sábado, octubre 05, 2019

Berta Barbet: información y opinión pública en tiempos de crisis política


En la formación de la opinión pública hay constantes que se mantienen desde hace décadas, mientras otros elementos, como la creciente desafección ciudadana o el espacio que para el extremismo ofrecen las redes sociales, han irrumpido en el paisaje político en tiempos recientes. La politóloga Berta Barbet, investigadora postdoctoral en la Autónoma de Barcelona, ofreció estas claves en la lección inaugural de la jornada ‘La nueva opinión pública’, auspiciada por la Fundación Giménez Abad en colaboración con la Asociación de Comunicación Política y celebrada en Zaragoza el 3 de octubre de 2019.

A decir de Barbet, la opinión pública se compone de tres elementos. En primer lugar, los objetos políticos sobre los que esperamos que los ciudadanos tengan opiniones (los candidatos, las instituciones, la situación del país, las políticas públicas…). En segundo lugar, los principios y valores de los ciudadanos, que suelen ser constantes. Y, por último, la información que conecta los objetos políticos y los valores ciudadanos.

La ciencia política ofrece dos modelos para explicar la formación de los juicios del votante: el ‘running-tally’ o ‘hot cognition’, mediante el cual el ciudadano tiene una opinión formada a la que adapta cualquier nuevo estímulo, o el modelo RAS (Receive-Accept-Sample) de John Zaller, en el que la opinión del ciudadano no está formada y cambia con el ambiente comunicativo.

El estudio de la opinión pública tiene al menos 70 años de historia. En perspectiva, Barbet considera que hay elementos que permanecen desde esos orígenes, mientras que otras cuestiones son nuevas, propias de nuestra época.

Entre las cosas que no han cambiado, Barbet señaló:
  • Los ciudadanos están desinformados sobre la política.
  • Los ciudadanos buscan heurísticos, atajos para saber a qué candidato apoyar.
  • Las emociones son muy importantes para formar la opinión, lo que explica en gran medida el éxito de las noticias falsas.
  • Los menos proclives a cambiar de opinión son los ciudadanos políticamente más sofisticados.

Entre las cosas que sí han cambiado:
  • Hay más desafección política en España: la desconfianza en los políticos ha subido.
  • Las herramientas que los ciudadanos utilizaban para navegar el mundo político han cambiado: ya nadie se fía de los partidos, de los sindicatos…
  • Con las redes sociales, los extremistas tienen una facilidad enorme para conectarse entre sí.
  • La comunicación política en los medios ha cambiado: se da un mayor énfasis al espectáculo, parece que el que grita más tiene más razón.

Ante tal panorama, pareciera que estamos inevitablemente abocados a un mundo trumpista. Como antídoto, Barbet sugirió algunas medidas:
  • La comunicación debe orientarse al entendimiento.
  • Hay que atajar la sensación social de que el sistema ha abandonado a la gente.
  • El diálogo no va de tener razón, sino de intentar entenderse.
  • Debemos procurar que el conflicto político sea comprensible para el ciudadano.

Para que las medidas arriba señaladas surtan efecto, Barbet apunta que los medios de comunicación deberían entenderse como un servicio público y no como un negocio.

A la lección magistral de Barbet siguieron dos mesas redondas que tuve el honor de moderar. La primera con académicos (Carlos Arcila, Toni Aira y Paloma Piqueiras), la segunda con consultores (Verónica Fumanal, Nacho Corredor y Xavier Peytibi). La coordinación de la jornada corrió a cargo de Rafael Rubio, profesor titular y director del grupo de investigación sobre participación y nuevas tecnologías de la Universidad Complutense de Madrid.

El vídeo completo de la jornada puede verse en la Mediateca online de las Cortes de Aragón.

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