viernes, mayo 31, 2013

Buscando al candidato europeo



Queda menos de un año para las próximas elecciones europeas. Se han adelantado de junio a mayo de 2014 para evitar que coincidan con la celebración del Pentecostés (festivo en algunos países de la Unión) y con las vacaciones playeras. Todo vale para incrementar una participación electoral que ha ido menguando a medida que se le concedían más competencias al Parlamento Europeo, con sedes en Bruselas y Estrasburgo. El proyecto europeo sigue adelante cuando es distante y elitista, y se da de bruces contra el suelo cuando intenta ser cercano y popular. Aún así, el próximo año se quiere poner en práctica un experimento de inducción institucional para favorecer la celebración de unas elecciones auténticamente europeas: los partidos nacionales indicarán su filiación a su homólogo pan-europeo y cada una de las familias (socialdemócratas, cristiano-demócratas, liberales, verdes, etc.) apoyará explícitamente a un candidato pan-europeo que aspirará a ocupar la presidencia de la Comisión Europea.

Los socialdemócratas ya han dejado caer el nombre del alemán Martin Schulz, actual presidente de la Eurocámara, como posible cabeza de su lista. Una lástima que no sea Helle Thorning-Schmidt, primera ministra danesa y una de las pocas razones por las que vale la pena prestar atención a las photo-calls de las soporíferas reuniones del Consejo Europeo.

El pasado mes de abril tuve la oportunidad de dar una clase sobre actualidad europea a los alumnos de un máster en Educación Cívica de la Universidad del Danubio en Krems, cerca de Viena. Les propuse dos ejercicios: dibujar el cartel electoral de ese candidato pan-europeo, y esbozar la portada de una revista pan-europea a la que bautizamos provisionalmente como Der Spiegel Europe. Los resultados fueron muy elocuentes.

Los carteles electorales se dividían en dos categorías: candidatos cosmopolitas y multilingües y candidatos ciborg.

Entre los primeros, mis alumnos austríacos proponían a Maria Vassilakou, concejala de Urbanismo en el Ayuntamiento de Viena. Su origen griego y su exitosa integración en el panorama político austriaco era para ellos la evidencia de que la unión de la Europa del sur y del norte es posible. También salió a la palestra el nombre de Karel Schwarzenberg, ministro de Asuntos Exteriores de la República Checa pero conocidísimo en Austria (donde vivió 40 años) por su pertenencia al linaje de los Habsburgo, antaño cabeza de un imperio multi-nacional.

Los candidatos-ciborg tenían todos algo de Margaret Thatcher, lo que supongo es una reclamación subliminal de los atributos ajenos a todo lo relacionado con EUropa: carisma y capacidad de decisión.

Los contenidos de la revista pan-europea eran casi todos económicos, lo que de nuevo revela otra condición de la Unión Europea: su identificación casi exclusiva con la economía. Mis alumnos no encontraban ninguna figura de un supuesto star-system europeo para aligerar los contenidos de una revista que ni los propios Eurominati serían capaces de leer sin bostezar.

Fue una clase sumamente productiva, porque nos indicó (a ellos y a mí) lo lejos que estamos de una Europa políticamente ‘normal’. No obstante, durante el ejercicio me dí cuenta de un rasgo que compartimos los europeos: llorar y emocionarnos ante la presencia de una bandera no es algo que envidiemos. “No creo que sea bueno ni deseable llegar a sentir lo que sienten los americanos por su bandera”, dijo de uno de los alumnos ante el asentimiento de sus compañeros. Lo que me recordó una de las observaciones del filósofo Bernard-Henri Lévy cuando se dispuso a seguir los pasos de Tocqueville para la revista The Atlantic:

“A thing which impressed me there, at the beginning, was the flood of American flags. Everywhere American flags. On the windows, on the shops, on the jackets, on the bicycles, on the cars. I am coming from a country where you never see a flag. I come from a country where to love the flag, or to feel an emotion in front of the flag, is considered as proof that you are a cuckoo and an idiot. And I arrived in a country where there are flags everywhere. My hypothesis is that it has something to do with the fragility of being a nation in this huge space of fifty states. People come from everywhere. The greatness of America is that being a nation has nothing to do with the evidence of the body. It has nothing to do even with the fact of having common roots in common ground. It has to do with an idea. It has to do with contracts. It is to want to be an American. We are not born American, we become American, and this creates a sort of uncertainness, a sort of fragility. Compensation for that is this extreme exhibition of the flag.”

