miércoles, diciembre 29, 2010

Liderazgo político: conferencia en Roma

La Libera Universitá Internazionale degli Studi Sociale (LUISS) de Roma acogerá la celebración de la conferencia internacional “Liderazgo: Líderes y nuevas tendencias en la comunicación política” (Leadership: Leaders and new trends in political communication) los días 20 y 21 de mayo de 2011. Auspiciado por el Centre for Media and Communication Studies "Massimo Baldini" de la citada universidad, el congreso ya ha confirmado la presencia de los siguientes investigadores: Brian McNair, Sara Bentivegna, Nico Carpentier, Fausto Colombo, Raffaele De Mucci, Sergio Fabbrini, Ivor Gaber, Matthew Hibberd, Michael Higgins, Edoardo Novelli, Jo Silvester, Mick Temple, Dario E. Viganò y Katrin Voltmer.

La fecha límite para el envío de propuestas es el 15 de marzo de 2011. Más información en la web de la conferencia. El correo de contacto es: conference[@]politicalcommunication.co.uk

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domingo, diciembre 26, 2010

Silvio Waisbord en el congreso de la SEP

El académico argentino Silvio Waisbord, profesor en la George Washington University, pronunciará la conferencia inaugural del congreso anual de la Sociedad Española de Periodística (SEP), que en 2011 se celebrará en Valladolid el 5 y 6 de mayo bajo el título “Periodismo político: Nuevos retos y nuevas prácticas”.

La fecha límite para el envío de comunicaciones es el 15 de febrero de 2011. Más información en la web del simposio.

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lunes, diciembre 06, 2010

Estado de alarma

Los politólogos y académicos constitucionalistas conocen bien al gran teórico del ‘estado de excepción’, el jurista alemán Carl Schmitt. Decía ‘don Carlos’ (así se le conocía en España y Galicia, donde tuvo gran predicamento, cultivó amistades -entre ellas la de Manuel Fraga Iribarne- y encontró a su yerno, un profesor de la Universidad de Santiago) que cuando se nota quién es el auténtico soberano es en los momentos de excepción. Para Schmitt las dos preguntas clave en política eran: “¿quién decide?” y “¿quién es el enemigo?” La Constitución Española de 1978 cumple hoy su trigésimo segundo aniversario invocando, por primera vez en su historia, el estado de alarma, medida excepcional decretada por el ejecutivo para terminar con la huelga encubierta de los controladores aéreos, que consiguieron cerrar el espacio aéreo español durante casi dos días.

La crisis de los controladores ha de entenderse en un contexto más amplio, el de las privatizaciones forzadas por la frágil salud financiera de la Europa meridional y la Eurozona. El Viejo Continente vive momentos extraordinarios. Parece moverse en el dilema de la desintegración de la moneda única o el refuerzo de una proto-federación sin alma política o identitaria (para Schmitt una democracia era, esencialmente, un régimen de identidad entre gobernantes y gobernados). Responder a los imperativos Schmittianos es más difícil que nunca. ¿Deciden los gobiernos? ¿Los nacionales o el ejecutivo europeo sin rostro? ¿Existe un enemigo tangible que sirva para definir, por oposición, nuestra identidad? ¿O estamos combatiendo una especie de alien que, como el de la película, genera más ansiedad porque no es visible?

Está claro quién ha decidido sobre la excepción en el caso de los controladores, pero no está tan claro quién ha inducido las medidas de privatización que, en parte, han alimentado la huelga salvaje de este colectivo. El Leviatán hobbesiano, el Estado decisor y ejecutor, sostenía su legitimidad popular en base a un contrato social. El Leviatán contemporáneo no tiene rostro y su conexión con el ciudadano es muy débil. Son tiempos para releer a Schmitt y para considerar seriamente los argumentos de un nuevo libro, The political history of European integration: The hypocrisy of democracy-through-market (escrito por Hagen Schulz/Forberg y Bo Strath, publicado por Routledge), en el que se defiende la idea de que el proyecto de una federación política europea cayó definitivamente en desgracia en los años 70, y que desde entonces nunca se ha perseguido verdaderamente un dominio político de la economía, sino todo lo contrario. Una tesis que en tiempos de bonanza podría no importar, pero que ha de ponderarse con detenimiento en esta marejada de excepción.

Lectura curiosa:

Fraga Iribarne, Manuel. 1962. "Carl Schmitt: el hombre y la obra". Revista de Estudios Políticos 122, pp. 5-17.

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sábado, noviembre 06, 2010

Seminario de WAPOR en Segovia

La Asociación Mundial para la Investigación sobre Opinión Pública (WAPOR, en sus siglas en inglés) celebrará en Segovia un seminario los días 17 y 18 de marzo de 2011. La fecha límite para el envío de propuestas para ponencias y paneles es el próximo 1 de diciembre de 2010. A continuación reproducimos la Call for Abstracts. Más información en la web de WAPOR:

Call for Abstracts, WAPOR Regional Seminar

"Transnational Connections – Challenges and Opportunities for Communication and Public Opinion Research"

Segovia, Spain March 17-18, 2011

The World Association for Public Opinion Research will hold a spring regional seminar, “Challenges and Opportunities for Communication and Public Opinion Research” as part of the international Transnational Connections symposium series in Segovia, Spain.

We invite scholars and practitioners with sociological, psychological, political science and/or communications science background to submit abstracts and panel proposals that revolve around the main conference topics:

* Media coverage and public opinion – antecedents and consequences
* Polarization, fragmentation, and conflict
* New media, public opinion and political participation
* Deliberation, political discussion, social network heterogeneity
* Media exposure, selectivity
* Public opinion (mis)perception
* Non-political media and public opinion
* Social movements and grassroots organizing
* Electoral campaigns and public opinion
* Studying public opinion in challenging environments
* Novel approaches to studying public opinion

Abstracts should include a general description of the research paper or panel (research topic, questions or hypotheses, methods and results), up to 5 keywords as well as full contact information (mailing address, e-mail address and telephone number) and affiliation for each co-author on a separate sheet. The abstract should not exceed 500 words.

Deadline for proposals: 1 December 2010


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sábado, septiembre 25, 2010

Un debate sobrevalorado


J.F. Kennedy, al que suponemos en los cielos (tras un larguísimo paso por el purgatorio), debe más su victoria en las presidenciales de 1960 al entonces alcalde de Chicago, el viejo Richard Daley, que al famoso primer debate televisado contra su rival Nixon hace 50 años. Kennedy ganó las elecciones por algo más de 100.000 votos, siendo Illinois y Texas los estados decisivos en su victoria. Illinois se lo llevó con la ayuda de Daley, faraón de las redes clientelares de Cook County, el condado donde se asienta la ciudad de Chicago. Texas se ganó en buena medida gracias a Lyndon B. Johnson, el candidato a vicepresidente de Kennedy, que despertaba más simpatías en el sur que el propio galán de Massachusetts.

