domingo, diciembre 18, 2005

La Universidad de Valencia crea un Observatorio de Comunicación Política

La Universidad de Valencia pondrá en marcha un Observatorio de Comunicación Política en las vísperas de las elecciones autonómicas y municipales de 2007 en España. El proyecto se creará en colaboración con la Generalitat Valenciana, el gobierno autónomo de la comunidad levantina. Según publica el diario local Las Provincias, “el observatorio estará formado por un grupo de expertos dedicados a analizar el impacto de las nuevas tecnologías y la efectividad de los mensajes políticos.”

La Universidad de Valencia y el gobierno de la Generalitat ya han colaborado en la creación del Centro de Documentación Electoral de la Comunidad Valenciana (CDECV). Además, en esa misma universidad desarrolla sus actividades el Grupo de Análisis Crítico Democracia y Poder.

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lunes, diciembre 12, 2005

Libro de cabecera

¿Proporciona el periodismo la información que los ciudadanos necesitan? ¿Qué clase de periodismo es esencial para una democracia? ¿Por qué a los gobiernos les interesa controlar la información? ¿De qué manera pueden los medios equilibrar los intereses empresariales y los intereses del público? Estas son algunas de las cruciales preguntas a las que se da respuesta en el libro The Press, editado por Geneva Overholser y Kathleen Hall Jamieson. El volumen forma parte del macro-proyecto “Institutions of American Democracy”, una serie de libros en la que se analizan cinco instituciones fundamentales en la democracia americana: las escuelas públicas, la prensa y las tres ramas del gobierno federal: el poder ejecutivo, el legislativo y el judicial.

Reproducimos a continuación el listado de artículos que se incluyen en el volumen dedicado a la prensa, fundamental para entender el lugar del periodismo en la democracia:

  • Presses and democracies / Daniel C. Hallin and Robert Giles
  • American journalism in historical perspective / Michael Schudson and Susan E. Tifft
  • The nature and sources of news / Robert M. Entman
  • Definitions of journalism / Barbie Zelizer
  • The minority press / Pamela Newkirk
  • Journalism and democracy across borders / John Keane
  • What democracy requires of the media / James Curran
  • The marketplace of ideas / Robert Schmuhl and Robert G. Picard
  • The agenda-setting function of the press / Maxwell McCombs
  • The watchdog role / W. Lance Bennett and William Serrin
  • Informing the public / Thomas Patterson and Philip Seib
  • Mobilizing citizen participation / Esther Thorson
  • Government and the press / Martha Joynt Kumar and Alex Jones
  • Public policy toward the press / Timothy E. Cook
  • The First Amendment tradition and its critics / Bruce W. Sanford and Jane E. Kirtley
  • Legal evolution of the government-news media relationship / Jane E. Kirtley
  • Communications regulation in protecting the public interest / Robert B. Horwitz
  • Journalism and the public interest / Daniel Schorr
  • The military and the media / William Prochnau
  • Money, media, and the public interest / Robert G. Picard
  • The market and the media / James T. Hamilton
  • The press and the politics of representation / Mitchell Stephens and David T.Z. Mindich
  • The legacy of autonomy in American journalism / Theodore L. Glasser and Marc Gunther
  • What kind of journalism does the public need? / Carolyn Marvin and Philip Meyer
  • The future of news, the future of journalism / John Carey and Nancy Hicks Maynard

viernes, noviembre 25, 2005

Las elecciones mexicanas también se preparan en Washington

Un taller de comunicación electoral analizará en Washington D.C. el escenario pre-electoral mexicano y ofrecerá conferencias en publicidad electoral, sondeos de opinión pública, utilización de Internet y coordinación de voluntarios. Las jornadas están organizadas por la oficina de Proyectos para Latinoamérica de la Graduate School of Political Management (GSPM) de la George Washington University. Se celebrarán del 5 al 9 de diciembre en la capital de Estados Unidos.

Más información en la web del taller.

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miércoles, noviembre 23, 2005

Seminario de márketing político en México

Un seminario internacional de márketing político analizará en México las últimas tendencias en comunicación electoral, justo a las puertas de las próximas elecciones presidenciales de 2006.

Bajo el título de “Campañas Electorales: Megatendencias en la Comunicación Política”, el encuentro se desarrollará los días 30 de noviembre y 1 de diciembre de 2005 en la Universidad Iberoamericana, en la ciudad de México. El programa del seminario ofrece el clásico repertorio de temas asociados a una estrategia de comunicación electoral: cómo construir el mensaje del partido y/o candidato, cómo influir en la agenda de los medios, cómo afrontar una situación de crisis... Quizá la ponencia más interesante sea la que lleva por título “El manejo de las redes ciudadanas en una campaña electoral”. El ponente de esta charla, Guillermo Velasco Arzac, es el presidente de la consultora de comunicación política EYCOM, empresa que organiza el seminario en colaboración con la Universidad Iberoamericana.

Más información en la web de EYCOM.

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martes, noviembre 22, 2005

Los hispanos y su integración cultural en Estados Unidos

El periódico Milenio (Guadalajara, México), publica una entrevista con Sonia Colin, la experta en márketing político que dirigió la estrategia de comunicación para los hispanos en la campaña presidencial de George W. Bush en 2000. Colin explica que los latinos han dejado de comportarse como un bloque electoral que votaba sólo a los Demócratas. En las elecciones presidenciales de 2000 un tercio de los hispanos votaron a Bush, y en las de 2004 casi la mitad (un 44 por ciento) lo reeligieron como presidente.

La cuestión de la asimilación cultural de los latinos al mainstream gringo es asunto recurrente en el debate periodístico e intelectual de Estados Unidos. El hecho de que la población hispana se divida entre Demócratas y Republicanos se considera algo positivo, un síntoma de integración, de normalidad. Es curioso comprobar cómo el segundo bloque étnico más importante en Estados Unidos, el conformado por los afroamericanos, sigue siendo fiel al partido Demócrata, hasta el punto de que Kerry ganó el voto negro por un margen del 80 por ciento. Sin embargo, su ventaja con respecto a Bush en el voto latino fue sólo del 10 por ciento. Si aceptamos el reparto equitativo del voto entre Demócratas y Republicanos como un síntoma de asimilación, se concluye que los hispanos están más integrados en la sociedad norteamericana que los negros. En un reciente editorial, la revista The Economist (6 de agosto de 2005, Vol. 376, Issue 8438), alertaba a los afroamericanos de los peligros de esta apuesta ciega por el partido Demócrata, que invita a los Republicanos a no proponer alternativas reales en su beneficio.

Resulta interesante observar que, a pesar de esta rápida asimilación de los latinos al sistema político estadounidense, numerosas voces (en los medios y en la academia) alertan del peligro de la reconquista hispana. El más significado crítico de la creciente influencia de los latinos en Estados Unidos es Samuel P. Huntington. La publicación de su artículo “The Hispanic Challenge” en la revista Foreign Policy (marzo/abril 2004) desató un encendido debate sobre la integración cultural de los hispanos en los Estados Unidos. Huntington sostiene que la incesante inmigración latina amenaza con dividir al país en dos culturas (la protestante y la católica) y en dos lenguas (el inglés y el español). Según este autor, la cultura americana fue definida por los colonos anglo-protestantes de los los siglos XVII y XVIII, que trajeron a Estados Unidos valores tan importantes como el individualismo y la ética del trabajo. Los latinos suponen un desafío a estos valores, porque a decir de Huntington los hispanos son desconfiados, no tienen iniciativa y viven bajo la pesada losa del fatalismo, la creencia de que no vale la pena planear el futuro porque el destino no está en nuestras manos.

¿Está Huntington en lo cierto? ¿Son los valores político-culturales de los latinos una afrenta a la identidad norteamericana? La literatura científica parece contradecir las afirmaciones del profesor de Harvard. Rodolfo O. de la Garza, profesor de la Universidad de Columbia en Nueva York, publicó un par de estudios que cuestionan las teorías de Huntington.

El primer trabajo (1) medía la integración de los hispanos de origen mexicano (que a su vez representan el 60 por ciento de los latinos) evaluando su aceptación de tres valores considerados netamente americanos: su disposición a hablar inglés, su tolerancia política y su confianza en las instituciones. Los mexicano-americanos estaban mayoritariamente de acuerdo en que el inglés debería ser conocido por todos los habitantes de Estados Unidos e incluso revelaron más confianza en las instituciones que los anglos. Los datos relativos a la tolerancia política no ofrecían resultados claros.

El segundo estudio (2) halló que los latinos de origen mexicano son tanto o más individualistas y patriotas que los anglos. De la Garza concluía que los mexicano-americanos se estaban incorporando al mainstream norteamericano de una manera más rápida que los inmigrantes europeos del siglo XX.