Las elecciones europeas, como el propio euro, son la superposición de un sueño federal sobre una realidad que es, como mucho, una confederación. La elección ‘popular’ del presidente de la Comisión Europea es el enésimo intento de crear, a través de inducción institucional, a los europeos. También es otra ocasión, quizá de las últimas, para revivir la UE mediante aquello que es tan extraño a su ADN: lo explícito y lo popular.

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viernes, mayo 24, 2013

Kratos sin demos: Daniel Hannan en Madrid

El eurodiputado conservador Daniel Hannan, líder intelectual del euroescepticismo británico, estará en Madrid el viernes 31 de mayo para asistir a un almuerzo-coloquio con los antiguos alumnos de la escuela de negocios INSEAD. Hannan defiende la necesaria conexión entre democracia y nación, y entiende que la Unión Europea tiene poder (kratos) pero no un pueblo (demos) que se identifique con un ‘nosotros’ europeo, haciendo imposible una democracia a escala europea.

El Partido Conservador británico no ha hecho más que seguir la pauta avanzada por este joven político de atractiva oratoria. Para entender el euroescepticismo británico del siglo XXI no hay que escuchar a David Cameron, sino a Daniel Hannan, su verdadero ideólogo. En su libro-manifiesto, A Doomed Marriage: Britain and Europe (Notting Hill Editions, 2012) se opone a la idea de una federación europea y defiende una Europa de las Naciones (queda por saber si dicha Europa incluiría a las pequeñas naciones independizadas –ej. Cataluña o Escocia– o si se establecería un ‘umbral de viabilidad’ ponderando el tamaño de las naciones-estado, como proponían los primeros liberales).

Atrás quedaron los años de los británicos europeístas como el laborista David Marquand, que también publicaba hace poco un tratado de tono elegíaco, The End of the West: The Once and Future Europe (Princeton, 2011). Claro que Hannan no admite que se le defina como anti-europeísta, ya que para él el verdadero europeísmo consiste en la diversidad cultural y en la soberanía nacional.

A un año de las elecciones europeas de 2014, Richard Rose, profesor de la Universidad de Strathclyde en Glasgow, promete una visión equilibrada de las virtudes y fallas del proyecto europeo en su nuevo libro Representing Europeans: A pragmatic approach (Oxford, 2013). Dice que su obra disgustará por igual a federalistas y a euroescépticos. Ya tenemos lectura intelectual para el verano.

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jueves, mayo 23, 2013

Cita en Madrid: Ciberpolítica española

El Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (Plaza de la Marina Española, nº 9, Madrid) acogerá del 27 al 29 de mayo de 2013 la celebración de las segundas jornadas españolas sobre ciberpolítica, bajo la iniciativa del Departamento de Ciencia Política y Administración de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). A partir del blog del profesor Ramón Cotarelo reproducimos el programa de las jornadas:

PROGRAMA

Panel 1.- Campañas electorales. Ismael Crespo. (27/05: 16:00)
  • Ismael Crespo (Universidad de Murcia) Tendencias de la comunicación de campaña en América Latina.
  • Ana Belén Campillo. (Universidad de Murcia) La propaganda electoral tradicional en la era de las nuevas tecnologías.
  • Cristina Moreno. (Universidad de Murcia) La comunicación de políticas públicas en el marco de las campañas electorales. La política de inmigración en el caso de España.
  • Alberto Mora. (Fundación Ortega y Gasset) La influencia de los factores económicos en la popularidad del gobierno de José María Aznar (año 2000) y José Luis Rodríguez Zapatero (año 2011).
  • Antonio Garrido. (Universidad de Murcia) Networking y crowdsourcing en las modernas campañas digitales.
  • Antonia González. (Universidad de Murcia) El clima político preelectoral. La satisfacción con las instituciones y actores democráticos. El caso de España. 