James L. Baughman, profesor de periodismo en la Universidad de Wisconsin-Madison, nos recuerda que el mito del debate desequilibrante se debe más a la épica que se le atribuye en el famoso libro de Theodore H. White, The Making of the President 1960, que a la realidad. El debate fue importante, pero no tan decisivo como se cree. Sirvió para que Kennedy ganase en reconocimiento entre el electorado. Las encuestas tras el primer duelo catódico lo declararon como ganador, pero los votantes siguieron divididos, fieles a sus respectivos candidados, hasta el final. Quizá el mayor error de Nixon (aparte de aceptar los debates en sí) fue el de cumplir su promesa de hacer campaña en los 50 estados. Si la víspera electoral la hubiese pasado en Texas y no en Alaska, el curso de la historia podría haber cambiado. También hay que recordar que una infección de rodilla lo mantuvo hospitalizado durante doce días, justo antes del primero de los tres debates televisados. Es más, Nixon llegó a empatar con Kennedy en el segundo debate, e incluso ganó, según las encuestas, el tercero.

Hay un viejo principio sociológico que reza aquello de “lo que parece real, aunque no lo sea, tiene consecuencias reales”. Los debates Kennedy-Nixon son un buen ejemplo. A pesar de su limitado impacto en la mente de los votantes, la leyenda de su influencia privó de debates a los norteamericanos durante 16 años, hasta el duelo Ford-Carter de 1976. Si los debates presidenciales se han asentado como costumbre en USA no es por el pedigrí democrático de la nación, sino porque se piensa que pueden servir para desequilibrar elecciones muy reñidas (como suelen ser casi todas las presidenciales norteamericanas).

Mañana domingo, coincidiendo con el 50 aniversario del legendario primer debate, el Museum of Broadcast Communications de Chicago (que desde hace un lustro pide donaciones para financiar su nueva sede en pleno Loop) celebrará una mesa redonda en la que participarán, entre otros, Newton Minow (negociador de los debates, ex chairman de la Federal Communications Commission y autor del famoso discurso en el que definía a la televisión como una “vast wasteland” –un inmenso erial–) y Sander Vanocur, uno de los cuatro periodistas que hacían preguntas en aquel debate inaugural.

Pasadas las efemérides, los mitómanos gustarán de saber que la Biblioteca y Museo Presidencial Kennedy, en las inmediaciones de Boston, ofrece una recreación del set televisivo del legendario debate, con cuya imagen ilustramos este post.

Lecturas recomendadas:

Baughman, James L. 20 de septiembre de 2010. “Did the 1960 Presidential Debates Really Matter?History News Network.

Greenberg, David. 16 de octubre de 2000. “Was Nixon Robbed? The legend of the stolen 1960 presidential election.” Slate.

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martes, agosto 17, 2010

Estrategas del poder

Aprovechando el congreso de la Asociación de Comunicación Política (ACOP) celebrado en Bilbao el pasado mes de junio, el programa ‘Informe Semanal’ de Televisión Española realizó un reportaje titulado ‘Estrategas del poder’, sobre el oficio de los asesores en comunicación política y la comunicación de los gobiernos en momentos de crisis. El documento puede ser un buen recurso didáctico para un seminario introductorio sobre márketing político.

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sábado, agosto 07, 2010

El archivo Gerbner, a golpe de ratón

La biblioteca Annenberg de la Universidad de Pensilvania ha puesto a disposición de los investigadores el archivo personal del académico George Gerbner (1916-2006), figura clave en los estudios sobre la violencia en televisión. Acuñó el término ‘mean world syndrome’ para referirse a la distorsionada visión del mundo real que un televidente puede tener al creer que el mundo exterior es tan violento como el que se refleja en el televisor. Es la ya famosa ‘teoría del cultivo’, que sostiene que nuestro imaginario social y personal está altamente influenciado por el imaginario televisivo. De gran predicamento en la América conservadora (por aquello de encontrar una excusa para censurar los contenidos televisivos), la teoría del cultivo sería criticada con dureza por Paul M. Hirsch, para quien la relación causal entre visionado y creencias defendida por Gerbner distaba de ser conclusiva.

Los documentos más jugosos sólo están disponibles en papel, pero la biblioteca Annenberg está abierta a visitas de los investigadores. Por el momento, nos conformamos con la rica colección de fotografías del archivo en su versión digital.

Vía: CommPilings.

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lunes, julio 05, 2010

Información sin noticias

La producción y el consumo de información periodística en Internet, así como la ‘creación de valor’ para el negocio periodístico en soporte digital, son áreas de investigación en plena ebullición. Destaca por su carácter comprensivo el trabajo del profesor de la Universidad de Northwestern Pablo Javier Boczkowski, que en septiembre publicará su segundo libro, titulado News at Work: Imitation in an Age of Information Abundance (University of Chicago Press, 2010). Boczkowski estudia simultáneamente las trincheras de la producción periodística digital y el consumo de información periodística en los entornos laborales posmodernos para, según leemos en los anticipos de su libro, ofrecernos una paradójica conclusión: la diversidad de noticias es si cabe menor que en la era impresa (todos los medios digitales se copian unos a otros) y, lo que es peor, el público lector parece demandarlo. El trabajo se enriquece además con apuntes comparativos entre Estados Unidos y Argentina. El pasado 16 de junio Boczkowski participaba en una mesa redonda sobre ‘El mercado de la información periodística en la web’, organizada por el Social Media Club France en el restaurante La Cantine de París, coincidiendo con la publicación del último número de la revista Réseaux (Communication – Technologie – Société), que aborda el estado de la investigación sobre el periodismo digital.

En relación a este tema, la revista The Atlantic publicaba en su número de junio de 2010 un informe sobre los presuntos esfuerzos de Google para salvar el negocio periodístico. En el artículo, firmado por el veterano periodista James Fallows, se destacaba un hecho intrigante: el trabajo periodístico de calidad parece sucumbir a los criterios de los motores de búsqueda más populares en Internet. Un resumen de situación sobre un tema determinado en Wikipedia tiene más posibilidades de figurar entre los primeros resultados de una búsqueda en Google que la última noticia sobre el tema publicada por el New York Times, Le Monde, o El País. Los resultados de los buscadores priman los contenidos temáticos frente a los episódicos, de ahí el reciente experimento de Google y algunas cabeceras de prensa norteamericanas conocido como Living Stories, que permite agrupar noticias creando una especie de página temática gestionada por el propio diario digital. Como ejemplos, destacamos las páginas temáticas sobre la reforma sanitaria del Washington Post y sobre el cambio climático del New York Times. El código fuente de Living Stories está a la libre disposición de cualquier medio digital que desee utilizarlo.

Investigación académica y experimentación profesional. Quizá sean ésas las claves para entender el presente y ganar el futuro.

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lunes, junio 14, 2010

Habermas contra Merkel

El archiconocido filósofo alemán Jürgen Habermas, profesor emérito de la Universidad de Frankfurt, recibirá este miércoles, 16 de junio, la medalla Ulysses del University College de Dublín. En una entrevista concedida a Paul Gillespie del Irish Times, Habermas reprocha a la canciller Angela Merkel el haber dilapidado su prestigio al sacrificar la estabilidad de la Unión Europea por la expectativa de réditos electorales domésticos. A continuación reproducimos los fragmentos de la conversación que aluden a temas de comunicación política:

Paul Gillespie: Political communication and a deliberative public sphere are at the centre of your philosophical reasoning. What role does this imply for quality media?

Jürgen Habermas: It is easier to detect the mote in the eye of the other than the beam in one’s own. This is why the destruction of political communication in the United States in particular – a case in point being the ideological indoctrination of the population during the debates over [President Barack] Obama’s health care reform – is more apparent to us Europeans. But the breakdown of public discourse is also progressing quite rapidly in our own countries. The major national newspapers, which played a decisive role in forming political opinion over the past century-and-a-half, have come under economic pressure and have yet to find a business model that would ensure their survival on the internet.