La amplia repercusión del ensayo de Huntington hizo que el debate sobre la asimilación cultural de los latinos saltara de las revistas académicas a las publicaciones de carácter general. En un artículo publicado en el diario The Texas Observer, David Montejano acusaba a Huntington de ocultar deliberadamente datos que contrariaban sus tesis, como el hecho de que son cada día más los hispanos que se casan con personas que no pertencen a su grupo étnico.

Los resultados de estudios elaborados por organizaciones como el Pew Hispanic Center y el Tomás Rivera Policy Institute no parecen apoyar los argumentos de Huntington. Casi nadie en la tercera generación de hispanos (los nacidos en Estados Unidos cuyos padres son también norteamericanos) tienen al español como su lengua principal y dos tercios prefieren consumir medios de comunicación en inglés antes que los medios en español.

Con una población cercana a los 40 millones de personas, representando el 15 por ciento de la población total de Estados Unidos, los latinos son ya la primera minoría étnica del país. No son un bloque homogéneo. Es de suponer que entre el mexicano que trabaja en la cocina del Burger King y el cubano que conduce tres coches de lujo en Miami hay muchas diferencias. Pero quizá les una la confianza en un futuro mejor que el presente, y tal vez ambos piensen que el camino para lograrlo es el trabajo diario. Ése es el Sueño Americano, y los expertos en comunicación política, trabajen para Demócratas o Republicanos, lo saben muy bien.

Notas:

(1) De la Garza, Rodolfo O.; Falcon, Angelo; Garcia, Chris F. and Garcia, John. 1994. Mexican immigrants, Mexican Americans, and American political culture. In Edmonston, Barry and Passel, Jeffrey S., editors. 1994. Immigration and ethnicity: the integration of America's newest arrivals. Washington, D.C.: Urban Institute Press, pp. 227-250.

(2) De la Garza, Rodolfo O.; Falcon, Angelo and Garcia, F. Chris. May 1996. Will the real Americans please stand up: Anglo and Mexican-American support of core American political values. American Journal of Political Science, Vol. 40, No. 2, pp. 335-351.

Lecturas recomendadas:

De la Garza, Rodolfo O. 2004. Latino Politics. Annnual Review of Political Sicence, No.7, pp. 91-123.

De la Garza, Rodolfo O. October/December, 2004. Los latinos y la política estadounidense contemporánea. Vanguardia Dossier 13, pp. 54-57.

DeSipio, Loius. May 2003. Latino viewing choices: Bilingual television viewers and the language choices they make. The Tomás Rivera Policy Institute.

Huntington, Samuel P. (March/April, 2004). The Hispanic challenge. Foreign Policy, pp. 30-45.

Montejano, August 13, 2004. Who is Samuel P. Huntington? The Texas Observer.

The Pew Hispanic Center/Kaiser Family Foundation 2004 National Survey of Latinos: Politics and Civic Engagement.

Ramos, Jorge. October/December, 2004. Por qué los hispanos son distintos. Vanguardia Dossier 13, pp. 54-57.

Suro, Roberto. April 2004. Changing channels and crisscrossing cultures: A survey of Latinos on the news media. Pew Hispanic Center/ Annenberg School for Communication, University of Southern California.

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miércoles, noviembre 09, 2005

Orihuela: la comunicación pública ya no es exclusiva de los medios tradicionales

José Luis Orihuela, profesor de la Universidad de Navarra experto en blogs, es miembro del jurado de The BOBs, los premios internacionales a los mejores weblogs organizados por la Deutshe Welle (la BBC alemana). Aprovechando su estancia en Bonn como miembro del jurado, la cadena alemana lo entrevistó para su portal en Internet. Reproducimos un extracto de la conversación:

José Ospina: ¿Qué está aportando la cultura blog al mundo de la comunicación?

José Luis Orihuela: Hasta hace muy poquito tiempo, los medios tradicionales tenían el protagonismo exclusivo de la agenda pública. Los weblogs y otros medios de lo que nosotros llamamos el movimiento de los medios sociales o el periodismo 3.0, han acabado para siempre con esa exclusividad. Los nuevos medios y los viejos medios están redefiniendo un espacio que tienen que compartir. El espacio de la comunicación pública ya no está en manos de los medios tradicionales y de los periodistas profesionales, sino que en ese espacio intervienen también otros agentes de la comunicación.
Los medios tradicionales se han topado con los weblogs básicamente a golpe de desastres. El 11 de septiembre, el 11 de marzo, el 7J, el Tsunami asiático, Katrina… han mostrado los límites que tienen los medios convencionales para las coberturas de catástrofes y el impresionante poder en cambio que suponen las coberturas distribuidas.

Vía: eCuaderno

lunes, noviembre 07, 2005

El Maquiavelo de Downing Street visita Madrid

Alastair Campbell, el polémico ex director de comunicación del primer ministro británico Tony Blair, será el invitado estrella de la cuarta edición del Seminario Internacional de Comunicación Política y Electoral organizado por la Universidad George Washington y la compañía de consultoría política Mas Consulting Group. Las jornadas, que centrarán su atención en el papel de las tecnologías de la información en los procesos electorales, tendrán lugar en Madrid los días 29 y 30 de noviembre de 2005.

El programa del seminario ofrece, a mi modo de ver, dos grandes puntos de interés:

1. Campbell, el Maquiavelo de Downing Street

Su rostro aparece en el diccionario cuando uno busca la definición del término “spin doctor”, vocablo anglosajón que alude a aquellos asesores políticos o jefes de prensa que llaman a los periodistas para sugerirles de qué forma deben tratar un asunto y cómo deben enmarcarlo. Los spin doctors son expertos en darle la vuelta a situaciones comprometidas para los gobiernos, y a menudo confeccionan los argumentarios ideológicos del poder ejecutivo. Alastair Campbell dejó la prensa sensacionalista británica para convertirse en el portavoz del candidato Blair y posteriormente en su jefe de prensa. Siempre se le atribuyó una influencia clave en las decisiones de Downing Street, hasta el punto de considerársele el primer ministro en la sombra. Campbell dimitió tras el trágico suicidio del científico David Kelly, la fuente de las informaciones publicadas por un periodista de la BBC, Andrew Guilligan, en las que se revelaba que el gobierno británico había exagerado intencionadamente un informe sobre las armas de destrucción masiva iraquíes. Si el lector desea refrescar la memoria sobre el culebrón Campbell-Kelly-Guilligan, recomiendo la lectura de un reportaje publicado por John Cassidy en la revista New Yorker el 8 de diciembre de 2003. Una entrevista con el autor del artículo está también disponible en la versión electrónica de la revista. Por cierto, la charla de Campbell se titula “La comunicación gubernamental en Sociedad de la Información”.

Un inciso: David Mathieson, periodista y asesor de Robin Cook en el ministerio de Asuntos Exteriores británico, también dará una conferencia. Me intriga saber qué tipo de relación existe entre Campbell, artífice del argumentario pro-belicista de Blair, y el asesor de Cook, ministro que dimitió en protesta por la guerra de Irak. Mathieson publicó un artículo en The Guardian el día después de las elecciones generales del 14 de marzo en el que alababa la reacción de los votantes españoles ante los intentos de manipulación mediática inducidos por el gobierno y “apoyados por un aparato mediático estatal del que Vladimir Putin estaría orgulloso”, según sus palabras.

2. El uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (teléfono móvil e Internet) en la movilización política

Julie Barko, subdirectora del Institute of Politics, Democracy & Internet (IPDI) de la George Washington University hablará sobre el uso de la telefonía móvil en la comunicación política. Supongo que se referirá a las conclusiones de un seminario sobre el tema celebrado por su instituto el pasado 13 de septiembre.

Será interesante saber qué lecciones al respecto nos puede dar Estados Unidos, país en el que la cultura del móvil presenta importantes diferencias con respecto a Europa, especialmente en lo que se refiere al envío de mensajes de texto.

Rick Davis, director de campaña de John McCain 2000, Nicco Melle, webmaster de la campaña de Howard Dean 2004 y Justin Germany, de la e-campaña Bush-Cheney 2004, ofrecerán su visión del papel de Internet en las campañas electorales. McCain fue el primer candidato que ensayó las posibilidades de la red, y Dean fue quien las desplegó en todo su esplendor. En el caso de Dean la red fue fundamental para reclutar voluntarios (especialmente a través de los meetups) y para recaudar fondos. En el mejor artículo que he leído sobre la campaña de Dean (escrito por Matthew Hindan, titulado “The Real Lessons of Howard Dean: Reflections on the First Digital Campaign” y publicado en Perspectives on Politics, Volume 3, Issue 01, marzo 2005, pp 121-128.) se afirma que la web no sirve para captar al votante indeciso, pero ha sido revolucionaria en la movilización de los votantes convencidos. La innovación que Internet aporta a la comunicación política no reside en el business to client (las relaciones entre el candidato y la masa de votantes) sino en el business to business (las relaciones entre el candidato y sus simpatizantes).