Panel 2.- Gobierno y democracia electrónica. José Antonio Olmeda (28/05: 10:00)
  • Josep Reniu. (Universitat de Barcelona). Demasiados talones para un solo Aquiles. Los riesgos del voto electrónico.
  • Manuel Pedro Rodríguez Bolívar. (UGR). Accountability y transparencia de información financiera pública en la Web.
  • Ignacio Criado. (UAM). eGobierno en perspectiva comparada.
  • José A. Olmeda. (UNED). Mitología digital y democracia.

Panel 3.- Redes sociales.-Mari Luz Congosto  (28/05: 16:00)
  • Ismael Peña-López (UOC) Clictivismo en positivo: la política como reconocimiento de patrones y movimientos emergentes.
  • Montse Fernández (Fundación Ortega y Gasset) Análisis de redes en campaña electoral: técnicas, herramientas y métodos
  • Esteban Moro (UC3M) Evolución de las campañas electorales en Twitter: elecciones catalanas a los 2020 y 2012.
  • Pablo Aragón (Barna Media) Datanalysis 15M: Evolución del sistema-red 15M a través de topología de redes.

Panel 4.- Movilización Social. Ramón Adell Argilés. (29/05: 10:00)
  • Ramon Adell Argilés (UNED): Interacción de los espacios físicos y virtuales en la participación sociopolítica.
  • José Manuel Robles Morales (Universidad Complutense de Madrid): Movilización social a través de las  redes sociales. La política con Internet y la política en Internet.
  • Rosa Borge Bravo (Universitat Oberta de Catalunya) y Marc Esteve del Valle (IN-3): Partidos ‘alterados’: Cambios organizativos, NTICs para la participación y entorno de protesta en los partidos socialistas europeos. 
  • Carmen Haro Barba (Universidad Rey Juan Carlos), José Manuel Sánchez Duarte (URJC) y Víctor. F. Sampedro Blanco (URJC): Activismo digital en campaña. De V de Vivienda al 15-M.

Panel 5.- Comunicación política y opinión pública. Ramón Cotarelo (29/05: 16:00)
  • Luis Arroyo (Consultores de comunicación pública) ¿La ciberutopía era esto? Sofactivismo, pandillerismo, nueva censura y privatización del espacio público .
  • Ramón Cotarelo (UNED) Ciberorganizaciones, ciberpartidos.
  • Óscar G. Luengo (Universidad de Granada) Twitter vs medios tradicionales: la cobertura de la muerte de Hugo Chávez.
  • Víctor Sampedro (URJC), Perfiles y tipología de cibernautas en campaña electoral.

Gracias a @juanmanfredi por la pista.

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jueves, mayo 16, 2013

Saskia Sassen: Tras la penumbra de las categorías maestras

En octubre de 2005 tuve el honor de presentar como conferenciante inaugural del encuentro anual de la Association of Internet Researchers a Saskia Sassen, socióloga que acaba de ser galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales. Por su actualidad y por si es de utilidad para conocer un poco mejor a la premiada, reproduzco el texto de mi discurso epidíctico a continuación:
As a graduate student who admires her work, for me it’s a great honor to introduce Professor Saskia Sassen, the Ralph Lewis Professor of Sociology at the University of Chicago, and Centennial Visiting Professor at the London School of Economics. Professor Sassen is, and there is no exaggeration in it, one of the greatest sociologists of our time. She has addressed the key issues that are influencing our lives today, and she has done it with impressive mastery, fertilizing several disciplines across the social sciences.

Saskia Sassen is our keynote speaker today in a congress of Internet Researchers. And she is here in part because she is tracing the route that Sociology may follow in the study of information technologies as developments embedded in the culture and material space in which they operate.

But Professor Sassen could be the keynote speaker in a conference about urban sociology. Her famous book The Global City revealed us that the global economy is not such an immaterial reality, but a system rooted in a network of 40 cities that coordinate the flows of capital.