PG: Is there a case for public subsidy schemes to protect them from the effects of market rationalisations?

JH: In contrast to commercial television, the programming of the public broadcasting companies has not yet completely lost sight of the fact that its audience is not only composed of consumers but also of citizens. They are even bound by law to offer their audience not just entertainment but also information, education, and cultural programmes, and thus to provide solid underpinnings for the formation of independent political opinions. On the other hand, this BBC – or, in Germany, ARD and ZDF – model is not easy to apply to newspapers, which have to secure their independence in the private sector. But we should all wake up to the fact that the disappearance of an argumentative press represents an extremely acute danger for democracy. There are isolated experiments that seek to combine public subventions for the leading press with guarantees of their ongoing editorial independence. We should put such experiments on a broader footing before the New York Times or Le Monde or El País or the Frankfurter Allgemeine are rationalised out of existence or go bankrupt.

[…]

PG: The economic crisis puts public discussion of European integration at the centre of political debate. Can this politicisation of mass public awareness contribute to a deeper political union of the EU?

JH: In every country the tabloid press is eager to exploit any opportunity to foment nationalistic and xenophobic prejudices. In Germany, the Greek crisis provoked the Bildzeitung to such excesses, and the politicians allowed themselves to be carried away by this climate of opinion. Especially in times of crisis, reasonable proposals can gain the upper hand only if the national press keeps a clear head, together with the government and the major political parties. It should not let itself be taken in by populist slogans and it must maintain a halfway deliberative climate in the country. In the final analysis, it is the responsibility of the political parties to ensure that the population does not succumb to its fear reflexes and that it makes decisions only after reflecting on its own long-term interests. But past experiences leave me sceptical. To date there has not been a single European election or referendum in any country that wasn’t ultimately about national issues and tickets.

Habermas pronunciará mañana martes una conferencia bajo el título “The Political: The Rational Meaning of a Questionable Inheritance of Political Theology” a las seis de la tarde en el Auditorio Clinton del University College de Dublín.

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miércoles, junio 09, 2010

“Join, or die”


La que se considera como la primera viñeta de la historia de los Estados Unidos de América es aquella en la que se muestra una serpiente cortada en trocitos bajo el título “Join, or die”. Publicado por el mismísimo Benjamin Franklin en su Pennsylvania Gazette en 1754, el dibujo ha sido utilizado con varios motivos desde su primera aparición, siendo su intención original la de azuzar a las colonias americanas para que se unieran contra los franceses y los indios. Con el tiempo, la viñeta ha acompañado las llamadas a la unidad federal de los Estados Unidos, frente a las veleidades confederales que abogaban por una mayor diferenciación entre sus estados. La actual crisis europea hace pertinente su aplicación a nuestro viejo continente.

Europa no es una nación, sino un racimo de naciones, decía el famoso europeísta Salvador de Madariaga. He ahí el drama de Europa, que tanto preocupaba al padre fundador Altiero Spinelli: un continente que necesita estar unido para ser competitivo en el mundo global, pero que todavía no tiene una identidad colectiva lo suficientemente sólida como para formar un gobierno dependiente del pueblo (una democracia). La actual crisis es una prueba de fuego para Europa: si los griegos y españoles son capaces de aceptar reformas inducidas por una dama de hierro germana, la idea de un presidente europeo elegido por sufragio universal será un poco menos imposible.

Los comentaristas de los medios anglosajones como James Surowiecki o Niall Ferguson lo tienen claro: España o Grecia no están mucho peor que California o Michigan. Pero estos últimos estados pertenecen a una federación que hace transferencias financieras allí donde es necesario, y cuentan con una Reserva Federal que puede comprar deuda pública, a diferencia del Banco Central Europeo, atenazado por una cláusula del Tratado de Lisboa que le impide explícitamente socorrer a un estado miembro.

El proyecto europeo siempre ha sido indirecto, frío y gris. Como si Monnet y Schuman supiesen que la unidad europea jamás se conseguiría con llamadas a la implicación popular (el modelo Spinelli), sino por la cooptación de élites nacionales y por la famosa integración funcional (lenta, por sectores económicos) en lugar de una clara división competencial legible en una constitución.

La complejidad es la consecuencia inevitable de la diversidad, se suele afirmar. El ideal europeo defiende la compatibilidad de lo pequeño (de las casi trescientas regiones o naciones del continente europeo) con lo grande (un mercado común de 500 millones de personas, el más amplio del mundo). ¿Es posible sostener tal equilibrio?

En un reciente e interesantísimo libro (Euro-clash: The EU, European identity, and the future of Europe, Oxford, 2008), el sociólogo Neil Fligstein defiende la idea de que Europa está divida entre una nueva y emergente clase netamente europea (la mujer de negocios que viaja casi a diario en el Eurostar y acumula tres números de Seguridad Social de otros tantos países europeos, o el estudiante Erasmus que se queda a trabajar en el país de destino) y otra clase social de europeos (quizá la mayoritaria) que sólo conciben su vida dentro de los confines del viejo estado-nación, al que siguen pidiendo protección en medio de la tormenta financiera que nos asola. Los primeros estarían preparados para un mercado europeo en el que un holandés les pueda arrebatar una plaza de profesor universitario, porque saben que ellos podrán hacer lo mismo en Rotterdam. Los segundos ven en esa nueva Europa una ilusión fútil, el caballo de Troya del temido neo-liberalismo, o una reedición de las conquistas hitlerianas o napoleónicas al mando de una burocracia sin rostro.

¿Están los europeos preparados para revivir el viejo sueño de los Estados Unidos de Europa? ¿O prefieren que una tecnocracia no-electa revise las cuentas de los estados antes de que éstos las ratifiquen en sus parlamentos, con tal de mantener la ficción administrativa de que nada ha cambiado? El debate entre las dos Europas (la dinámica que pide libertad y movilidad frente a la reaccionaria que pide protección y seguridad) fascina a los americanos (Fligstein es profesor en California-Berkeley), pero parece eludir a los propios europeos. ¿Hasta cuándo?

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miércoles, mayo 26, 2010

Puro teatro



Los investigadores tenemos reglas muy claras para presentar los resultados de nuestros estudios: empezamos con la introducción, la revisión de la literatura y el enunciado de las hipótesis; pasamos luego a la explicación del método, al análisis y a la interpretación de resultados, concluyendo con el reconocimiento de las limitaciones del estudio, y sugiriendo ideas para futuras investigaciones. No obstante, la tradición cualitativa heredera de la Escuela de Sociología de Chicago siempre ha insistido en la necesidad de que los informes antropológicos sean tan amenos como una novela. No en vano, el padre de dicha escuela, Robert Park, era reportero urbano de vocación y ponía títulos netamente periodísticos a las investigaciones sociológicas de sus colegas. Así lo recuerda Rolf Lindner en su delicioso ensayo The Reportage of urban culture: Robert Park and the Chicago School (Cambridge University Press, 1996), cuya lectura recomendamos encarecidamente.

