jueves, octubre 02, 2025

Toni Aira: los mitos siguen siendo cruciales en la era del logos

De izquierda a derecha: Iván Redondo, Toni Aira y Verónica Fumanal


“El paso del mito al logos aún no está resuelto”, afirmó el comunicólogo Toni Aira citando al filósofo Jorge Freire durante la presentación del libro Mitólogos: el arte de seducir a las masas (Debate), que tuvo lugar este miércoles en la librería Antonio Machado en Madrid. Acompañado de los consultores Iván Redondo y Verónica Fumanal, Aira atribuyó el éxito de los líderes políticos contemporáneos a su capacidad para encarnar mitos que hunden sus raíces en la Grecia clásica. Así, la imagen de Milei con su motosierra sería una nueva versión de Perseo sosteniendo la cabeza de Medusa, mientras que la gorra MAGA de Trump tendría las virtudes del casco alado de Hermes. Detrás de estos mitos estaría, cómo no, la mano de los spin doctors, esos asesores políticos cuyo estudio Aira ha impulsado de manera pionera.

Verónica Fumanal se mostró entusiasta acerca del libro: “he conectado con la manera en que retratas el mundo de la política hoy”, confesó a Aira, “un mundo vacío, polarizado, en el que quizá falta política real y hay exceso de comunicación”. Su lectura la llevó a formular una batería de preguntas: “En la era del individualismo neoliberal, donde creíamos gozar de una autonomía sin parangón, ¿estamos siendo más manipulados que nunca? ¿A quién le interesa que estemos extasiados por la dopamina que nos generan las redes sociales, sin tiempo para pensar o reflexionar? Los personajes histriónicos que dominan la agenda política, ¿nos indican que el líder institucional es ya cosa del pasado? ¿Por qué el hartazgo de los electores se traduce en un voto anti-político y no en abstención? ¿Por qué han renunciado los políticos a ofrecer orientación, esperanza y pertenencia? Los líderes, en fin, parecen estar más preparados para ser candidatos que para gestionar las instituciones. ¿Qué culpa tiene la comunicación política en ello?”

Iván Redondo, cuya arma demoscópica, Opina 360, acababa de publicar una encuesta que auguraba un crecimiento electoral de Vox sin precedentes, añadió un problema: “los órdenes son muy cortos”. Así como en su momento el crecimiento de Podemos anunció el fin del bipartidismo, una derecha radical fuerte podría dar lugar a un nuevo orden. Coincidió con Aira en la necesidad de crear mitos poderosos, ya que éstos son los que hacen posible “reunir una cuenca de votantes mínima para alcanzar el poder”. Los asesores políticos, afirmó, son ante todo estrategas. Así, cuando están en la oposición, para crear un mito ganador los consultores deben responder a tres preguntas: ¿qué es lo que quiere el elector? ¿qué es lo que quiere el partido? ¿qué es lo que quiere el candidato? Mientras que desde el gobierno deben preguntarse: ¿qué es lo que necesita el ciudadano? ¿qué es lo que necesita España? ¿qué es lo que necesita el presidente?

Aira expresó su preocupación por la socialización política de los jóvenes. A diferencia de la era de la televisión, que forzaba a los apáticos a conocer las figuras políticas antes de ver los deportes o el programa de variedades, en la era de las redes sociales es más fácil que nunca aislarse en una burbuja apolítica. “La tele te metía la política en casa aunque no te interesara”, insistió Aira, “ahora muchos de mis alumnos ignoran quién los gobierna, ni siquiera en su propio ayuntamiento”.

Redondo tomó el testigo de Aira para insistir en un aspecto clave en toda acción de comunicación: ¿quién es el público? “Nuestra España es la de Lamine Yamal y Alexia Putellas”, advirtió. En breve una mayoría de electores españoles tendrá padres o abuelos nacidos en el extranjero. Ante esta revolución demográfica, aparece la ola reaccionaria. Todas las democracias occidentales tienen en común el desafío del ascenso del autoritarismo, observó.

Fumanal se mostró preocupada por la ausencia de castigo al engaño. En una analogía entre la manipulación electoral con Inteligencia Artificial y el dopaje en el mundo del deporte, se preguntó: “si se engaña a la gente y no pasa nada, ¿quién no va a competir dopado? Si la ausencia de ética no tiene consecuencias, ¿qué incentivos tiene la política para no engañar a la gente?”

Ante este preocupante panorama, Toni Aira apostó por “educar la mirada”, siendo conscientes de que toda comunicación es interesada. “Estoy seguro de que el péndulo girará”, vaticinó, augurando un mundo en el que el interés de los asistentes a la presentación del libro se vea reflejado en una política de mayor nivel intelectual y dialéctico. 

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