80 que no contara con tabaco de contrabando para los invitados) se torna extraño y vergonzoso. Los propios gallegos no eran plenamente conscientes de que la cocaína llegó a Europa a través de sus costas. Que los silencios napolitanos tenían una fidelísima réplica en Vilagarcía.

Si bien la distancia geográfica y temporal benefició a Carretero en Fariña, su siguiente libro, En el corredor de la muerte (Espasa, 2018), sobre el español Pablo Ibar, descendiente de vascos condenado por asesinato en Florida, le ha supuesto más conflictos éticos. La historia está viva y la cercanía emocional con el protagonista es mayor. Un dilema moral no muy lejano al que experimentó Truman Capote durante la documentación de su legendaria novela de no-ficción, A sangre fría (1966). Otra historia híper-local, de la América profunda, que pasó desapercibida en la prensa diaria y se hizo universal tras su reinvención en forma de libro.

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sábado, diciembre 15, 2018

Gil Calvo: es la era del ‘malismo’

Máriam Martínez Bascuñán y Enrique Gil Calvo, durante la presentación del libro en la librería Pasajes, en Madrid

Tomando como inspiración una viñeta de El Roto, el sociólogo Enrique Gil Calvo advierte que estamos en la era del ‘malismo’: “haciéndote el malo, como Trump, acaparas la atención”. Atrás quedó el ‘buenismo’ de Obama o Zapatero. Cuando se trata de ganar visibilidad, “los malistas se imponen porque su mensaje es más impresionante, mete más miedo”, admite. El precio a pagar es caro: se cruzan líneas rojas, se rompen los consensos… pero la escalada disruptiva ha de tener un límite, bien en la violencia (la disrupción máxima) o en la redundancia, en el aburrimiento que produce la repetición del mismo mensaje.

Hasta que este ciclo de sacudida nacional-populista pase, Gil Calvo recomienda acostumbrarse a vivir en ríos revueltos. El sociólogo ofrecía el 14 de diciembre de 2018 estas reflexiones en la librería Pasajes de Madrid, donde tuvo lugar la presentación de su “ensayo disfrazado de manual” Comunicación política: caja de herramientas (Catarata, 2018), una síntesis de la disciplina a partir de su experiencia como profesor de esta materia durante cinco años en el máster en Liderazgo Democrático de la Universidad Complutense de Madrid.

Para Gil Calvo, la comunicación política trata sobre cómo los actores políticos (líderes, movimientos sociales, partidos) se relacionan con la ciudadanía a través de los medios de comunicación (sean éstos los tradicionales o las nuevas redes sociales). El sociólogo le sigue atribuyendo a los medios un poder central, ya éstos “formatean” el mensaje y “establecen la agenda de problemas públicos esenciales que tiene planteada una comunidad democrática”.

La lucha básica en la comunicación política sería la pelea de los diferentes actores políticos por colocar su problema en los lugares más altos de esa agenda pública que configuran los medios: “el esfuerzo de los actores políticos está centrado en tratar de marcar la agenda, intentar que su problema se encarame a lo más alto de la lista de asuntos públicos”. ¿Cómo se logra eso?, se pregunta retóricamente Gil Calvo, a lo que él mismo responde: “adquiriendo notoriedad, visibilidad mediática”.

Según el sociólogo, Trump ganó las elecciones presidenciales de Estados Unidos no tanto por el contendido de sus propuestas políticas, sino porque monopolizó la atención mediática: cuanto más escandalosas su intervenciones, mayor notoriedad y mayor presencia en la conciencia del público.

La politóloga Máriam Martínez-Bascuñán, moderadora del debate que siguió a la presentación del libro, planteó el dilema de cómo deben actuar los medios frente a fuerzas disruptivas como Vox o los chalecos amarillos franceses. Gil Calvo cree que los malos no son los periodistas, sino los políticos extremistas, ya que son éstos quienes rompen los consensos cuando deberían estar comprometidos con la comunidad política que quieren defender. El sociólogo no ve el futuro inmediato de Francia con buenos ojos: “los chalecos amarillos han castrado a Macron mediante una movilización en enjambre similar a la de nuestro 15-M. Le Pen heredará el poder francés como fruta madura”.

Preguntado por las lecciones que el fenómeno Podemos habría legado a la comunicación política, Gil Calvo considera que la formación liderada por Pablo Iglesias empleó un “mix de métodos” para aprovechar la ventana de oportunidad de la Gran Recesión: “todo estaba listo para una fuerza que quisiera cargarse el sistema tras la crisis”, y así ocurrió en otros países como Grecia (Syriza). Los estrategas de Podemos tuvieron la intuición de que el régimen del 78 estaba ya haciendo aguas y transformaron el “movimiento acéfalo” del 15-M (mientras estaba vivo en la Puerta del Sol, no quería líderes) en un “movimiento caudillista”, en el que Pablo Iglesias se ha ido quedando solo. Un líder que ahora reniega de Venezuela y se ha comprado un chalet en la sierra madrileña. “Ha descolocado totalmente a sus seguidores: es como si Trump se vuelve feminista”, sentenció Gil Calvo en tono jocoso.