El profesor Stephen Coleman, de la Universidad de Leeds, en colaboración con su colega Steve Bottoms, profesor de Teatro en la misma institución, ha ido un paso más allá. Está presentando los resultados de su investigación sobre las razones ciudadanas para la participación política en forma de obra de teatro. Así, las entrevistas con gentes de las más diversas condiciones (desde presidiarios a madres solteras, pasando por hombres de negocios o miembros de un club de golf) se dramatizan para el público en la obra Counted, que se representa estos días en la West Yorkshire Playhouse de la ciudad de Leeds, tras su estreno en Londres el pasado 15 de abril, en vísperas de las elecciones británicas.

La investigación de Coleman se publicará en forma de libro el año que viene, pero el profesor ya ha avanzado algunas de sus conclusiones en The Guardian: “Es sólo cuando la gente cree que puede cambiar las cosas a través de sus palabras, sus acciones y sus votos que la democracia adquiere un significado práctico.” Además, los ciudadanos sienten que el mero voto “es una conexión muy débil entre ellos y las personas que dicen representarlos.” Quieren algo más que “la posibilidad de marcar una cruz en un trozo de papel”, desean “información más fiable, oportunidades para la discusión pública, y participación en el diseño de las políticas públicas.” La democracia, sentencia Coleman, “no consiste sólo en estructuras, mecanismos y reglas, sino también en la sensación de ser reconocido y en la recompensa psicológica de tener la misma voz que los demás.”

El teatro ha sido desde sus inicios una válvula de escape para la denuncia social. Obras como Counted demuestran que también puede ser un vehículo original para la presentación de los resultados de una investigación etnográfica.

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martes, mayo 04, 2010

Rumores que matan

Los rumores han recibido escasa atención por parte de los investigadores en comunicación política. Quizá porque la propia naturaleza de las habladurías es sin duda particular: su origen suele ser tan desconocido como destructiva es su circulación. En el día en que la bolsa española se ha desplomado por los rumores de que España está en una situación no muy distinta a la de Grecia, viene a cuento dar noticia de la reciente publicación del libro de Cass R. Sunstein Rumorología: Cómo se difunden las falsedades, por qué nos las creemos y qué se puede hacer (Ed. Debate, 2010).

Sunstein es conocido entre los politólogos por sus estudios sobre la polarización política que favorece Internet, siendo el más citado de todos ellos el titulado Republic 2.0. En su nuevo libro, el jurista de la Universidad de Chicago reflexiona sobre la inusitada atención y credibilidad que recibieron habladurías como la que sugería que Obama no había nacido en territorio norteamericano, lo que lo habría descalificado como candidato a la presidencia de los Estados Unidos. El lector no podrá evitar recordar el reciente escándalo sobre la presunta recíproca infidelidad entre el presidente de la República Francesa, Nicolás Sarkozy, y su esposa, la cantante y modelo Carla Bruni.

Sunstein tiene en estos momentos la oportunidad y el reto de poner en práctica su recetario de soluciones para combatir los rumores. Es el Administrador de la Office of Information and Regulatory Affairs (OIRA), un organismo federal que vela por la calidad y accesibilidad de la información gubernamental. Curiosamente, como se refiere en la recensión que sobre su libro publicó la revista New Yorker, el propio Sunstein vivió en sus carnes una campaña que pretendía frenar su nombramiento como cargo oficial del Gobierno Obama.

Como apunte para la reflexión, convendría detenerse en el papel que ha podido jugar la prensa internacional en la súbita depreciación bursátil española. Nada de lo que publicaban el Herald Tribune o Les Echos esta mañana era una novedad (la renuencia de Zapatero a congelar los salarios públicos o a flexibilizar las normas que regulan el mercado laboral), pero la sorprendente coincidencia de varias noticias sobre el posible contagio español del virus griego ha precedido al desplome de la bolsa madrileña.

“Sólo la mentira necesita cómplices”, dice el sabio proverbio griego. La verdad se las arregla muy bien sola, pero a menudo triunfa demasiado tarde. Los rumores destruyen vidas y, a la vista de lo que ocurre en los mercados, haciendas. ¿Estamos ante una especie de propaganda negra de los especuladores, en la que en vez de arrojarse folletos desmoralizantes se sueltan habladurías destructivas? ¿O son los rumores en este caso un sano aviso, un anticipo de una dolorosa verdad que los gobiernos de la Europa meridional no quieren oír? En la mitología clásica, la figura de la Fama, ilustrada con una trompeta, es ambivalente: a veces es buena, a veces es mala. En ocasiones anuncia la buena reputación, en otras el escándalo.

Ante la crisis helena, en esta Europa pseudo-confederal de 27 Estados Miembros no ha habido un sólo líder que proclamase, cual Obama desafiante, un ‘We are in this together’ o un ‘We rise and fall as one’. A punto de cumplirse 60 años de la Declaración Schuman, los padres fundadores europeos, desde el Mount Rushmore que no tienen, observan apenados cómo el sueño de la Europa unida se tambalea.

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lunes, abril 19, 2010

La elección de Clegg

Tras su victoria en el primer debate televisado de la campaña electoral británica, el candidato liberal-demócrata Nick Clegg se la va a jugar de verdad en el segundo debate, que versará sobre política internacional. Aunque el joven líder insistirá en la necesidad de dotar más y mejor a las tropas británicas en Afganistán, Cameron no dudará en sacar a reducir el europeísmo de Clegg, pecado capital en la política isleña.

A día de hoy, el Reino Unido tiene más intercambios comerciales con Holanda que con toda la Commonwealth. En gran medida, las políticas liberalizadoras de Bruselas que tanto asustan a los franceses son de inspiración anglosajona. Sin embargo, el ciudano medio británico, el ‘little Englander’, ve todavía a la Unión Europea como una conspiración sovietizante que está socavando la soberanía y la democracia del país. Si para la mayoría de los mortales del continente la política bruselesca es un potente somnífero, en la pérfida Albión la amenaza de una ‘federación’ y un ‘super-Estado’ europeo se discuten en el té de las cinco. Y no les resulta muy difícil acusar de anti-democrático a un sistema creado a partir de tratados internacionales entre Estados que ha fallado el test de su rúbrica constitucional.

Clegg no podrá escudarse en la guerra contra el terrorismo y tendrá que coger el toro por los cuernos. Deberá situar el poder de la UE en los Estados y no en la Comisión o el Parlamento, a fin de corresponsabilizar al propio gobierno británico de los males a menudo atribuídos al ente llamado ‘Europa’. Podría explotar el presunto aislamiento internacional de un gabinete Tory tomando como evidencia la reciente ruptura de los Conservadores británicos con el Grupo Popular en el Parlamento Europeo, pero ese gesto satisface más que entristece a los británicos. Aún así, no estaría de más que recordase la marcha del influyente eurodiputado conservador Edward MacMillan-Scott, que tras una histórica trifulca con la dirección del partido se ha afiliado a los Liberal Democrats.

Gran Bretaña quiere cambio. Pero no parece confiar del todo en Cameron. De ahí que la mejor coalición posible, de haberla, sería entre los Conservadores y los Liberal Democrats. Estos últimos deben hacer caso omiso a los cantos de sirena de Gordon Brown y lanzar guiños cómplices desde ya a los Conservadores, con cuidado de no alienar a su base de votantes, en su mayoría mesocracias bastante idealistas. A día de hoy, el único político por el que los británicos votarían con una mayoría clara es Vince Cable, el candidato liberal-demócrata a ocupar el puesto de Chancellor of the Exchequer. Podríamos entonces imaginar a Cameron de Primer Ministro, Clegg de Ministro de Exteriores, Cable de Exchequer, y el resto del gabinete cedido a los Conservadores.