She could also be the principal lecturer in a congress of political science, international relations or economics. In her books Losing control: Sovereingty in an Age of Globalization and Globalization and their discontents, Saskia Sassen explained us how some components of the state sovereignty have been shifted to institutions and markets that go beyond the national.

Professor Sassen could be, as well, a keynote speaker in a congress about human rights and transnational migrations. In her book Guests and aliens she accomplished an ambitious history of migration in Europe over the last two hundred years. And, in doing so, she helped us understand the problem of present immigration. What we usually see as uncontrolled invasions of immigrants driven by poverty are nonetheless part of a highly structured flow that is better explained by the interactions between the rich and poor countries than by the internal conditions of the sending country.

Globalization, new technologies, the crisis of the nation-state, the problem of immigration… These are topics that affect our daily lives. One prove of the relevance of the work performed by Saskia Sassen is that everyday we can find news stories that relate to her books, and the good thing is that her books provide us with many answers to what we read on those stories. A few weeks ago, the Chicago Sun-Times run a series of stories about the extreme makeover of the Chicago downtown. This revitalization of the center of the city is in part due to the new demands of the class of global and high skilled professionals who, no matter how immaterial the information they manage is, they want to work and live in an environment designed by the trendiest architects. And we find this explanation in her book, the global city. Let’s put another example. In the past two weeks, two thousand African immigrants have stormed the borders between Morocco and Spain. The Spanish enclaves of Ceuta and Melilla, two small cities in the North of Africa, are seen as stepping stones to Europe by African migrants. The Spanish Government has asked for help to the European Union. In the meantime, it has deployed hundreds of police and soldiers, and has decided to build a third wall to try to keep immigrants out. This militarization of the national borders, and this national (and not transnational) way of dealing with immigration is addressed by Sassen in her book Guests and aliens. She suggests that we need a post-national policy to regulate immigration. And again, turning back to news, we knew that two days ago the Global Commission on International Migration has proposed something similar to a World Migration Organization that would have the mission of dealing with the international flows of humanity.

This imbrication between her research and the key issues of our time is not a mere coincidence. Sassen has written that, throughout her life as a researcher, she has thought of herself as a digger in the penumbra of master categories. The master categories are those big words, such as “global economy”, that are in the mind of everybody, but that precisely because of their pervasive presence, they tend to go unexplained. Sassen has written that, when she did her work on the global city, her aim was to dig in the penumbra that surrounded the master category of that thing called “the global economy”. And she found that the common representation of the global economy as a placeless space was not accurate. Our new economy is of course characterized by the extraordinary mobility of the capital, but it is precisely because of this elusiveness that the system needs specialized coordination centers in order to operate correctly. And these centers are the global cities. They are the roots of the global economy.

This ironic relation between the material and the immaterial is one of the recurring issues in her work. And it’s a relevant issue for us as Internet Researchers, because we often tend to fall in a fetishism of technology, as if new technologies were the single factors that explain the changes in our contemporary lives.

In her lecture today, Professor Sassen will be addressing some of the conclusions of a project aimed to develop a social science of information technology. As she writes on her recent book Digital Formations, sociology needs to think about technologies as embedded developments in the cultural and societal context within they exist and operate. The main objects of study of this sociology of the Information technology are the digital formations, defined as the information and communication structures that arise out of the intersection of technology and society. Examples of these formations are, as she writes on this recent book, the global capital market and the electronic activist networks. The interesting point here is that, depending on the institutional environment in which they grow, the technologies that sustain these digital formations can produce different outcomes: centralization in the case of the global market, and decentralization in the case of the activist networks.

The double face of technologies, their globality and their locality, the contradiction between their decentrazing potential and their (sometimes) centralized outcomes, is another reflection that permeates the academic work of Saskia Sassen.

