martes, mayo 16, 2006

Branding político: Simposio en París

Los candidatos son una imagen de marca más. Compiten por la atención de los clientes/votantes en el mercado del info-entretenimiento. Son, en muchas ocasiones, indistinguibles de actores o cantantes. El próximo 29 de mayo, un simposio con expertos en comunicación política analizará en la Universidad Americana de París el fenómeno del political branding, esto es, la creación de la imagen de marca de los candidatos.

Bajo el título Branding Political Subjects: Contemporary Political Image-making, el encuentro reunirá en la capital gala a John Corner (Universidad de Liverpool), David Marshall (Northestern University, Boston, Estados Unidos), Adam Arvidson (Universidad de Amsterdam), y Andrea Semprini, especialista en creación de marcas.

El simposio está organizado por los profesores Jayson Harsin y Waddick Doyle, ambos de la Universidad Americana de París. La jornada es gratuita y abierta al público, pero los participantes deben confirmar su asistencia enviando un correo electrónico al profesor Harsin, indicado a continuación (nota: sustitúyase el “(at)” por una arroba, “@”):

jaysonharsin(at)yahoo.com

Estudios de caso

Desconozco si durante dicho simposio se abordará el estudio de casos particulares, pero a modo de aperitivo me atrevo a sugerir los siguientes:

  • José Luis Rodríguez Zapatero (España). Cuando el candidato del Partido Socialista a la presidencia del gobierno presentó su campaña para las elecciones generales del 2004, más de uno pensó que sus creativos publicitarios se habían vuelto locos. Identificaron a Zapatero con el acrónimo ZP, de gran calado popular, para lo bueno (reconocimiento) y para lo malo (mofa). Lo cierto es que, si atendemos estrictamente a uno de los indicadores de éxito de una marca (su recuerdo entre el público), el eslogan ZP fue todo un éxito. El triunfo del candidato-producto. Para los interesados en ahondar en dicha estrategia, recomendamos el libro del director de campaña de Zapatero, Juan Campmany, El efecto ZP (Editorial Planeta, Madrid, 2004).

  • George Galloway (Reino Unido). Único representante de la formación Respect en el Parlamento británico, Galloway participó a principios de año en Gran Hermano de Famosos (Celebrity Big Brother). Conocido por sus manifestaciones antibelicistas, Galloway justificaba su participación en el reality show como una manera de “llegar a la gente.” Su caso sea quizá el ejemplo más extremo de espectacularización política. Galloway es, digámoslo sin rodeos, el candidato-payaso.

  • Al Gore (Estados Unidos). Se rumorea que tiene intenciones de volver a presentarse como candidato demócrata en las elecciones de 2008. Conocido por su tecno-ecologismo, Gore se está prodigando en los medios. Ha sido portada en las revistas Vanity Fair y Wired y estos días promociona el estreno de su filme-denuncia, An Inconvenient Truth (2006), un documental dirigido por Davis Guggenheim en el que el antiguo vicepresidente alerta sobre los peligros del calentamiento global. En una reciente aparición en el legendario show Saturday Night Live, Gore se dirigía a sus conciudadanos como presidente y hacía un irónico repaso a la actualidad desde un ficticio despacho oval. El vídeo del sketch circula ahora de manera viral por Internet (probablemente era ese su objetivo). Cuando Gore se pone artista y el cantante Bono se pone filantrópico, las dos figuras se vuelven, en mi opinión, indistinguibles. Gore es el ejemplo del candidato-artista o candidato pop-star.

¿Cuáles son las consecuencias de este branding político para nuestro sistema democrático? Los expertos que el próximo 29 de mayo se reunirán en París prometen darnos la respuesta.

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1 comentario:

Ramiro dijo...

No olvides a Vicente Fox, Presidente de México, cuya estrategia mediática y de imagen lo hizo ganar en el 2000.

Puedes consultar información al respecto en el número 29 de la revista Razón y Palabra o usando tu enlace a Chasqui para leer el número 72

Saludos cordiales.