A los Laboristas les espera una larga travesía en el desierto. No hay que olvidar, sin embargo, que estas elecciones se juegan en circunscripciones unipersonales muy pequeñas, donde el trabajo individual del diputado (y sus redes clientelares) están por encima de la filiación partidaria. De ahí que quizá puedan mitigar el desastre inevitable.

The Times quiere un gobierno fuerte para tiempos difíciles. Desde los rascacielos de la City financiera se empieza a circular el rumor de que un gobierno de coalición bajaría la calificación de la deuda pública del Reino Unido. La coalición Tory-LibDem no puede explicitarse por anticipado, pero debe insinuarse a fin de ir ganando legitimidad entre el electorado. Si Cameron resucita, es probable que todo vuelva a su cauce y la coalición sea una pesadilla pasajera. Pero si Clegg sale vivo o incluso gana el segundo debate, Reino Unido iría camino de convertise en uno de esos gobiernos de compromiso tan comunes en ‘mainland Europe’. De eso a conducir por la derecha, hay un paso.

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sábado, abril 03, 2010

La crisis de la CNN

El canal todo-noticias por excelencia ha perdido casi la mitad de su audiencia en un año. El espacio de entrevistas del legendario Larry King reúne entre cuatro y cinco veces menos espectadores que su programa rival en Fox News, y en varias ocasiones ha perdido la batalla nocturna ante Rachel Maddow, presentadora del canal de noticias MSNBC (supuestamente de centro-izquierda).

La CNN se resiste a ideologizar sus noticias, pero el veredicto de la audiencia es claro: gana el partidismo, pierde la objetividad. Los analistas mediáticos se han apresurado a recomendar programas que visualicen el conflicto político con más claridad, bien resucitando el debate Crossfire, como propone Michael Calderone en Politico, o pidiendo a periodistas de izquierdas que analicen la actualidad de derechas y viceversa, como sugiere el profesor de la NYU Jay Rosen, quien también aboga por dar cancha a las opiniones libertarias con un programa diario.

Quizá la observación más aguda sea la de Michael Hirschorn para la New York Magazine: el problema de la CNN es su modelo. En un contexto de abundancia de información, su receta de noticias con un poco de análisis se ha quedado obsoleta. La información pura y dura no interesa, es redundante. En cambio, la tertulia radiofónica televisada sí crea adeptos, y encima es mucho más barata.

Algo similar parece detectarse en los primeros meses de vida de la TDT (televisión digital terrestre) en España. El programa de debate político El gato al agua (Intereconomía TV), que podría considerarse el equivalente español a la hora de Bill O’Reilly en la Fox News, cosecha más audiencia que todos sus rivales juntos, según datos citados por el blog ‘Viendo la Tele’.

En los estertores de la Guerra Fría, y durante los años 90, los académicos llegaron a acuñar el término ‘efecto CNN’ para referirse a la curiosa simbiosis entre la cobertura intensiva de crisis internacionales y la política exterior de los Estados Unidos. Ahora la pérdida de audiencia de la CNN frente a sus rivales más ideologizados pone una vez más sobre el tapete la discusión sobre las consecuencias de la polarización de la audiencia para la democracia y el periodismo convencional.

Para estudiar a fondo estas cuestiones, recomendamos la magistral tesis doctoral de Talia Stroud, Selective exposure to partisan information (University of Pennsylvania, 2006), así como su artículo de 2007 “Media Effects, Selective Exposure, and Fahrenheit 9/11” (Political Communication 24 (4): 415-432).

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viernes, marzo 26, 2010

Elisabeth Noelle-Neumann (1916-2010)

El Frankfurter Allgemeine Zeitung, su periódico favorito a la hora de escribir artículos o dar exclusivas, publica hoy viernes su obituario en primera plana. Elisabeth Noelle-Neumann, socióloga berlinesa famosa entre los estudiosos de la comunicación por su teoría de la espiral de silencio, fallecía el jueves, 25 de marzo de 2010, a los 93 años en la ciudad balneario de Allensbach, sede del famoso Institut für Demoskopie que fundó en 1947 junto a su primer marido, el político y periodista Enrich Neumann.

Asesora de referencia de los cancilleres demócrata-cristianos --desde Konrad Adenauer hasta la propia Angela Merkel, pasando por el que fue su íntimo amigo, Helmut Kohl-- Noelle-Neumann llegó a ser apodada como “la Sibila del Lago Constanza” o “la dama de las encuestas”. Su instituto demoscópico emplea en la actualidad a casi un centenar de trabajadores, a los que se suman unos dos mil entrevistadores a tiempo parcial. Durante años, Noelle-Neumann ha acertado con precisión los resultados de las elecciones alemanas, y ha indagado con sabiduría en las opiniones de la sociedad alemana, traumatizada por la herencia del Nazismo y la pérdida de su otra mitad para el bando comunista durante la Guerra Fría.

Al igual que ha ocurrido con otros alemanes ilustres como el politólogo Carl Schmitt o la cineasta Leni Niefenstahl, la brillantez de Noelle-Neumann ha sido maculada por su pasado nazi. Particularmente demoledoras para su imagen fueron las revelaciones del profesor de la American University Christopher Simpson, que en 1996 publicó un artículo en el Journal of Communication (algo así como la revista Nature para los comunicólogos) en el que se relacionaba la teoría de la espiral de silencio con la juventud filo-nazi de la autora, que llegó a trabajar a las órdenes de Goebbels en el periódico Das Reich de 1940 a 1942.

La teoría de la espiral de silencio sostiene que los individuos tendemos a ocultar nuestra opinión si pensamos que la mayoría de la gente alberga un parecer contrario al nuestro. Desde el punto de vista del propagandista, la clave está en controlar a las minorías vocales (los medios de comunicación y las élites). Su mayor proyección social hará que sus pensamientos parezcan los de la mayoría, los políticamente correctos, reprimiéndose así la opinión popular que, insconsciente de su auténtico carácter mayoritario, se retraerá o incluso convertirá al sentir que se intuye como triunfador.

Aunque el pasado nazi de Noelle-Neuman ya había trascendido en 1991 en un artículo de la revista Commentary firmado por Leo Bogart, otro gran investigador de la opinión pública, el impacto del artículo de Simpson fue aún mayor. Noelle-Neumann y Simpson se enzarzaron en un intenso debate cara a cara durante la conferencia anual de la International Communication Association de mayo de 1997, que tuvo lugar en Montreal, Canadá. Simpson colgó de la red, en una página todavía hoy activa, varios documentos sobre el pasado nazi de la autora.

En su defensa, Noelle-Neumann negó el carácter totalitario de su teoría. El que me haya podido inspirar en el ambiente en que vivía, dijo la autora, no significa que la teoría sea errónea. Noelle-Neumann dijo que nunca llegó a pertenencer al Partido Nazi, que se opuso a los nacional-socialistas desde dentro, y que el propio Goebells la echó del periódico tras escribir un artículo que el líder nazi consideraba demasiado favorable al presidente norteamericano Roosevelt.