De nuevo, convendría hacer distinciones culturales. En Estados Unidos la financianción de las campañas electorales depende en gran medida de los donantes afines al partido o al candidato. En España la financiación de las campañas electorales es esencialmente pública. En mi opinión, el peso del individuo en la financiación de campañas electorales en Estados Unidos es un arma de doble filo: se abre la puerta a los intereses particulares, al clientelismo y a la corrupción, pero también se implica más al ciudadano medio en los procesos políticos. Eso fue lo que ocurrió con Dean. Las historias de personas que vendieron su bicicleta para donar dinero a su campaña electoral son elocuentes.

En España los partidos políticos podrían utilizar la red (de hecho ya lo hacen) para la movilización de sus simpatizantes. Pero el otro aspecto de la revolución Dean, el de la financiación a cargo de pequeñas sumas de dinero de una amplia masa de ciudadanos, es intrínsecamente americano y no exportable al contexto español.

Durante las jornadas también se abordarán otros asuntos, como el e-Gobierno (la administración pública en la era de Internet), la influencia de los blogs en la política, y los desafíos de la prensa digital en España.

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jueves, noviembre 03, 2005

Una mirada escéptica al periodismo participativo

El presente post es una especie de contestación al artículo “El periodismo como arte democrático”, de Juan Varela, publicado en el diario español ABC el 22 de octubre de 2005 y reproducido en su wiki sobre periodismo participativo.

El denominado civic o public journalism de Rosen y Merritt me cautivó tanto le dediqué año y medio de estudio. Me sigue pareciendo una propuesta noble pero difusa, abierta a la interpretación y el abuso, de ahí que a veces la alabe y a veces la critique (con todo el cariño del mundo). El llamado periodismo participativo no me produce excesiva excitación. Para mí los blogs son mucho más efectivos como media watchdogs (vigilantes de la actuación de los medios) que como productores de periodismo de calidad.

Lo que más me sorprende del discurso del periodismo participativo es su celebración de la desaparición de la mediación profesional que hasta ahora encarnaban los periodistas de los MSM (mainstream media). Se percibe cierta satisfacción en la erosión del poder de mediación del periodista. De repente, el periodista pierde autoridad, bien porque se le considera atenazado por los intereses corporativos y políticos de sus patrones, o bien porque se le ve como una mera correa de transmisión de esos mismos poderes. Esto cuando no es visto, simple y llanamente, como un propagandista de un determinado ideario. Quizá convendría traer a colación la famosa advertencia de David Randall (1999): el que quiera hacer periodismo de izquierdas o derechas, tiene una idea muy equivocada de lo que es el periodismo. Cierto que los periodistas tienen casi siempre un prejuicio antisistema (suelen ser críticos con el partido en el poder) y tienen cierta vocación reformista, pero ese es otro tema (Gans, 2005, ed. original, 1979).

Gran parte de la pérdida de credibiliad en la figura del periodista se debe a esa presunta falta de imparcialidad. Una acusación que cobra más vigor con el auge del periodismo descaradamente partidista. Es curioso. El deseo de objetividad en el periodismo tiene en parte una raíz comercial: ser lo más equidistante para no alienar a una parte de la audiencia. Ahora el partidismo es, quién lo diría, una de las grandes bazas comerciales del periodismo. Es como si el consumidor de medios no le pidiese al periodismo información e interpretación cualificada (basada en hechos, ofreciendo todos los ángulos posibles), sino refuerzo de prejuicios y búsqueda de argumentarios para liderar las discusiones de café. Quizá no haya nada de malo en esto. Este es el periodismo que se practicaba en Estados Unidos en el siglo XIX. Y es probable que a más partidismo en los medios, más participación electoral. Esto es contradictorio con el espíritu periodístico más tradicional, pero no debemos negar la evidencia por más que contradiga nuestros más altos principios.

Pero quizá haya que reflexionar sobre lo que estamos perdiendo al desechar la objetividad (o su deseo) como ethos del periodismo. Hace tiempo que la interpretación se considera legítima dentro del periodismo. La mera reproducción de citas de los bandos contrarios, la objetividad como ritual a la que aludía Tuchman, es aún practicada, pero a menudo se va más allá, indagando en las razones de cada uno de los bandos.

No obstante, el deseo de no implicación emocional ha sido y es válido en la era del periodismo interpretativo... o lo era hasta fechas recientes. Ahora parece que esa imparcialidad, que siempre fue difícil de alcanzar, ya ni se persigue. Es más: muchos la desprecian.

Antes de darlo por muerto, convendría indagar en el valor del ideal de la objetividad, o lo que se busca con él. Y lo que podemos perder al descartarlo. Cito a Don H. Corrigan, el azote del periodismo cívico:

“La objetividad es un ideal escurridizo (elusive ideal), como la paz mundial, la armonía racial, los derechos humanos universales o la tolerancia religiosa. Pero la humanidad no debe abandonar la búsqueda de la paz mundial, la armonía racial, los derechos humanos universales y la tolerancia religiosa porque sean ideales difíciles de alcanzar. Los periodistas no deberían abandonar la búsqueda de la objetividad porque sea, admitido está, un ideal esquivo. El concepto de objetividad, en el contexto del periodismo, incorpora ciertas nociones de honestidad e imparcialidad, así como una devoción por la neutralidad, la exactitud y la veracidad. La objetividad no es un ‘cliché improductivo’, ni pierde su potencia porque sea sea un ideal difícil de conseguir. No deberíamos estar tan dispuestos a reemplazarlo por algo diferente” (1999: xvi-xvii).

John C. Merrill (1999), el otro azote del periodismo cívico, denunció en su momento los peligros de reemplazar el liberalismo por el comunitarismo como filosofía de fondo del periodismo. Creo que lo que en realidad criticaba Merrill es el periodismo participativo, la radicalización (o hipertrofia) del periodismo cívico. El sometimiento de los criterios de noticiabilidad a los criterios de “la comunidad”. Los que venimos de la aldea sabemos lo opresivas que son las comunidades, tanto en el mundo físico como en el virtual. Bendita urbanidad, bendito individualismo. Bendito respeto por la diferencia, como decía Schudson en su amable pero rigurosa crítica al periodismo cívico (Schudson, 1999).

El periodismo cívico, tal como se concibió originalmente (a mi modo de ver Rosen se apuntó recientemente al carro del periodismo participativo, la caricatura del periodismo cívico, ese periodismo cívico que él definió de la misma manera en que Varela titula su artículo: “journalism as a democratic art”) tiene su correlato político en la democracia deliberativa. El periodismo cívico ampliaba el papel del periodista (el periodista no era sólo un mediador, sino también un debate facilitator).

El periodismo participativo enlazaría directamente con la democracia participativa. El mediador desaparece. El público elabora y consume, se lo guisa y se lo come. Lo mismo a la hora de administrarse, gobernarse políticamente. Quizá aquí también estemos enterrando otros valores de nuestro sistema político tradicional de una manera irreflexiva, como hacemos con la objetividad en el periodismo. Nada de representación, democracia directa. No sé ustedes, pero yo no tengo tiempo para participar a pleno rendimiento en todas las decisiones de nuestro sistema político. Necesito representantes que se encarguen de hacer por mí lo que yo no tengo tiempo de hacer (elaborar leyes, perseguir a los que las incumplen). Lo mismo ocurre con el periodismo. Necesito mediadores cualificados que me hagan la vida más fácil, que me digan sobre qué puntos debo enfocar mi atención. Tranquilos, no soy un troglodita. Yo mismo soy un blogger, y agradezco las nuevas posibilidades (creativas, informativas, participativas...) de la red. Pero también observo que, por ahora, la blogosfera no es “many-to-many”, sino “many-to-few” (salvo contadas excepciones, la mayoría de los blogs no reciben más de 25 visitas diarias, según un reciente estuido del MIT, véase Chronicle of Higher Education, 23 de junio de 2005). Y basta asistir a una reunión de tu comunidad de vecinos para ver las serias limitaciones de la democracia asamblearia. El voto secreto (y no la mano alzada de las asambleas, donde la “peer-pressure” afecta a la libertad de voto) es una de nuestras grandes garantías. No la tiremos por la borda. Leamos antes a Stuart Mill y sus Consideraciones sobre el gobierno representativo.

En conclusión: A mi modo de ver, no hay periodismo sin mediación, ni democracia sin representación.


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Dos apuntes finales:

1. Sobre la la tradicional oposición Lippman-Dewey:

El célebre libro The Public and Its Problems no es, como se ha dicho siempre, un rechazo frontal de las teorías de Lippman. Dewey compartía con Lippman muchos de los puntos de su diagnóstico, pero su tratamiento era diferente. La propuesta de Dewey era una especia de “tercera vía”: ni el gobierno de las elites de Lippman, ni la dictadura de la mayoría, sino colaboración entre elites y ciudadanos corrientes.

