sábado, enero 30, 2010

McChesney y Nichols: Cómo salvar al periodismo

El comunicólogo Bob McChesney y el periodista John Nichols no lo tienen fácil. Intentan convencer a los americanos de que la solución para salvar al periodismo son los subsidios públicos. Los autores del libro The death and life of American journalism: The media revolution that will begin the world again (Nation Books, 2010) dicen que los Estados Unidos deben seguir el ejemplo de Suecia, Dinamarca, Noruega y Reino Unido, donde el Estado subsidia el ejercicio del periodismo, una actividad no rentable comercialmente que ha de considerarse un ‘bien público’ subvencionable, como la educación o la sanidad.

Para McChesney y Nichols, la era del periodismo comercial (financiado con publicidad) es una anomalía histórica, no la norma, incluso en Estados Unidos. De hecho, defienden los autores, el crecimiento de la industria periodística en la joven república federal fue posible gracias a los subsidios gubernamentales al envío postal y a la impresión de periódicos. Ahora, debido a la revolución tecnológica, el mercado publicitario ya no necesita adjuntarse a las noticias periodísticas para promocionar sus productos. Puede hacerlo por sí solo a través de, por ejemplo, las redes sociales. El gran peligro para la democracia, dicen estos autores, es que al quedarse el periodismo huérfano de sus fuentes de financiación, el apetito popular por las noticias lo satisfagan el gobierno y las grandes corporaciones. Estamos en la antesala de un Estado de propaganda, advierten.

La era del periodismo comercial está tan arraigada en la patria de la libre empresa y la iniciativa individual que la idea del Estado subsidiando a su mayor crítico (la prensa) se antoja como una contradicción en sus términos. La solución no consistiría en echarse en los brazos del agotado Papá Estado, sino en encontrar un nuevo modelo de negocio para el periodismo en la era digital. McChesney y Nichols tienen también respuesta para este argumento. Dicen que el pago por visión de contenidos que anuncian el New York Times y los medios de Murdoch es una medida condenada al fracaso. Insisten en que es posible tener una prensa crítica aún cuando los salarios de los periodistas dependan del Estado. Habría que poner en marcha medidas de control institucionales para garantizar la independencia de los periodistas respecto al poder político. Suena a algo así como la libertad de cátedra de los profesores universitarios.

Curiosamente, el tipo de subsidio propuesto por McChesney y Nichols, el ‘voucher’ o cheque público, es una solución netamente americana. Es el contribuyente el que elige a quién se destina la parte de sus impuestos que el Estado dedica a financiar los medios. La medida recuerda a los ‘school vouchers’ (propuestos por el mismísimo George W. Bush, bestia negra para McChesney y colegas), unos certificados emitidos por el Estado que los padres utilizarían para pagar la escuela a la que decidiesen llevar a sus hijos.

El tratamiento puede ser discutible, pero el diagnóstico de los autores parece bastante acertado. No obstante, conviene recordar que Estados Unidos cuenta con un medio público exitoso, la National Public Radio, muy popular entre los votantes demócratas. Los ciudadanos que deciden contribuir a su financiación con donativos reciben detalladas cartas en las que se explica el destino de sus dineros. Todo un ejemplo de ‘accountability’, palabra que, no por casualidad, tiene difícil traducción al español. En la cultura anglosajona, ‘rendir cuentas’ es un acto de responsabilidad, no una obligación. Tampoco es casualidad que McChesney y Nichols se olviden de la Europa meridional a la hora de ensalzar los medios públicos europeos. Algunas ausencias –esto lo saben muy bien los periodistas de ayer y de hoy– son sonoras.

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sábado, enero 23, 2010

La Evita que llegó del frío

Su aspecto no pasa desapercibido. Para los que desconozcan el atuendo típicamente ucraniano, Yulia Tymoshenko recuerda a la princesa Leia de la Guerra de las Galaxias. Sin embargo, el trenzado capilar de la que fuera uno de los iconos de la revolución naranja en diciembre de 2004 es solo el rasgo más visible del deliberado simbolismo nacionalista de un país que se debate, geográfica y políticamente, entre Europa y Asia.

Tymoshenko, que se verá las caras con su rival pro-ruso Viktor Yanukovich en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales ucranianas el próximo 7 de febrero, es la Evita que llegó del frío. Pocos la imaginan morena y con pelo largo, pero ése era precisamente su look antes de su iconización mediática. Representa supuestamente al occidente de las esencias ucranianas, pero sus orígenes se encuentran en el oriente rusófilo. Su camaleónica transformación, así como su estrategia de comunicación online, la convierten en el ejemplo más claro de neo-populismo eslavo. La hemos visto en la portada de la revista femenina Elle, subida a una moto futurista en chupa de cuero, y acariciando a un tigre bebé. En su web llegó a colgar un completísimo álbum con las fotos de la boda de su hija.

Entretenimientos aparte, los ucranianos están francamente decepcionados con el escaso impulso regenerador de la otrora prometedora revolución naranja. Ironías de la vida, Viktor Yanukovich, derrocado hace cinco años por aquel movimiento popular, lleva camino de conseguir todas las papeletas para relevar en el cargo, limpiamente y por medio de las urnas, a Viktor Yushchenko, ex pareja política de Tymoshenko en la Plaza de la Independencia de Kiev.

En cualquier caso, gane o pierda, la Evita del Este europeo tiene ya su lugar en los anales del neo-populismo.

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martes, enero 12, 2010

Conexiones transnacionales: Simposio en Segovia

El campus de IE University en Segovia reunirá a la élite de investigadores en comunicación política durante un simposio de dos días (24 y 25 de marzo de 2010) titulado Transnational Connections: Challenges and Opportunities for Political Communication. El objetivo es reflexionar sobre las posibilidades de fertilización mutua a ambos lados del Atlántico en lo que a investigación se refiere, comparando Europa y Estados Unidos.

Entre los ponentes figuran destacados académicos americanos como Bruce Bimber (UC, Santa Barbara), Shanto Iyengar (Stanford), Patricia Moy (University of Washington), Monroe Price (University of Pennsylvania), Hernando Rojas (University of Wisconsin, Madison), Andrew Rojecki (University of Illinois), Dietram Scheufele (University of Wisconsin, Madison) y Michael Xenos (Louisiana State University). También participarán Boguslawa Dobek-Ostrowska (University of Wroclaw), Janusz Reykowski (WSPS, Poland) y Yariv Tsfati (University of Haifa), entre otros.

En la organización de este encuentro colaboran la división de Comunicación Política de la International Communication Association (ICA), la World Association of Public Opinion Research (WAPOR), la European Communication Research and Education Association (ECREA), la International Political Science Association (IPSA), y el Center for Global Communication Studies de la Annenberg School for Communication (University of Pennsylvania).

Más información sobre el simposio en la web de la IE School of Communication.

Para estimular esa reflexión comparativa, desde este blog recomendamos nuevamente el siguiente artículo de Nick Anstead y Andrew Chadwick:

Anstead, Nick and Andrew Chadwick (October 2007) Parties, Election Campaigning and the Internet: Toward A Comparative Institutional Approach (RHUL PIR/NPCU Working Paper No.5).

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