Profesora emérita en la Universidad de Mainz, cuyo prestigioso Institut für Publizistik fundaría en 1966, Noelle-Neumann se doctoró en 1940 bajo las órdenes del histórico maestro de periodistas Emil Dovifat con una tesis sobre la investigación de la opinión pública en los Estados Unidos. Noelle-Neumann fue de hecho la persona que más hizo por traer a Europa los avances americanos en la demoscopía. Fundamental para su carrera sería su estancia en la Universidad de Missouri en 1937, durante la cual Noelle-Neumann conoció a George Gallup, quien un año antes había alcanzado la fama al predecir con asombrosa exactitud el resultado electoral de las presidenciales norteamericanas.

Elisabeth Noelle-Neumann, que desde la muerte de su segundo marido en 2000 prefería usar su apellido de soltera, Noelle, a secas, decía que no le importaba demasiado ser incomprendida. Los científicos, afirmaba, son como los artistas: tanto mejores si logran mantenerse como eternos ‘outsiders’.

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sábado, marzo 20, 2010

Encuentros de verano en Bilbao y Milán

Este verano de 2010 se presenta rico en convocatorias para los investigadores en comunicación política. Además de los cursos de verano de la Complutense que comentábamos hace un par de semanas, hemos de añadir ahora dos citas de gran relevancia. En primer lugar, el Encuentro Internacional de la Asociación de Comunicación Política (ACOP) que tendrá lugar en Bilbao del 17 al 19 de junio. En segundo lugar, la Escuela Internacional de Verano en Comunicación Política y Comportamiento Electoral, cuya segunda edición se celebrará en la Universidad de Milán del 5 al 9 de julio de 2010.

El encuentro de la ACOP en Bilbao se plantea como un cara a cara entre investigadores y profesionales, a fin de explorar qué pueden aprender los unos de los otros. Así, los tres días de conferencias combinarán la presencia de expertos en márketing político con ponencias a cargo de investigadores de la talla de Robert Entman (George Washington University), Wolfgang Donsbach (Technische Universität, Dresde) o Philippe Maarek (Universidad París XII), entre otros. Los investigadores en comunicación política tendrán la oportunidad de presentar sus trabajos ante este trío excelente en la jornada del día 19 de junio. La fecha límite para enviar propuestas es el 30 de marzo de 2010. Más información en la web de la ACOP.

La Escuela Internacional de Verano en Milán es académica al cien por cien. En este caso el diálogo será entre investigadores noveles y veteranos. A las lecciones magistrales de reconocidos académicos seguirán las presentaciones de las futuras promesas de la investigación en comunicación política. Entre los profesores invitados figuran Jay G. Blumler (Universidad de Leeds), Paolo Mancini (Universidad de Perugia), Barbara Pfetsch (Universidad Libre de Berlín), John Street (Universidad de East Anglia), Gianpietro Mazzoleni (Universidad de Milán), Claes de Vreese (Universidad de Ámsterdam) y Peter Dahlgren (Lund University). La fecha límite para envío de ponencias es el 8 de abril de 2010. Más información en la web de la Escuela Internacional de Verano.

Bilbao y Milán, ciudades unidas por su carácter norteño y posindustrial, tendrán otro punto en común este verano: ambas recibirán a destacados académicos en comunicación política.

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sábado, marzo 13, 2010

American University lanza un nuevo máster

Hay un nuevo chico en el barrio, un ‘new kid on the block’, que dirían al otro lado del charco. La American University de Washington, D.C. ha anunciado la puesta en marcha de un nuevo máster en Comunicación Política. Fruto de la colaboración entre sus escuelas de Comunicación y Asuntos Públicos, este programa de dos años destinado a formar consultores políticos y directores de campañas electorales se añade al competitivo paisaje de educación en comunicación política de la capital federal norteamericana. Tendrá enfrente a la George Washington University, con sus programas de máster en Political Management y Media & Public Affairs, o a la vecina University of Delaware, que este mismo otoño pondrá también en marcha su Center for Political Communication.

Como nota de interés, apuntamos que dos programas de maestría españoles incluyen estancias en universidades de Washington D.C. como parte de la formación que ofrecen a sus alumnos. El Máster en Comunicación Política e Institucional del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset ofrece dos intensas semanas en Georgetown University, mientras que el Máster en Comunicación Política y Corporativa de la Universidad de Navarra permite hasta cuatro semanas en la George Washington University. En ambos casos las clases se complementan con visitas institucionales.

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sábado, marzo 06, 2010

Cursos de verano en la Complutense

De los 150 cursos (!) que la Escuela Complutense de Verano ofrece el próximo mes de julio, hay dos que seguramente interesarán a nuestros lectores:

La nueva Comunicación Política: De la espectacularidad mediática y el ciudadano sentimental a la tecnopolítica, Internet y la ciberdemocracia” (5-30 de julio de 2010).
  • Dirigido por José Luis Dader y Javier del Rey, y coordinado por Eva Campos, el curso se desarrollará de 9 a 14 horas, de lunes a viernes, en la Universidad Complutense de Madrid. Se ofertan 40 plazas para unos alumnos que tendrán la oportunidad de visitar el ‘war room’ de la Moncloa.
  • Más información en la web de la Escuela de Verano Complutense, donde está accesible el programa en PDF. Haciendo honor a su temática, el curso cuenta con su propia web, así como con sendas cuentas en Facebook y Twitter.

Campañas electorales” (5-30 de julio de 2010).
  • Dirigido por Alejandro Pizarroso Quintero y Armando Recio García, y coordinado por Sofía Tarín Poveda, el curso discurrirá de lunes a viernes, de 9 de la mañana a 2 de la tarde. Se ofertan 25 plazas.
  • Más información en la web de la Escuela de Verano Complutense, que permite visualizar el programa completo en PDF.

Recordamos además que durante este mes de marzo la ciudad de Segovia se convertirá en la capital española de la comunicación política, ya que acogerá dos importantes congresos: Las Cuartas Jornadas sobre Comunicación Política, que este año llevan por título “La Campaña permanente” (Universidad de Valladolid, Campus de Segovia, 10 de marzo de 2010), y el simposio internacional ‘Transnational Connections: Challenges and Opportunities for Political Communication’ (IE University, Campus de Segovia, 24-25 de marzo de 2010).

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sábado, febrero 27, 2010

El telemaratón de Obama

Las crónicas dicen que el pasado jueves el presidente Obama reunió durante siete horas y media a demócratas y republicanos en un ‘Health Care Summit’ para debatir la reforma sanitaria en EE.UU. A uno le sobreviene la pregunta (nada académica) de si sus señorías tuvieron tiempo para ir al baño durante tan maratoniana jornada. La pasada noche, en el debate nocturno del Canal 24 Horas de Televisión Española conducido por el periodista Vicente Vallés, se comparaba la presunta transparencia del debate norteamericano con la opacidad de las reuniones del pacto anticrisis español, que tienen lugar en el Palacio de Zurbano (un claro intento, por cierto, de iconizar las reuniones, elevándolas al rango simbólico de los Pactos de la Moncloa de 1977).