Dewey es una figura mediadora entre el elitismo de Lippman y el credo mayoritario de progresitas de principios de siglo XX en USA, como ha señalado Ralston (5 de marzo, 2004). La propuesta de Dewey se condensa en el concepto de “public-spiritedness”. Ralston lo explica de una manera bastante inteligible (perdón por la larga cita en inglés):

“To resolve the conflict between the elitist position, defended by Lippmann, and the majoritarian position, held by Progressives (…) Dewey proposes a hybrid concept that helps the disputants on either side of the debate imagine their respective ideals realized in practice and harmony with each other. In The Public and Its Problems, Dewey introduces the concept of “public-spiritedness” with the shoe analogy:

‘The man who wears the shoe knows best that it pinches and where it pinches, even if the expert shoemaker is the best judge of how the trouble is to be remedied. Popular government has at least created public spirit even if its success in informing that spirit has not been great’.

According to this analogy, not only does self-government begin with citizens, who know the problems of their environment best, but it also extends to leaders and experts. Thus, citizens consult experts and experts consult citizens, thereby avoiding the tyranny of either and promoting the associated activity of both” (Ralston, March 5, 2004).

2. Una observación quisquillosa:

El Project for Excellence in Journalism es producto de la colaboración de la Columbia University y Pew Charitable Trusts. Cierto es que el material del libro más citado de Kovach, The elements of journalism, si surgió fruto de unos foros convados por Harvard. Supongo que de ahí viene el lapsus. Claro que a lo mejor yo también estoy equivocado...


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Referencias:

Corrigan, Don H. (1999): The Public Journalism Movement in America: Evangelists in the Newsroom. Westport, CT: Praeger.

Chronicle of Higher Education (23 de junio de 2005). So many bloggers, so few readers. The Chronicle: Wired Campus Weblog.

Gans, Herbert H. (2005, ed. Original 1979). Deciding What's News. A Study of CBS Evening News, NBC Nightly News, Newsweek, and Time. Evanston, IL: Nortwestern University Press.

Kovach, B. Rosenstiel. T. 2001. The Elements of Journalism: What Newspeople Should Know and the Public Should Expect. New York: Crown.

Merrill, John C., Gade, Peter J. y Blevens, Frederick R. (2001): Twilight of Press Freedom: The Rise of People's Journalism. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates.

Ralston, Shane Jesse (5 de marzo de 2004): “Deliberative Democracy as a Matter of Public Spirit: Reconstructing the Dewey-Lippmann Debate”. Paper presented at the 31st Annual Conference of the The Society For The Advancement Of American Philosophy.

Randall, David (1999): El periodista universal. Madrid: Siglo XXI Ediciones.

Schudson, Michael (1999): “What Public Journalism Knows about Journalism but Doesn’t Know about “Public”. En Glasser, Theodore L., The Idea of Public Journalism. New York: Guilford, pp. 118-133.

jueves, octubre 20, 2005

Howard Dean: americano en las formas, ¿extraterrestre en su discurso?

Sus rivales lo desprecian. Lo consideran poco menos que un comunista disfrazado. Al fin y al cabo, es el gobernador de Vermont, ese excéntrico estado tradicionalmente liberal, “Berkeley con jersey de abrigo”, en palabras de Joe Trippi, el director de campaña de Dean for America en las sorprendentes primarias demócratas de 2004. No tiene el físico ni el estilo de un presidente. Es bajito y se le conoce por su costumbre de remangarse la camisa en cada mítin. A veces parece un telepredicador. Sus formas, su populismo, encajan en América. Su discurso, quizá demasiado escorado a la izquierda, no. Y, sin embargo, Howard Dean triunfa. En febrero fue nombrado director del Comité Nacional Demócrata. Su asombrosa campaña en las primarias, en la que aprovechó al máximo las posibilidades de Internet, fue un ejemplo para sus rivales dentro del partido. Kerry copió su estrategia y recaudó vitales sumas de dinero a través de la red. Los republicanos, en el fondo, le tienen respeto. Dean es el típico perro ladrador, sí, pero pasó de ser un desconocido gobernador a batir récords de recaudación en las primarias. Empezó su carrera presidencial con 432 seguidores y acabó con más de medio millón de americanos a sus espaldas. No hay enemigo pequeño, especialmente cuando entiende el lenguaje de Internet (que es lo mismo que entender la organización social contemporánea).

El pasado viernes, 14 de octubre de 2005, tuve la oportunidad de ver a Howard Dean en persona en un mítin en Chicago. En esta ocasión no se quitó la chaqueta, pero mantuvo su imagen de candidato campechano. Se subió con brío a la pequeña plataforma que le permitía elevarse ante el centenar de correligionarios convocados por el Democratic Leadership for the 21st Century (las juventudes demócratas) en un céntrico hotel de la metrópolis del Medio Oeste. Cogió el micrófono con soltura y comenzó su breve recital. Lo que sigue es una recreación de su discurso a partir de las notas tomadas en mi libreta:

Basta de hacer campaña en los estados declaradamente demócratas o en aquellos en los que el resultado no está claro; vamos a hacer campaña en los 50 estados! [ovación]. En algunas partes de este país es socialmente inaceptable ser un demócrata. Pero no podemos abdicar de nuestra responsabilidad. No podemos dejar de luchar por los derechos de los más desfavorecidos en Misisipi por más que sea un estado republicano. Este país tiene que volver a ser democratic, con d minúscula y con D mayúscula.

Tenemos que acabar con la corrupción, empezando por nuestro partido [ovación]. Queremos una reforma en la financiación de las campañas y una reforma electoral para que las votaciones electrónicas puedan ser recontadas a mano.

Tenemos que construir un mensaje coherente para todo el país. Porque aquí, en Illinois, como en Alabama o en California, todos queremos trabajo. Y la mejor manera de crear empleo es apostar por las energías renovables [“por fin”, gritan desde el público]. Necesitamos una nueva política energética. En este país no hay otra política energética que la de “perforar, perforar y perforar”. La política energética está íntimamente ligada a la política exterior. Algunos países árabes están usando el dinero que nosotros les damos a cambio del crudo para financiar acciones terroristas.

Queremos un seguro sanitario para todos. Nuestro país posee el sistema de salud más caro del mundo, y con diferencia. Vamos a dar un seguro sanitario a cada ciudadano americano. Los republicanos dicen que esto es socialismo. ¿Entonces por qué los canadienses, los suecos, los finlandeses, los alemanes, los franceses y los italianos, entre otros muchos países, lo disfrutan? No podemos retrasar más el sueño de Harry Truman de dar cobertura sanitaria a cada estadounidense.

Nos preocupa la educación. Se habla mucho de la pérdida de posiciones de América en el terreno educativo. Y es cierto. Pero esto no se soluciona enseñando la teoría del creacionismo en las escuelas públicas [gran aplauso]. No tengo nada en contra de la enseñanza de esas teorías en la iglesia o en otros lugares. Vivimos en América, tenemos libertad de culto. Pero sí estoy en contra de la enseñanza de la religión disfrazada de ciencia en las escuelas públicas.

Con la Patriot Act y otras leyes muchos estudiantes y científicos extranjeros han dejado de venir a América. ¿Sabéis a dónde van? A Australia. Y América está perdiendo el talento de esta gente.

El Presidente Bush no ha hecho otra cosa que dañar a nuestro país. Ha destruido el liderazgo de Estados Unidos en el mundo, y ha dañado a nuestra economía creando un déficit sin precedentes.

El debate sobre la inmigración es difícil. Pero no podemos cargar las tintas sobre los pobres inmigrantes que arriesgan su vida para darle un futuro mejor a sus hijos. A quienes tenemos que atacar es a los empresarios que los explotan. Y, si estais preocupados por lo que los inmigrantes puedan hacer con vuestros salarios, aseguraos de que se hagan miembros de un sindicato [nueva ovación].

Necesitamos una discusión franca y abierta sobre el racismo en este país. Me preocupa particularmente el racismo institucional, el que todos practicamos (blancos, negros, de cualquier raza). Consiste en contratar a aquellos que más se parecen a nosotros. Tenemos que acabar con esta práctica. Nuestras empresas, nuestros gobiernos, deben ser el reflejo de la diversidad de este país.

Algunos pensaron que me iba a washingtonizar cuando acepté la dirección del Comité Nacional Demócrata. Pero no. Estaban equivocados. Yo estoy haciendo los cambios necesarios desde dentro, pero necesito gente como vosotros, que haga los cambios desde fuera. A quienes tenemos que cambiar realmente es a los políticos. Son alérgicos al riesgo, pero cuando las cosas cambian se adaptan enseguida.

Para finalizar, sólo un consejo: ¡Defended aquello en lo creéis! [Stand up to what you believe!]