But professor Sassen is not only interesting as a scholar, but also as a person. Her personality is relevant to explain her research, I think, at least for two reasons. The first is related to those master categories she wants to explain. She has defined herself as a researcher and a political activist, and it seems that some of her research endeavors are driven by the issues that matter to her as a citizen. In her forthcoming book Territory, Authority and Rights: From Medieval to Global Assemblages, Sassen addresses the power shifts within the liberal state, in particular those that happened here in the US since the 1970s. The Executive branch has gained increasing power and now dominates the legislative and the judiciary divisions. The Government increases the secrecy of its actions, just in a moment in which citizens are losing their privacy. These concerns as a citizen have guided in part the writing of her new book.

The second reason why her personality is important to explain her research may be found in her biography. If you look at some of her biographical details, you end up with the feeling that she was predestined to be one of the most authorized voices in globalization. Because Saskia Sassen has been, and she is, a global citizen. She was born in The Hague, in The Netherlands, but soon she went with her parents to Buenos Aires, in Argentina, where she was raised in five languages. She spent part of her youth in Italy and France. Even when she came to the US to continue her fruitful career as a scholar, she has been in constant movement. From the University of Notre Dame, in Indiana, where she obtained her Ph.D., to Harvard University, where she was a post-doctoral fellow; from Columbia University, where she was a professor of Urban Planning, to the University of Chicago, where she teaches and does research now. She herself is the best example of that mobility of human capital that she has studied so much and well.

If you don’t mind, I would like to end this presentation with a personal anecdote. In May this year I was sitting on the train reading the newspaper. A story about the coming elections in the UK reported on a survey that asked Britons a question that called my attention. The question was something like: “If you had to sit on a train for an hour long trip, which of the candidates would you like to find on your side?”. I found the question very original, and I formulated it to myself, but with professors instead of politicians: “If I had to sit on a train for a long trip, which professor would I like to find on my side?”. Of course, I confess that I came up with some professors I wouldn’t like to find there. But, of course, I also came up with a wish list, and professor Saskia Sassen was part of my dream team of contemporary sociologists. So I guess that dreams come true in a very strange way. I’m going to listen to Saskia Sassen, but in train full with three hundred passengers! Well, this might be even better than in my dream because, as they say in my village:

“Shared pleasure, double pleasure”.

So please, join me in welcoming professor Saskia Sassen to our conference.

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viernes, mayo 10, 2013

Craig Calhoun en Madrid: Transformación o caos

Meses después del colapso de Lehman Brothers los líderes mundiales urgieron una “refundación del capitalismo” que salvase a la economía de mercado de su hiperbólica financiarización. En la tarde de ayer, el reconocido sociólogo Craig Calhoun, recién nombrado rector de la London School of Economics and Political Science (LSE), indagó en el futuro del capitalismo durante una conferencia auspiciada por la Fundación Ramón Areces. Calhoun sostiene que el capitalismo sobrevivirá si consigue transformarse en una versión más sostenible de sí mismo. De lo contrario podría producirse un caos en el que el capitalismo fuese “un sistema entre muchos” y una larguísima transición hacia un nuevo régimen cuyos rasgos todavía no se intuyen. “No creo que a la hipotética muerte del capitalismo siguiese una revolución o la implantación de un sistema socialista”, afirmó el sociólogo, “sino una larga transición similar a la que medió entre el feudalismo y la era de los estados-nación.” Preguntado por la solución a la crisis europea, Calhoun ve posible una mayor integración de la eurozona, pero al coste de una (todavía) mayor ausencia de legitimidad popular de las instituciones europeas.

Seguimos hablando de ‘crisis’, observa el rector de la LSE, pero estamos viviendo algo más. El gran crack del 2008 se alarga más de la cuenta (está durando más que el de 1929), hasta el extremo de que Calhoun y otros colegas están a punto de publicar un libro bajo el título ¿Tiene futuro el capitalismo? (Does capitalism have a future? Oxford, 2013). A juicio de Calhoun, el capitalismo no “colapsará”, sino que muy probablemente se transforme en algo diferente a lo que conocemos. El crack actual se explica, dice, por la extraordinaria financiarización de la economía, que a través de créditos y derivados conectó como nunca los destinos del planeta. “Se ha hablado mucho de la expresión ‘too large to fail’ --demasiado grande para caer--, pero en realidad deberíamos hablar de ‘too connected to fail’ --demasiado conectados para caer--.”