La investigación académica ofrece interesantes hallazgos respecto a la efectividad y el efecto de las reuniones públicas frente a las privadas. La tesis doctoral del politólogo Daniel Naurin, publicada bajo el título Deliberation behind closed doors: Transparency and lobbying in the European Union (European Consortium for Political Research Press, 2008), pone a prueba el efecto civilizador de la publicidad. La teoría dice que en las reuniones a puerta cerrada los lobbies hacen valer sus intereses privados con descaro, mientras que en público estarían obligados a aquilatar sus argumentos con referencias al bien común. Tras comparar los comunicados de prensa de los lobbies europeos con su correspondencia privada con la Comisión Europea, Naurin descubrió que, en privado, los lobbies hacen continuas referencias al bienestar general de la población, mientras que en público ‘politizan’ su discurso. Es decir, expresan sin ambages los intereses del grupo al que representan. En conclusión: La publicidad de los debates no civiliza, sino que politiza las discusiones. La privacidad, en cambio, facilita el consenso entre las partes. En público, los negociadores han de teatralizar, exagerar sus posiciones, para que los grupos a los que representan no se sientan defraudados. En contra de lo que predice la teoría, es en privado, fuera de los focos, cuando más se tiene en cuenta el bienestar general. Es en privado cuando uno puede traicionar a los suyos para favorecer el bien común.

El telemaratón moderado por Obama no nos ofreció una ocasión única para acceder al auténtico discurso político de los representantes. Quizá, sin haber leído la tesis de Naurin, Obama sabe que la publicidad politiza. Apoyándonos en los argumentos de Jonathan Cohn, de la revista The New Republic, podríamos aventurar la siguiente hipótesis. Obama sabía que el debate no produciría consenso. El acceso universal a la salud requiere intervención estatal y, a corto plazo, más gasto público. Bajo los focos, los Republicanos jamás admitirán tal medida. Pero Obama buscaba esta negativa a la mayor de los Republicanos para sentirse legitimado para actuar en solitario. Intenté negociar con ustedes, dirá el presidente, pero fue imposible. No me queda más remedio que tirar del carro por mi cuenta. Obama habría teatralizado el debate para forzar su politización. Habría sido un intento de coger impulso para desatascar la tramitación legislativa de la reforma sanitaria. Como cuando uno remueve las brasas para que se avive el fuego. Naturalmente, habrá nuevos intentos (verdaderos) de lograr un consenso. Pero los Republicanos, aunque no lo admitan en público, lo harán más a gusto en privado.

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sábado, febrero 20, 2010

El futuro del periodismo: Visiones académicas

Los números más recientes de las revistas Journalism Studies (Vol. 11, No. 4) y Journalism Practice (Vol. 4, No. 3) recogen los mejores papers presentados durante la conferencia sobre el futuro del periodismo que se celebró en la Universidad de Cardiff en septiembre de 2009. Los respectivos índices de contenidos se refieren a continuación. Viene a cuento citar aquí un reciente artículo de la Chronicle of Higher Education americana (‘Academe and the decline of news media’, 15 de noviembre de 2009) en el que se recopilan las opiniones de destacados académicos sobre el ‘declive’ del periodismo.

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Journalism Studies (Vol. 11 - No. 4)
The Future of Journalism Special issue

FOREWORD, by Jay G. Blumler

INTRODUCTION, by Bob Franklin

PLENARY PAPER: The Future of Journalism, by James Curran

ARTICLES

  • The Past is Prologue: How 19th Century journalism might just save 21st Century newspapers, by Debra Reddin van Tuyll
  • Labour, New Media and the Institutional Restructuring of Journalism, by James R Compton and Paul Benedetti
  • From ‘Me’ to ‘We’: The changing construction of popular tabloid journalism, by Martin Conboy and John Steel
  • Rethinking (Again) The Future of Journalism Education, by Donica Mensing
  • The Shifting Cross Media News Landscape, by Kim Schroder and Bent Steeg Larsen
  • Rituals Of Transparency: Evaluating Online news outlets’ use of transparency rituals in the US, UK and Sweden, by Michael Karlsson
  • Journalism in Second Life, by Bonnie Brennen and Erika dela Cerna
  • The Form of Reports on US Newspaper Internet Sites, An update, by Kevin G. Barnhurst
  • The Gradual Disappearance of Foreign News on German Television: Is there a future for global, international, world or foreign news?, by Klaus-Dieter Altmeppen
  • The Future of Newsmagazines, by Carla Rodrigues Cardoso
  • Journalistic Elites in Post Communist Romania: From the heroes of the revolution to media moguls, by Mihai Coman
  • News From and In the ‘Dark Continent’: Afro-pessimism, news flows, global journalism and media regimes, by Arnold de Beer
  • The ‘Crisis’ in Journalism: Is Australia immune?, by Sally Young


Journalism Practice (Vol. 4 - No. 3)
The Future of Journalism Special issue

FOREWORD, by Jay G. Blumler

INTRODUCTION, by Bob Franklin

PLENARY PAPER: The Future of Journalism, by Bettina Peters

ARTICLES

  • From Credibility to Relevance: Towards a sociology of journalism’s “added value”, by Heikki Heikkila, Risto Kunelius and Laura Ruusunoksa
  • Exploring the Political-Economic Factors of Participatory Journalism: Self reports by online journalists in ten countries, by Marina Vujnovic, Jane B. Singer, Steve Paulussen, Ari Heinonen, Zvi Reich, Thorsten Quandt, Alfred Hermida and David Domingo
  • Twittering the News: The emergence of Ambient journalism, by Alfred Hermida
  • Competition, Complimentarity or Integration? The relationship between professional and participatory media, by Christoph Neuberger and Christian Nuernbergk
  • “We’re Going to Crack the World Open”: Wikileaks and the future of investigative reporting, by Lisa Lynch
  • Transparency and the New Ethics of Journalism, by Angela Phillips
  • The Development of Privacy Adjudications by the UK Press Complaints Commission and Their effects on the Future of Journalism, by Chris Frost
  • Letters From The Editor: American Journalists, the Internet and the future of Journalism, by Wendy Weinhold
  • Changes in Australian Newspapers 1959-2006 and Beyond, by Rodney Tiffen
  • The Impact of ‘Citizen Journalism’ on Chinese Media and Society, by Xin Xin
  • Not Really Enough: Foreign donors and journalism training in Ghana, Nigeria and Uganda, by Anya Schiffrin
  • Where Else is the Money? A study of innovation in online business models at Newspapers in Britain’s 66 Cities, by Francois Nel

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sábado, febrero 13, 2010

Schudson: Lo mejor está por venir

Internet no matará al periodismo. Simplemente, lo hará un poco diferente a como lo conocemos, y muy probablemente lo mejore. Así lo cree Michael Schudson, sociólogo del periodismo por excelencia en los Estados Unidos, que el pasado jueves, 11 de febrero, pronunció una conferencia sobre el futuro del periodismo de calidad en la Annenberg School for Communication and Journalism de la University of Southern California. A decir de Schudson, los ideales contemporáneos del reportero como vigilante del poder surgieron en la década de 1960, de ahí que cualquier presunto declive del periodismo lo sea en comparación con la era Watergate y la generación que la siguió. En 1945, Walter Lippmann -recuerda Schudson- cubría los discursos que él mismo escribía a los políticos. Hasta la guerra de Vietnam y la revuelta por los derechos civiles, la distancia entre el publicista y el periodista era casi nula.

En consonancia con otros autores como McChesney y Nichols, cuyo reciente libro comentábamos la semana pasada, Schudson defiende el subsidio estatal al periodismo, que pasaría a considerarse una actividad de bien público cuya dependencia financiera del Estado no habría de comprometer, necesariamente, su independencia profesional. “Un cuarteto de cuerda no tiene un plan de negocio”, dice Schudson. El profesor de la Universidad de Columbia considera que la financiación pública convivirá con la financiación comercial y filantrópica. Pero advierte: “Cualquier fuente de financiación es una fuente potencial de corrupción”.