Aunque Howard Dean está claramente muy a la izquierda del centro de gravedad de la política norteamericana (que se sitúa a su vez a la derecha del centro de gravedad de la política europea) convendría no subestimarlo. El año pasado ofrecí una charla sobre la idea del sueño americano, y aludí inevitablemente a los valores típicamente americanos que se describen en el clásico libro El excepcionalismo americano de Seymour Martin Lipset. Al final de la conferencia, un reputado profesor me llevó a un apartado: “Esos son los valores de la mitad de los americanos —dijo—. La otra mitad del país no los comparte.”

miércoles, octubre 05, 2005

Al Gore, padrino del periodismo ciudadano

Al Gore, vicepresidente de los Estados Unidos durante la eclosión de la economía punto-com, ha sido la estrella invitada en la conferencia We Media, que se celebra a estas horas en Nueva York en la sede de The Media Center, el think tank del American Press Institute.

La intervención del que estaba llamado a ser el presidente tecno-ecologista de la Nueva Economía se enmarca dentro de su última aventura: el canal de televisión por cable Current TV, una especie de MTV en la que se emiten los vídeos producidos por su joven audiencia de cineastas y periodistas amateurs. Gore fue periodista en sus tiempos mozos, y vive ahora una segunda juventud como padrino del periodismo ciudadano.

Su intervención se puede descargar del blog de The Media Center.

Vía: Public Journalism Network

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lunes, octubre 03, 2005

Conferencia Internacional de la AoIR en Chicago

Este miércoles, 5 de octubre de 2005, comienza en Chicago la Sexta Conferencia Internacional e Interdisciplinar de la Asociación de Investigadores de Internet (Association of Internet Researchers, AoIR).

Tres académicos de talla internacional impartirán lecciones magistrales:

  • Ang Peng Hwa, profesor de Media Management and Law en la Nanyang Technological University de Singapur. The UN and Internet Governance: Fears, Hopes and Possibilities.
  • Saskia Sassen, Ralph Lewis Professor de Sociología en la Universidad de Chicago. Digital formations: The intersection of technical and social logics in electronic space.
  • Sonia Livingstone, profesora del Department of Media and Communications de la London School of Economics. Youthful experts? A critical appraisal of children and young people’s emerging internet literacy.


Reproducimos los paneles de interés para los estudiosos de la comunicación política:


2.3.4 Political Parties and Campaigns Online

Day 2: Friday, October 7, 2005
Session 3: 1:30 pm – 3:00 pm
Room 4: Lincolnshire I
Chair: Danielle Wiese

Normalization.ca: The State of Online Party Competition in Canada

Tamara Small
Dept. of Political Studies
Queen’s U.

Understanding the Function of the Web within the Context of Howard Dean's Political Campaign

Gretchen Haas
Dept. of Rhetoric

U. of Minnesota

Computer-Mediated Informal Publics: Redefining Chinese Net Forums of Political Discussion

Mei Wu
U. of Macau

The Internet and Election Campaigns: An International Comparative Analysis

Nicholas Jankowski
Radboud U.

Randolph
Kluver
Nanyang Technological U.

2.4.4 Online Political Discussion: Blogs & Chat

Day 2: Friday, October 7, 2005
Session 4: 3:30 pm – 5:00 pm
Room 4: Lincolnshire I
Chair: Saher Selod

Cross-Ideological Discussions among Political Bloggers

Eszter Hargittai
Communication Studies
Institute for Policy Research
Northwestern U.

Jason Gallo
Sean Zehnder
Media Technology and Society Program
Northwestern U.

Blogging for Election – The Use and Penetration of Webbased Communication in the Danish Parliament Election 2005

Lisbeth Klastrup
Dept. of Digital Aesthethics & Communication

IT U. of Copenhagen

Pia Svejgaard Pedersen
Design Communication & Media Studies, IT U. of Copenhagen

The Best and Worst of Political Chat Online

Jennifer Stromer-Galley
John LeBret
Dept. of Communication
U. at Albany SUNY

Drawing Water: An Ecology of the Political Blog

Peter Welsch
Indiana U.

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miércoles, septiembre 28, 2005

Aquel debate

El debate televisivo entre Nixon y Kennedy en 1960 fue el bautismo de fuego para un (entonces) nuevo medio que se reveló indispensable para la comunicación política. Tal día como ayer, un 26 de septiembre, unos 60 millones de norteamericanos presenciaban aquel famoso debate en el que Kennedy aparecía bronceado y tranquilo, mientras Nixon (recién salido de una operación de rodilla) se mostraba sudoroso y pálido.

Con la creciente fragmentación del ágora catódica en una miríada de canales, la televisión parece haber perdido su liderazgo indiscutible en la comunicación política. Pero quizá nos hayamos apresurado al darla por muerta antes de tiempo. Conviene recordar que durante la campaña presidencial del año pasado, cerca de 62 millones de espectadores en Estados Unidos vieron el primer debate electoral entre Bush y Kerry. Un importante repunte después de los magros 46,5 millones de televidentes que Bush y Gore habían congregado en la campaña del 2000. Claro que estos números palidecen frente a los 80 millones de personas que presenciaron el duelo televisivo entre Carter y Reagan en 1980.

A continuación presentamos una guía de recursos para nostálgicos y estudiosos de la materia.

Vídeos de los debates presidenciales:

Nixon versus Kennedy (1960)

Carter versus Ford (1976)

Carter versus Reagan (1980)

Reagan versus Mondale (1984)

Bush versus Dukakis (1988)

Bush versus Clinton (1992)

Clinton versus Dole (1996)

Bush versus Gore (2000)

Bush versus Kerry (2004)


Transcripciones de los debates presidenciales:

Desde 1960 a 2004

jueves, septiembre 22, 2005

50 años de ‘Personal Influence’

Se cumplen 50 años de la publicación de uno de los textos canónicos en comunicación política, Personal Influence, obra de Paul F. Lazarsfeld y Elihu Katz. Para celebrarlo, la Universidades de Columbia y Pensilvania han organizado una conferencia que tendrá lugar en Nueva York el próximo 21 de octubre. Tres paneles interdisciplinares recordarán el contexto histórico en le que la obra vio la luz (años 40 y 50), rastrearán la influencia del libro en la investigación sobre comunicación política, y extenderán las ideas de Katz y Lazarsfeld a las discusiones contemporáneas sobre política, redes sociales e influencia en la opinión pública.

La conferencia se desarrollará en la Casa Italiana del campus de la Universidad de Columbia en Nueva York. Entre los ponentes figuran profesores de la talla de Lance Bennett (Universidad de Washington) y Michael Schudson (Universidad de California, San Diego). El propio Elihu Katz, profesor de la Annenberg School of Communication de la Universidad de Pensilvania, clausurará la jornada.

El libro, que conoció una versión española en 1979 (La influencia personal, Editorial Hispano-Europea, Barcelona), será reeditado este año en Estados Unidos por Transaction Publishers.

Personal Influence: The Part Played by People in the Flow of Communication (Ed. original: Glencoe, Illinois: Free Press, 1955), es el tercer y definitivo trabajo (después de The People’s Choice y Voting) en el que Lazarsfeld (en esta ocasión con Katz) expone la limitada influencia de los medios de comunicación de masas en la conformación de la opinión de la gente en comparación con el papel desempeñado por los líderes de opinión de locales. En Personal Influence la muestra de personas entrevistadas está formada exclusivamente por mujeres, y la formación de opinión sobre asuntos políticos es sólo una de las áreas estudiadas por los investigadores. El márketing orientado a las amas de casa, la moda y la asistencia al cine también centraron la atención de los autores. De nuevo, la influencia de los medios se considera muy relativa en comparación con los molecular leaders.

Estructura del libro

Personal Influence se estructura en dos partes:

Parte I. Una revisión de los trabajos que han estudiado la teoría de las dinámicas de grupo, que adelantaron la relevancia de los grupos pequeños en la formación de las opiniones y comportamientos de la gente. Esta tradición investigadora aportó a las ciencias de la comunicación dos hallazgos fundamentales: que “las personas son más propensas a cambiar de opinión cuando están en grupos que cuando están solas” (pág. 8), y que “el líder es un elemento estratégico en la formación de las opiniones del grupo” (págs.8-9).

Parte II. Expone los resultados de la investigación empírica en Decartur, Illinois. Los autores pidieron a una muestra de mujeres que identificaran a las personas que les habían hecho cambiar de opinión o ayudado a tomar una decisión en cualquiera de las siguientes áreas: 1) compras para el hogar, 2) moda (vestidos, cosméticos y tratamientos de belleza), 3) asistencia al cine, y 4) formación de opinión sobre asuntos de política local. [Obsérvese que, tal y como Todd Gitlin denunciaría más tarde y Lazarsfeld reconocía abiertamente, las opiniones políticas se colocaban al mismo nivel que las decisiones comerciales].