Según Calhoun, el capitalismo está sometido a cuatro tipos de amenazas:

1.- Riegos sistémicos. En 2008, el 75% de la economía estadounidense estaba volcada en los activos financieros. La proporción era inversa en 1970, con tan solo un 25% de la actividad económica dependía del crédito y sus derivados. La financiarización ofrece dinero barato para los innovadores, pero ha creado una gran interconexión global que convierte a las crisis locales y regionales en crisis planetarias. “Estamos todavía demasiado interconectados, y este aspecto está todavía sin regular”, dice Calhoun. “Tenemos mucha legislación, por ejemplo, sobre la producción de alimentos, pero la regulación financiera es muy liviana. Una de las razones de esta carencia es la propia movilidad del capital: el dinero puede huir de las legislaciones locales muy fácilmente.”

2.- Déficits institucionales. El capitalismo depende de un contrato social implícito fundamentado en dos pilares: a) el crecimiento no tiene límite y b) los beneficios del crecimiento se distribuyen entre la población. “El capitalismo está perdiendo legitimidad”, apunta Calhoun, “porque se está revelando incapaz de cumplir ese contrato, ya que los beneficios se quedan en manos de unos pocos.” Citando de nuevo cifras de Estados Unidos, el sociólogo ilustró la creciente desigualdad desde los años 70. Por aquel entonces, la desigualdad salarial entre el más rico y el más pobre se situaba en una proporción de 25 a 1. Ahora, el guarismo se sitúa en 600 a 1. Esta desigualdad retributiva corre pareja al debilitamiento de las estructuras del estado de bienestar, al que cada vez le cuesta más paliar las crisis de desempleo.

3.- Límites al crecimiento. El capitalismo, dice Calhoun, es un régimen de externalización: internaliza los beneficios y externaliza los costes. “En ciudades como Beijing o Shanghái vemos las bondades del crecimiento, pero también la degradación ambiental asociada al mismo”, afirma el sociólogo. El capitalismo se está dando de bruces con la escasez de recursos: de tierra, de energía, de minerales… y con el cambio climático.

4.- Amenazas contextuales. El comercio ilegal y el blanqueo de capitales, del que Chipre era el ejemplo paradigmático, supone un cuarto del volumen total de la economía mundial. A una mayor evasión fiscal, menor capacidad de los estados para soportar los daños colaterales de la crisis. Porque si algo ha demostrado el crack de 2008, dice Calhoun aludiendo al título de uno de sus libros más conocidos, es que “las naciones importan”. La interconexión del capitalismo financiero nos había hecho creer que la pertenencia no importaba, que todos éramos ciudadanos del mundo. Pero hemos visto que, cuando se trata de sufrir la crisis, la distribución del sufrimiento se ha organizado de manera nacional, y nacional ha sido también la capacidad institucional de respuesta a la propia crisis.

El desencanto con los partidos políticos y las instituciones es muy semejante al que precedió la llegada del fascismo, y así lo recordó uno de los asistentes a la conferencia en el turno de preguntas. Calhoun admitió el paralelismo, pero dijo que no creía en la vuelta del fascismo. Sí manifestó su preocupación por movimientos como el Tea Party o el Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo: “estos movimientos son anti-políticos. No quieren gobernar, sino que hacen política en contra de la política.” Preguntado por el sistema que podría reemplazar al capitalismo contemporáneo, Calhoun se mostró cauto: “la transición del feudalismo al capitalismo no fue instantánea, sino que duró tres siglos. Tuvimos guerras de religión y quiebras de imperios, como el español. Si el capitalismo entra en declive, seguirá un largo periodo de conflictos que intentarán conseguir algún tipo de estabilidad.” En cuanto a la reforma fiscal de la UE, Calhoun dice que está bloqueada por motivos políticos. “En esta ocasión los responsables no han sido la tecnocracia ni la burocracia bruselense, sino estados como Alemania, que están empeñados en preservar las instituciones financieras existentes en Europa.” Posición no muy distinta a la que manifiesta el profesor de economía de Harvard Alberto Alesina en una entrevista publicada hoy por el diario El Mundo.