Más información en la nota de prensa de la Annenberg-USC y en las notas del propio Schudson.

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sábado, enero 30, 2010

McChesney y Nichols: Cómo salvar al periodismo

El comunicólogo Bob McChesney y el periodista John Nichols no lo tienen fácil. Intentan convencer a los americanos de que la solución para salvar al periodismo son los subsidios públicos. Los autores del libro The death and life of American journalism: The media revolution that will begin the world again (Nation Books, 2010) dicen que los Estados Unidos deben seguir el ejemplo de Suecia, Dinamarca, Noruega y Reino Unido, donde el Estado subsidia el ejercicio del periodismo, una actividad no rentable comercialmente que ha de considerarse un ‘bien público’ subvencionable, como la educación o la sanidad.

Para McChesney y Nichols, la era del periodismo comercial (financiado con publicidad) es una anomalía histórica, no la norma, incluso en Estados Unidos. De hecho, defienden los autores, el crecimiento de la industria periodística en la joven república federal fue posible gracias a los subsidios gubernamentales al envío postal y a la impresión de periódicos. Ahora, debido a la revolución tecnológica, el mercado publicitario ya no necesita adjuntarse a las noticias periodísticas para promocionar sus productos. Puede hacerlo por sí solo a través de, por ejemplo, las redes sociales. El gran peligro para la democracia, dicen estos autores, es que al quedarse el periodismo huérfano de sus fuentes de financiación, el apetito popular por las noticias lo satisfagan el gobierno y las grandes corporaciones. Estamos en la antesala de un Estado de propaganda, advierten.

La era del periodismo comercial está tan arraigada en la patria de la libre empresa y la iniciativa individual que la idea del Estado subsidiando a su mayor crítico (la prensa) se antoja como una contradicción en sus términos. La solución no consistiría en echarse en los brazos del agotado Papá Estado, sino en encontrar un nuevo modelo de negocio para el periodismo en la era digital. McChesney y Nichols tienen también respuesta para este argumento. Dicen que el pago por visión de contenidos que anuncian el New York Times y los medios de Murdoch es una medida condenada al fracaso. Insisten en que es posible tener una prensa crítica aún cuando los salarios de los periodistas dependan del Estado. Habría que poner en marcha medidas de control institucionales para garantizar la independencia de los periodistas respecto al poder político. Suena a algo así como la libertad de cátedra de los profesores universitarios.

Curiosamente, el tipo de subsidio propuesto por McChesney y Nichols, el ‘voucher’ o cheque público, es una solución netamente americana. Es el contribuyente el que elige a quién se destina la parte de sus impuestos que el Estado dedica a financiar los medios. La medida recuerda a los ‘school vouchers’ (propuestos por el mismísimo George W. Bush, bestia negra para McChesney y colegas), unos certificados emitidos por el Estado que los padres utilizarían para pagar la escuela a la que decidiesen llevar a sus hijos.

El tratamiento puede ser discutible, pero el diagnóstico de los autores parece bastante acertado. No obstante, conviene recordar que Estados Unidos cuenta con un medio público exitoso, la National Public Radio, muy popular entre los votantes demócratas. Los ciudadanos que deciden contribuir a su financiación con donativos reciben detalladas cartas en las que se explica el destino de sus dineros. Todo un ejemplo de ‘accountability’, palabra que, no por casualidad, tiene difícil traducción al español. En la cultura anglosajona, ‘rendir cuentas’ es un acto de responsabilidad, no una obligación. Tampoco es casualidad que McChesney y Nichols se olviden de la Europa meridional a la hora de ensalzar los medios públicos europeos. Algunas ausencias –esto lo saben muy bien los periodistas de ayer y de hoy– son sonoras.

Más información:


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sábado, enero 23, 2010

La Evita que llegó del frío

Su aspecto no pasa desapercibido. Para los que desconozcan el atuendo típicamente ucraniano, Yulia Tymoshenko recuerda a la princesa Leia de la Guerra de las Galaxias. Sin embargo, el trenzado capilar de la que fuera uno de los iconos de la revolución naranja en diciembre de 2004 es solo el rasgo más visible del deliberado simbolismo nacionalista de un país que se debate, geográfica y políticamente, entre Europa y Asia.

Tymoshenko, que se verá las caras con su rival pro-ruso Viktor Yanukovich en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales ucranianas el próximo 7 de febrero, es la Evita que llegó del frío. Pocos la imaginan morena y con pelo largo, pero ése era precisamente su look antes de su iconización mediática. Representa supuestamente al occidente de las esencias ucranianas, pero sus orígenes se encuentran en el oriente rusófilo. Su camaleónica transformación, así como su estrategia de comunicación online, la convierten en el ejemplo más claro de neo-populismo eslavo. La hemos visto en la portada de la revista femenina Elle, subida a una moto futurista en chupa de cuero, y acariciando a un tigre bebé. En su web llegó a colgar un completísimo álbum con las fotos de la boda de su hija.

Entretenimientos aparte, los ucranianos están francamente decepcionados con el escaso impulso regenerador de la otrora prometedora revolución naranja. Ironías de la vida, Viktor Yanukovich, derrocado hace cinco años por aquel movimiento popular, lleva camino de conseguir todas las papeletas para relevar en el cargo, limpiamente y por medio de las urnas, a Viktor Yushchenko, ex pareja política de Tymoshenko en la Plaza de la Independencia de Kiev.

En cualquier caso, gane o pierda, la Evita del Este europeo tiene ya su lugar en los anales del neo-populismo.

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martes, enero 12, 2010

Conexiones transnacionales: Simposio en Segovia

El campus de IE University en Segovia reunirá a la élite de investigadores en comunicación política durante un simposio de dos días (24 y 25 de marzo de 2010) titulado Transnational Connections: Challenges and Opportunities for Political Communication. El objetivo es reflexionar sobre las posibilidades de fertilización mutua a ambos lados del Atlántico en lo que a investigación se refiere, comparando Europa y Estados Unidos.

Entre los ponentes figuran destacados académicos americanos como Bruce Bimber (UC, Santa Barbara), Shanto Iyengar (Stanford), Patricia Moy (University of Washington), Monroe Price (University of Pennsylvania), Hernando Rojas (University of Wisconsin, Madison), Andrew Rojecki (University of Illinois), Dietram Scheufele (University of Wisconsin, Madison) y Michael Xenos (Louisiana State University). También participarán Boguslawa Dobek-Ostrowska (University of Wroclaw), Janusz Reykowski (WSPS, Poland) y Yariv Tsfati (University of Haifa), entre otros.

En la organización de este encuentro colaboran la división de Comunicación Política de la International Communication Association (ICA), la World Association of Public Opinion Research (WAPOR), la European Communication Research and Education Association (ECREA), la International Political Science Association (IPSA), y el Center for Global Communication Studies de la Annenberg School for Communication (University of Pennsylvania).

Más información sobre el simposio en la web de la IE School of Communication.

Para estimular esa reflexión comparativa, desde este blog recomendamos nuevamente el siguiente artículo de Nick Anstead y Andrew Chadwick:

Anstead, Nick and Andrew Chadwick (October 2007) Parties, Election Campaigning and the Internet: Toward A Comparative Institutional Approach (RHUL PIR/NPCU Working Paper No.5).

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