Conceptos clave

El estudio realizado en Ohio (1940), publicado en el libro The People’s Choice (1948), introdujo algunos conceptos clave que Lazarsfeld nunca abandonaría. Así se describen en Personal Influence:

  • Líderes moleculares: “Personas que son influyentes en sus entornos más próximos, aunque no necesariamente prominentes para el resto de los miembros de la comunidad” (Katz & Lazarsfeld, 1955, pág. 3).
  • Influencia limitada de los medios: “El efecto de los medios de comunicación de masas fue pequeño en comparación con el papel de las influencias personales. Las decisiones de los votantes acabaron por asimilarse al clima político de su entorno” (pág. 3).
  • El efecto de los medios de masas se materializa en un flujo de dos escalones (“two-step flow in the effect of mass media”): “En cada estrato social, estos líderes de opinión ‘moleculares’ se exponían al contenido de revistas y programas de radio que sintonizaban con su nivel de educación e interés. Todo indica que las influencias que se irradian desde los medios hacen contacto con los líderes de opinión y éstos, a su vez, las transmiten a otras personas” (págs. 3-4).

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miércoles, septiembre 21, 2005

Castells prepara un libro sobre las móvil-revoluciones

Manuel Castells, el archiconocido sociólogo catalán que da clases en la Annenberg School of Communication de la USC (University of Southern California), acaba de recibir el premio Godó de periodismo por un artículo sobre el papel de la comunicación móvil en los resultados electorales de marzo de 2004. El artículo, titulado 'Movil-ización' política, fue publicado en La Vanguardia el 20 de marzo de 2004). Entrevistado por este mismo diario el pasado 17 de septiembre, Castells revela que está ultimando un libro con varios estudios de caso sobre las móvil-revoluciones a lo largo y ancho del mundo.

Reproducimos a continuación un extracto de la entrevista:

Pregunta (Justo Barranco)- La sociedad red mostró parte de su poder el 14 de marzo del 2004. ¿Qué más acontecimientos puede acabar protagonizando? Por ejemplo, en el mundo islámico, conectado a los satélites y cada vez más enganchado a los móviles e Internet.

Respuesta (Manuel Castells)- La capacidad de comunicación autónoma de las sociedades se ha manifestado ya en numerosos contextos. En el libro que estamos acabando sobre ese tema con mis investigadores: analizamos una serie de casos semejantes al 14-M español: en Corea del Sur, en Filipinas, en Estados Unidos... Tambien en la revuelta popular de Ecuador desempeñó un papel decisivo la comunicación móvil. Asimismo, Internet es esencial en el movimiento global por una globalización alternativa. Y en el mundo islámico, claro que la autonomía de la comunicación es un instrumento de expresión de una sociedad civil hasta ahora aherrojada, aunque esa expresión también incluye la fuerte corriente islamista que crece en todo el mundo: el islamismo radical no es una ideologia medieval sino hipermoderna, en una vía distinta de modernidad, como han demostrado los analistas del tema.

Pero más ampliamente, lo esencial es que en casi todo el mundo la gente tiene ahora capacidad de comunicación horizontal autonóma, mediante internet y comunicacion móvil. Hay unos 30 millones de blogs en el mundo, y crecen por miles cada día. Y la gente se monta sus programas de radio (podding),sus vídeos (vlogs)y los intercambian en internet. Por primera vez en la historia, el poder político o comercial no tiene el monopolio de la comunicación de masas. Y como la comunicación es lo que conforma nuestras mentes y la política en último término es la batalla sobre las mentes, estamos asistiendo a una profunda revolución en los procesos de formación del poder y el contrapoder.

Vía: Jornalismo e Comunicaçao.

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viernes, septiembre 16, 2005

Wolton: información, comunicación y democracia

El Portal de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona acaba de publicar una entrevista con el comunicólogo Dominique Wolton realizada por Pablo Rodríguez. Preguntado por la relación entre información, comunicación y democracia, Wolton responde:

"En el siglo XVIII, los tres términos eran equivalentes. Sin embargo, en el siglo XX, el mundo intelectual mantuvo el prestigio para la idea de democracia pero desprestigió a la información y a la comunicación (...). Considero que debemos volver a la equivalencia del siglo XVIII a la luz de problemas que no son de aquel tiempo. Uno de los problemas fundamentales es la contraposición entre dos filosofías de la comunicación: una tecnológica-económica y otra humanística. Si ambas se solapan, el desprestigio de los términos información y comunicación estará justificado. Por eso rechazo la filosofía tecnológica y económica de la comunicación. Después de todo, comunicar no es otra cosa que negociar. Y la política es negociar."


lunes, septiembre 12, 2005

Los partidos políticos se apropian del “pásalo”

Las campañas electorales ya no se conciben sin las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación. Howard Dean demostró que Internet es un medio válido para recaudar fondos y reclutar voluntarios. En las primaveras democráticas de Ucrania y el Líbano (y en el controvertido 13-M español) los teléfonos móviles jugaron un papel fundamental.

Quizá, dentro de muy poco, ya no hagamos distinciones entre Internet y telefonía móvil. Los gurús dicen que en apenas tres años el teléfono celular será la principal vía de acceso a Internet. Los partidos políticos se preguntan cómo domesticar al teléfono móvil, cómo hacer jugar a su favor un instrumento que se ha demostrado tan poderoso en manos de ciudadanos y activistas políticos.

El Instituto para la Política, la Democracia e Internet de la Universidad George Washington, con sede en la capital de Estados Unidos, ha programado para este 13 de septiembre una jornada titulada “Politics to Go” dedicada al papel de los móviles en la comunicación política.

Dos paneles de expertos expondrán cómo incoporar la tecnología móvil a la estrategia electoral. Los contenidos de la jornada se resumirán en la publicación The Politics to Go Handbook: A Guide to Using Mobile Technology in Politics.

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miércoles, septiembre 07, 2005

Curso de Postgrado en Dirección de Campañas Electorales

La Universidad Europea de Madrid, en colaboración con la consultora de comunicación política MAS Consulting Group, ha creado un título propio de postgrado en Dirección de Campañas Electorales. El curso se impartirá en Madrid de noviembre de 2005 a marzo de 2006. Los profesores son consultores y profesionales del ámbito del márketing político en España, Estados Unidos y México. El postgrado está dirigido a estrategas de campañas, asesores políticos, jefes de prensa, relaciones públicas, y periodísticas políticos.

Más información en la web del curso.

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viernes, septiembre 02, 2005

Call for papers sobre comunicación política

Allá por el año 2003 tuve la fortuna de visitar el campus de la Universidad Fernando Pessoa, situada en la hermosa y entrañable ciudad de Oporto (Portugal). De allí me llega una call for papers para la revista Cadernos de Estudos Mediáticos, cuyo número de marzo de 2006 tendrá como tema central la comunicación política. Se aceptan textos en español y en portugués, de manera que reproduzco la convocatoria en los dos idiomas. Nótese que, para evitar el envío de correos spam, he alterado la dirección electrónica de los coordinadores. Los caracteres “(at)” deben sustituirse por la tradicional arroba: “@”.

Call for papers - Cadernos de Estudos Mediáticos 2005-2006 (Español)

Siguiendo iniciativas anteriores, el Centro de Estudios de la Comunicación de la Universidad Fernando Pessoa pretende publicar, Marzo de 2006, un nuevo número de los Cuadernos de Estudios Mediáticos.

El tema que proponemos para la próxima edición de los Cuadernos es “Comunicación Política”.

Serán aceptadas contribuciones provenientes de las distintas áreas de las Ciencias de la Comunicación: periodismo, medios, publicidad, comunicación de márketing, comunicación audiovisual, comunicación gráfica, etc.

Nos ponemos a su disposición para cualquier esclarecimiento adicional a través de los siguientes contactos:

  • Prof. Doctor Paulo Cardoso: pcardoso(at)ufp.pt
  • Prof. Doctor Álvaro Cairrão: cairrao(at)ufp.pt

Call for papers - Cadernos de Estudos Mediáticos 2005-2006 (Portugués)

No seguimento de iniciativas anteriores, o Centro de Estudos de Comunicação da Universidade Fernando Pessoa pretende publicar, em Março de 2006, um novo número dos Cadernos de Estudos Mediáticos.

O tema que propomos para a próxima edição dos Cadernos é “Comunicação Política”.

Serão aceites contributos vindos das várias áreas das Ciências da Comunicação: jornalismo, media, publicidade, comunicação de marketing, comunicação audiovisual, comunicação gráfica, etc.