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martes, diciembre 04, 2018

El padre de todo esto

Crédito de la ilustración: Sciences Humaines, 2015

Buena parte del pedigrí científico de la comunicación política se lo debemos a un refugiado. Como él mismo bromeaba cuando al otro lado del teléfono alguien identificaba su fuerte acento germánico, “sí, no vine aquí a bordo del Mayflower”. Paul Felix Lazarsfeld llegó a Estados Unidos en 1933 con una beca Rockefeller y ya no regresaría, al menos de forma permanente, a su Austria natal. A Estados Unidos se llevó su saber matemático, que aplicaría a la sociología y al estudio de los medios de comunicación en particular. Su teoría de los efectos limitados, apoyada en el hallazgo del ‘two step flow’, mediante el cual los líderes comunitarios ejercían el papel de grandes vendedores al por menor de los argumentos propagados por la prensa o la radio, tuvo tal influencia que llegó a tenerse por el paradigma dominante. Ello a pesar de la oposición que encontró en sociólogos como los Lang de Chicago, que siempre acusarían a Lazarsfeld de minimizar el impacto social de los medios.

A unos metros de la icónica Iglesia Votiva se encuentra el Departamento de Sociología de la Universidad de Viena, donde tiene asiento el archivo Lazarsfeld, cuyos documentos descansan en la compañía de los de Paul Neurath, discípulo suyo que jugaría un papel fundamental a la hora de abrir el archivo en 1983. A decir verdad la mayoría de los papeles que en él se encuentran son fotocopias de los originales depositados en la Universidad de Columbia en Nueva York a la muerte de Lazarsfeld. Pero Neurath fue lo suficientemente inteligente e insistente para, mediante el apoyo del Ministerio de Educación austríaco y la Universidad de Viena, adquirir la biblioteca de trabajo del genio vienés de su viuda (y tercera esposa), Patricia Kendall.



Durante el mes de noviembre tuve la oportunidad de visitar el archivo. Sorprende desde el primer momento la actualidad de sus investigaciones. Sus pioneros estudios sobre la radio se preguntan qué es lo que hace que un programa de radio sea exitoso, y si la radio es una salvaguarda de la democracia o una plataforma para el fascismo. Preocupaban mucho los programas educativos, que competían con su ‘showmanship’ con el magisterio de los profesores en el aula. No es difícil imaginar a las estrellas de la radio como los modernos youtubers. Las preocupaciones sobre las implicaciones socio-políticas de la radio podrían trasladarse a internet y no perderían vigencia.

Doctor en matemáticas, Lazarsfeld se murió sin que los estudiantes de sociología tuvieran toda la formación cuantitativa que él demandaba para formalizar las ciencias sociales. Pero, aún así, el instituto de investigación que logró establecer en Columbia, el Bureau of Applied Social Research, fue pionero en la puesta en práctica de técnicas de investigación que aún hoy en día no dominamos plenamente los investigadores de la comunicación política:
  • La técnica del panel: encuestas a la misma muestra para observar la evolución de su opinión.
  • El ‘program analyzer’: un curioso artilugio compuesto por dos botones (‘me gusta’, ‘me desagrada’) que los oyentes de radio podían presionar mientras escuchaban un programa. Hoy en día se utiliza ampliamente, en su versión digital, para estudiar los debates electorales. 
  • El análisis de contenido.
  • La entrevista focal, en su versión individual y grupal (el focus group), para indagar en las gratificaciones de los oyentes de radio.

Como es sabido, Lazarsfeld fue el pionero de la investigación de las redes sociales. Su famosa trilogía sobre la influencia personal e impersonal (mediática) en la decisión de voto (The people’s choice, Voting y Personal influence) culminó con el intento de rastrear las redes de influencia hasta encontrar al líder de opinión local, algo que no siempre se conseguía y que alimentaría las críticas a sus trabajos, que en cualquier caso gozaban de una sofisticación metodológica difícil de replicar incluso hoy en día.




El archivo de Lazarsfeld contiene cartas y notas remitidas a sus colaboradores, a los órganos de gobierno de su universidad o a las fundaciones que financiaban sus proyectos. Es muy probable que este tipo de documentación no la conservemos en el futuro, dada la evanescencia de toda la información digital. Resulta divertido calcular a cuánto equivaldrían a día de hoy los salarios que él mismo se ponía como director, así como los honorarios de sus colaboradores. Y resulta también sorprendente que la mayoría del trabajo duro lo llevaran a cabo mujeres, bien como entrevistadoras o como procesadoras de los datos alojados en tarjetas perforadas.

Lazarsfeld es a los estudios de comunicación lo que Darwin a la biología o Einstein a la física. Fue el padre de todo esto que llamamos comunicación política. Y fue, conviene recordarlo en estos tiempos, un refugiado con acento extranjero.

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