Neo-medievalismo y economía Mad Max son, pues, las tendencias de futuro. El capitalismo, desde luego, ya no es lo que era.

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Nota: El audio de la conferencia puede descargarse aquí.

Relacionado: Entrevista a Craig Calhoun en El País (5 de mayo de 2013).

miércoles, mayo 01, 2013

More than a woman



Margaret Thatcher fue pionera en muchos sentidos, y la película que precedió en unos meses a su fallecimiento lo refleja en varias secuencias. Ideologías aparte, fue una mujer vigorosa en un terreno de hombres melifluos. Los aseos del Palacio de Westminster no estaban preparados para las mujeres. Tampoco el público estaba preparado para escuchar una voz aguda que tuvo que agravar con mucho entrenamiento. Quizá el momento más emocionante, que indica en buena medida su triunfo como mujer, ocurre cuando le comunica a sus padres su admisión en una universidad de élite. Su padre conoce la medida de ese éxito. Su madre no, y se vuelve para fregar la loza. Sorprende también cómo empieza el romance con el que sería su marido: ella le dice claramente que desea seguir una carrera política y que no necesitará un hombre que la mantenga, sino un compañero que ha de prepararse para un viaje vital muy movidito.

El mundo laboral sigue siendo injusto para las mujeres, con una desiguladad salarial que persiste en la primera década del siglo XXI. Pero en este Día del Trabajo conviene recordar que en Estados Unidos las mujeres representan ya la mayoría de la fuerza laboral. Sí, hay más mujeres que hombres trabajando. En muchas familias se reproduce la frase que muchos susurraban cuando veían a Thatcher con su marido: “She’s the man.”

En comunicación política, Thatcher también fue pionera. El famoso cartel de la agencia Saatchi and Saatchi, “Labour isn’t working”, uno de sus favoritos, supuso la definitiva adopción de técnicas publicitarias por los estrategas de campañas electorales. Thatcher presidencializó la política británica, como recordaba el periodista Charlie Beckett recientemente. Se convirtió en Lady Britannia, la versión isleña de la Marianne francesa.

Así como muchos políticos carecen de un ideario político y son los consultores los que tratan de construírselo, a Thatcher le sobraban ideas y convicción. Lo único que tenían que hacer los consultores era traducir en lenguaje comprensible una filosofía clara: la de que una sociedad de pequeños propietarios sería una sociedad más próspera que una subsidiada y atenazada por los líderes sindicales. Todos los ciudadanos podrían ser ahora partícipes del capitalismo, como se transmitía en el famoso anuncio “Tell Sid”, en el que se publicitaba la privatización de British Gas y la posibilidad de formar parte de su accionariado.

Thatcher también estaba sobrada de aptitudes retóricas. Su discurso de Brujas de 1988 es la mayor invectiva conocida contra la que ella consideraba una deriva federalista y estatalista de la Comunidad Europea. En la respuesta corta Thatcher era implacable. Cuando un periodista australiano le transmitió el clamor popular contra sus políticas, Thatcher le dio la vuelta al calcetín pidiéndole al periodista que aclarase cuándo, dónde, y quién se le había quejado en la calle.

Amada y odiada en igual medida, es a la vez diosa neo-liberal y avanzadilla del apocalipsis que empezó con la quiebra de Lehman Brothers en 2008. Thatcher generaba en sus enemigos la impotencia y la rabia del rival todopoderoso. Pero la Dama de Hierro era humana. Además de la enfermedad del olvido, tuvo que soportar la soledad y el riesgo del revolucionario que acaba siendo devorado por sus hijos. Fue tan transgresora que, incluso, hay quien la considera un icono gay. Irónica e involuntaria victoria la suya: todos somos un poco propietarios de Thatcher. Incluso sus enemigos.

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