Colocamo-nos ao dispor para qualquer esclarecimento adicional através dos seguintes contactos:

  • Prof. Doutor Paulo Cardoso: pcardoso(at)ufp.pt
  • Prof. Doutor Álvaro Cairrão: cairrao(at)ufp.pt

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Los medios importan

Si algún día pudiese hacer una versión radiofónica de este weblog, mi fuente de inspiración no sería otra que Media Matters, un programa semanal dirigido por el profesor Bob McChesney, de la Universidad de Illinois, que se puede descargar en formato mp3 (atención aficionados al podcasting).

Por los micrófonos de este espacio han pasado académicos (Lance Bennet, Michael Delli Carpini), periodistas (Paul Krugman, Naomi Klein) y activistas de diversos media watchdogs. En la presentación de la web del programa, el profesor McChesney dice que “los medios ocupan un lugar central en nuestras vidas, pero a menudo son la parte menos entendida de las mismas. Queremos ayudar a la gente a entender el papel de los medios en la sociedad.”

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viernes, agosto 05, 2005

Conferencia en San Antonio: ¿Cómo recuperar la confianza del público en el periodismo?

El próximo 9 de agosto tendrá lugar en San Antonio (Texas), una jornada dedicada a debatir si la confianza y la calidad pueden ser los valores añadidos que permitan subsistir al periodismo en el siglo que acaba de comenzar. Entre los asistentes, Jay Rosen, padre del periodismo cívico, Philip Meyer, gurú del periodismo de precisión y autor del reciente libro The Vanishing Newspaper: Saving Journalism in the Information Age, y Dan Gillmor, apóstol del periodismo ciudadano. Organiza la Public Journalism Network, presidida por Leonard Witt, de la Kennesaw State University, en el marco del proyecto Journalism and the Public: Restoring the Trust.

He aquí un avance del programa:

A Wake Up Call
Can Trust and Quality Save Journalism?

An Interactive Conference for Journalists, Academics, and Citizen Activists · August 9, 2005 · Marriott Rivercenter Hotel, San Antonio

11:30 a.m. 12:00 p.m. – Registration
Will be wireless and blog friendly?

12:00 – 12:15 Welcome– Leonard Witt/Cole Campbell

12:20 – 1:35 – The Wake Up Call
Is the Mass News Media in a Death Spiral? Can Trust, Quality Save It?

Moderator – Cole Campbell
Issue Introduction – Leonard Witt
Panelists:
· Philip Meyer, UNC, author Vanishing Newspaper
· Dori Maynard, the Maynard Institute

1:40 – 2:55 — Breaking Away from Main Stream Traditions
Will Nonprofits, New Technologies, Citizen Journalism Restore the Trust or Are They More Nails in the Coffin?

Moderator/Commentator – Jay Rosen
Panelists:
· Neil Chase, Deputy Editor, NYTimes.com
· Charles Lewis, founder of the Center for Public Integrity and President, Fund for Independence in Journalism
· Dan Gillmor, author We the Media, Grassroots Journalism, by the People, for the People

2:55 – 3:10 – Snack Break

3:10 – 4:15 – What Do You Mean Restore the Trust?
Have Groups Long Neglected by the Main Stream Media Now Found Their Own Voices?
Moderator: Alice A. Tait, Professor, Central Michigan University
Panelists:
· George Cisneros, VuTure Art, Urban 15 Group, San Antonio
· George White, UCLA Center for Communications and Community
· Alejandro Manrique, Managing Director, Rumbo, San Antonio
· Tino Duran, publisher, La Prensa, San Antonio

4:20 – 5:20 – Mass Media Meets Community and Niche Markets
Is the Roman Empire of Mass Media Disintegrating into Niche Media?

Moderator – Peggy Kuhr, Knight Chair, University of Kansas
Panelists:
· Kendra Hurley, Editor, Youth Media Reporter, ymreporter.com
· Jock Lauterer, UNC, Community News
· Brett Thacker, Managing Editor, San Antonio Express-News

sábado, julio 23, 2005

Fuentes anónimas

Me van perdonar, pero por más que lo intento no entiendo nada el caso Plame, que ha llevado a la controvertida periodista Judith Miller a pasar unos meses a la peor de las sombras, la de la cárcel. Recapitulemos: un conocido comentarista conservador, Robert Novak, desvela en su columna del Washington Post que la mujer del embajador Joseph Wilson, Valerie Plame, era agente de la CIA. Wilson había sido uno de los mayores críticos con la guerra de Irak. En un artículo publicado en el New York Times Wilson había tildado de falsedad la acusación de Bush de que Irak había tratado de comprar uranio en Níger para fabricar armas de destrucción masiva. Ahora todo parece indicar que el fontanero mayor del presidente, Karl Rove, filtró el nombre de la espía a Novak. Desvelar el nombre de una espía se considera delito federal en Estados Unidos, y los que han pagado el pato han sido un periodista de la revista Time, Matt Cooper, que se limitó a dar cuenta de lo dicho por Novak, y Judith Miller, que ni si quiera llegó a publicar historia alguna, pues lo único que hizo fue documentarse al respecto. Cooper ha entregado al juez las notas que recogió durante su investigación y se ha librado de la cárcel. Miller (muy criticada por sus exageradas informaciones sobre el poderío nuclear de Saddam Hussein en los meses previos a la guerra) parece ser la más inocente en este caso, y la que más ha pagado.

El caso Plame ha reabierto el debate sobre el uso de fuentes anónimas en el periodismo, que se ha visto enriquecido por la renovada actualidad del caso Watergate después de la revelación del nombre de Garganta Profunda (el agente del FBI Mark Felt) y por la rectificación de la revista Newsweek, que no pudo confirmar la veracidad de las informaciones relativas a la profanación del Corán en la base de Guantánamo, facilitadas por una fuente anónima.

Son de sobras conocidos los riesgos de usar informaciones provenientes de fuentes que no quieren desvelar su nombre. Pueden ser personas que efectivamente tienen algo importante que contar y temen represalias, o de intoxicadores sin escrúpulos. En cualquier caso, un periodista deberá saber siempre con quién está hablando, aunque después el nombre del informante se oculte. Mas el problema, como dice Douglas McCollam en un reciente artículo aparecido en la Columbia Journalism Review (Agosto 2005), no está en el uso de las fuentes anónimas, sino en la veracidad de las informaciones que éstas aportan:

“But the current obsession with sourcing misplaces focus on the process rather than the product. Just as people don’t care whether they got a piece of news from a newspaper or a cable box or the Internet, they ultimately don’t care if it came from a quoted or anonymous source. They care whether it’s right or wrong (see Mark Felt and the Watergate scandal). Newsweek was forced into its humiliating atonement not because its source for the Koran-flushing allegation was anonymous but because he went wobbly and his information couldn’t be verified. Perhaps there would be less of that if all sources were on the record, but there would also be a whole lot less important news broken. It would be a poor trade-off.”

La función de cuarto poder de la prensa depende, en cierta manera, de la capacidad para proteger a informantes que desean mantener su anonimato. El recurso a este tipo de fuentes debe ser siempre la excepción y nunca la norma, pero la salud de nuestras democracias se la hemos debido, en casos puntuales, a tipos como Mark Felt.

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sábado, julio 09, 2005

Atentados en Londres: ¿el ocaso del periodismo?

La cobertura informativa (es un decir) de los atentados de Londres enfrenta en el fondo a dos teorías sobre el papel de la prensa en la sociedad. La teoría de la responsabilidad social (nacida de la Comisión Hutchins en los años 40) y la teoría libertaria de la información (cuyas raíces se encontrarían en la Aeropagetica de John Milton).

Los defensores de la erradicación de las imágenes violentas han ganado la batalla en estos atentados. La “pornografía de la violencia” de la que habla el politólogo norteamericano Michael Ignatieff en su reciente libro El mal menor (edición española: Taurus, 2005) ha sido contenida, ocultada. Un estricto control informativo por parte de las autoridades, y un presunto civismo de la clase periodística inglesa nos han dejado unos atentados limpios, que no ofenden a ninguna sensibilidad.

En mi modesta opinión, esta nueva política informativa es un gran error que puede tener consecuencias nefastas para la propia investigación policial de los atentados. He aquí las razones de mi descontento:

  • Que los periodistas acaten el apagón informativo del Gobierno no es un ejemplo de civismo y responsabilidad, sino una dejación de funciones que convierte a los medios tradicionales en una fuente de información secundaria, superada por los blogs, que tanto pueden ser una vía de escape a las informaciones negadas por el establishment informativo como una fuente de inexactitudes. Si Woodward y Bernstein se hubiesen plegado a las llamadas al “sentido de estado” y “responsabilidad” que les hacían desde la Casa Blanca, nunca conoceríamos el escándalo Watergate. Cuando el gobierno le pide a un periodista que sea responsable, es para que se autocensure y salvaguarde los intereses del ejecutivo. ¿Acaso la dimisión del presidente Nixon no fue una crisis para un país en medio de una guerra (Vietnam)? Sí, lo fue, pero el mejor servicio del periodismo a la sociedad no es su contribución a la estabilidad gubernamental, sino su incansable búsqueda de la verdad.

  • En el mundo de la información siempre es mejor pecar por exceso que por defecto. Prefiero una imagen hiriente y repugnante a este silencio que, lejos de protegernos, pone en peligro a más vidas humanas. La búsqueda de la exclusiva no debe dar lugar a informaciones inexactas, pero el periodismo no tiene por qué acatar una determinada política gubernamental. La raíz del periodismo es contar lo que se cuece en los salones de los poderosos, para que el pueblo soberano decida si esa representación se atiene a sus intereses. Si desde el primer momento se hablara sin ambages de un atentado, los viajeros podrían haberse fijado en las pintas de tipos aparentemente sospechosos, que seguramente han escapado como Perico por su casa en medio de un parón “por una avería eléctrica”. Con el tiempo sabremos si este control informativo de los primeros momentos detuvo o impidió el inicio de mecanismos de respuesta muy necesarios, como la alerta a los ciudadanos, tanto para su propia protección como para su colaboración en la detección de sospechosos.

  • Como decía el genial Oscar Wilde, el camino hacia infierno está empedrado de buenas intenciones. El no provocar el pánico, el plegarse a las directrices de un gobierno en una situación de crisis, son decisiones que se toman con la mejor de las voluntades del mundo. Pero a un coste altísimo. Si el periodismo empieza a autocensurarse, corre el riesgo de no saber dónde parar. Podemos discutir si es necesario o no ver un cuerpo despedazado en una portada. Pero no podemos acatar un silencio forzoso en nombre de un presunto bien común. El periodismo consiste en informar pese a quien pese. Ya lo decía Ben Bradley, el legendario director del Washington Post durante el Watergate: toda noticia, si es verdad, debe ser publicable.

jueves, junio 30, 2005

Enmarcando los cuatro días de marzo

11 de marzo de 2004. A primera hora de la mañana, varias mochilas bomba explotan en los trenes de cercanías de Madrid, causando 192 muertos y unos 1.500 heridos. El atentado se producía tres días antes de las elecciones generales del 14 de marzo. El conservador Partido Popular, al que todos los pronósticos auguraban una cómoda victoria, acabaría perdiendo en las urnas frente al socialdemócrata Partido Socialista. Un reciente documento de trabajo publicado por el Instituto Elcano examina los encuadramientos (frames) que gobierno y oposición utilizaron para favorecer una determinada interpretación de la masacre. El informe, realizado por el politólogo José A. Olmeda, de la Universidad Española de Educación a Distancia (UNED), se refiere a dos hipótesis que explicarían el vuelco electoral:

  • La hipótesis del miedo. Ante las noticias que apuntaban hacia la autoría islamista en la masacre, el pueblo español se amedrentó. Percibió el atentado como una (¿lógica?) represalia por la participación del gobierno Aznar en la guerra de Irak y votó a los socialdemócratas, que habían sintonizado con la mayoría de los españoles en su rechazo al apoyo gubernamental a la invasión y habían prometido la retirada de las tropas del país iraquí. En cierta manera, el terrorismo habría cumplido sus objetivos (forzar, a través del terror, un cambio de opinión pública) y habría sentado un peligroso precedente para las democracias liberales: los atentados en vísperas electorales pueden dar lugar a resultados que favorezcan los intereses de los terroristas. Los partidarios de esta deducción critican la actuación de la oposición socialdemócrata, que habría convocado (o, de no haber convocado, se habría aprovechado de) las manifestaciones que tuvieron lugar frente a las sedes del PP en varias ciudades españolas en la tarde del 13 de marzo. En estos flash mobs, cuyos participantes fueron convocados a través de páginas web de contra-información y teléfonos móviles, se increpaba al partido gobernante por su deliberado intento de culpabilizar a los terroristas vascos (ETA) y ocultar la autoría islamista por intereses electorales. El razonamiento era el siguiente: de hacer creer al público que los autores de la masacre eran los etarras, el PP revalidaría con creces su mayoría absoluta en el parlamento, pues era el partido que más se había significado en la lucha contra ETA; por el contrario, si el público interiorizaba la autoría islamista, la opinión pública se volvería contra el PP, puesto que el atentado se vería como una respuesta injusta-pero-comprensible a la participación española en la guerra de Irak.

  • La hipótesis del cambio latente. Según esta deducción, no habría habido tal vuelco electoral, sino la culminación del progresivo acercamiento del Partido Socialista al Partido Popular en intención de voto. De no haber existido el 11-M, los dos partidos habrían quedado casi empatados. Fue la errónea gestión de la información durante esos cuatro días de marzo (la insistencia en la intervención etarra frente a las evidencias de la autoría islamista) la que habría provocado que muchos abstencionistas de izquierdas se acercasen a las urnas para expresar su rechazo ante los intentos de manipulación del gobierno. La participación española en la invasión de Irak fue el último de una serie de desencuentros entre el gobierno y gran parte de los españoles, que ya habían expresado su malestar por la reforma de la enseñanza universitaria, la mala gestión de la crisis del petrolero Prestige y el desastre del avión Yak-42. El malestar contra el PP no habría sido flor de un día, sino el resultado de varios desencuentros entre el partido gobernante y sus gobernados.

¿Cuál es la hipótesis más plausible? Antes de dar una respuesta, a más de uno nos gustaría conocer los resultados de los tracking polls que se efectuaron entre los atentados y la jornada electoral, para conocer –aunque sea de manera aproximada- la evolución de la opinión pública a medida que se iba confirmando la autoría islamista y la hipótesis de ETA perdía credibilidad.


El informe de Olmeda examina la confrontación de dos frames, el gubernamental (“la autoría de ETA”) y el de la oposición (“el gobierno miente”). Para el autor del documento, una de las claves del fracaso del gobierno fue la débil argumentación de la intervención española en Irak en los meses previos a los atentados. De haber tratado de convencer a la opinión pública de la necesidad de la guerra, el gobierno Aznar podría haber asumido la participación islamista de la masacre. “Para el gobierno”, escribe Olmeda, “el problema consistía en que no era capaz de elaborar un encuadre omnicomprensivo que incluyese tanto a ETA como a al-Qaeda, de acuerdo con su propia conceptuación de terrorismo” (p. 34). Aznar ha sido uno de los grandes defensores de la teoría del one terrorism, que defiende que todos los terrorismos son iguales, independientemente del contexto en el que se produzcan. El propio presidente del gobierno, en sus declaraciones del 12 de marzo decía que “ninguna sociedad democrática puede admitir que hay terrorismos de géneros distintos o calificaciones morales, que hay terrorismos explicables o inexplicables”. ¿Perdió el PP las elecciones por su torticero manejo de la información en las idus de marzo, además de por su gestión ineficaz y autoritarista de crisis anteriores? ¿O porque una parte importante de la población española vio “explicable” el terrorismo islamista –una justa represalia por la guerra de Irak, inocentes por inocentes– y votó al partido que ofrecía el regreso de las tropas que participaban en dicha guerra?


Olmeda matiza que, a pesar de la obcecación del gobierno en la autoría etarra, las evidencias que apuntaban a la pista islamista nunca fueron ocultadas. Es más, se informó de ellas puntualmente: “El gobierno sostuvo, quizá con demasiada rigidez para algunos oídos, el encuadre de la autoría de ETA, pero siempre mencionó los datos relativos a la otra línea sin dilación” (p. 25). Sin embargo, y precisamente por esa insistencia, cabe pensar que el propio PP y Aznar dudaban de que la población española secundara sus tesis de que todos los terrorismos son iguales. La insistencia en la autoría etarra se podría haber debido, precisamente, a que se temía que los españoles considerasen los atentados de forma diferente dependiendo de su autoría: inexplicables en el caso de ser etarras, explicables si eran de corte islamista.


De las dos hipótesis enunciadas arriba, Olmeda se decanta por la del miedo: “El efecto fundamental es el miedo; este es el clima de opinión que posibilita culpar al gobierno en vez de a/junto con los terroristas” (p. 33).


Los cuatro días de marzo que cambiaron la historia de España (y quién sabe si la del mundo) son un campo de investigación apasionante para los estudiosos de la comunicación política. Además, en este caso, el gobierno y los medios tradicionales no fueron los únicos protagonistas. Los activistas sociales, concentrados el 13-M, jugaron también un papel relevante, quizá crucial. La editorial Los Libros de la Catarata acaba de sacar a la luz un libro coordinado por Víctor Sampedro, 13-M: Multitudes online, en el que varios investigadores estudian el qué, el cómo y el porqué de la que ya se conoce como la noche de los móviles.


A buen seguro, los cuatro días de marzo serán objeto de numerosos libros, artículos y tesis doctorales. Pocas veces la comunicación se reveló tan importante para la política, la democracia y la ciudadanía.