martes, diciembre 23, 2008

Nuevos medios y participación política: Seminario en Barcelona

Nunca antes como ahora la famosa proclama de John Lennon de “empezar una revolución desde la cama” fue tan realista. Mientras la tradicional militancia en partidos políticos está en declive, afloran nuevas manifestaciones de intervención en la esfera pública como los flash mobs o los vídeos satíricos en YouTube. Analizar si Internet está abriendo nuevas avenidas para la participación política será el tema central del seminario de investigación “Citizen Politics: Are the New Media Reshaping Political Engagement?”, que tendrá lugar en Barcelona del 28 al 30 de mayo de 2009, organizado por los responsables del proyecto POLNET (Participación Política e Internet en España). Las propuestas de papers han de enviarse antes del 9 de febrero de 2009 a la siguiente dirección: laia.jorba[arroba]uab.cat. La aceptación de las propuestas se notificará el 20 de febrero, mientras que la fecha límite para la remisión de las versiones definitivas de los papers admitidos será el 1 de mayo. Entre los invitados estrella al seminario figuran Bruce Bimber, Rachel Gibson, Brian Krueger y Caroline Tolbert.

Según consta en la web del proyecto, “POLNET analiza el impacto del uso de Internet sobre la participación política en España. En él participan investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona, de la Universidad Abierta de Cataluña, del European University Institute y de la Universidad de California (Irvine), bajo la coordinación de Eva Anduiza.”

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miércoles, diciembre 10, 2008

Cultura digital y movimientos sociales

El estudio de los activistas que asistían a las convocatorias web de Howard Dean en su campaña para las primarias demócratas en 2004 reveló dos aspectos sorprendentes: La mitad de los participantes no tenían experiencia política alguna, y casi todos se habían enterado de la existencia de los meetups del candidato a través de Internet, sin mediación personal de ningún tipo (Hindman, 2005). Se contradecía así lo sabido hasta el momento: Que la mayoría de los activistas políticos son viejos veteranos, y que casi todos llegan al activismo a través de contactos personales (amigos o familiares).

La campaña de Howard Dean cuestionaba, pues, las tesis más conservadoras sobre el papel de las nuevas tecnologías de la comunicación en el compromiso político: En 2004, Internet fue la (principal, a veces única) vía de entrada a la política para jóvenes (y no tan jóvenes) sin experiencia previa en campañas electorales.

¿Cuál es el papel que juega Internet en la captación de potenciales activistas? ¿Cuál es el ambiente informacional en el que se mueven? ¿Cuál es la motivación que les lleva a entrar en contacto con la campaña de un candidato casi desconocido? Una vez se convierten en voluntarios, ¿qué papel juega Internet en la retención de su compromiso político?

Todas estas preguntas se aplicaron al estudio empírico de una campaña demócrata a las elecciones legislativas de Estados Unidos en 2006. “Activismo político en la era digital: El empleo de internet para el compromiso político en las convocatorias web” es el título del capítulo escrito por este corresponsal y el profesor Steve Jones, de la Universidad de Illinois en Chicago, y publicado en el libro Cultura digital y movimientos sociales, coordinado por los profesores Igor Sábada y Ángel Gordo (Ed. Catarata, Madrid, 2008).

El libro se presentará el próximo viernes 12 de diciembre de 2008, a las 11 de la mañana en el Salón Néstor del Hotel NH Prado (Plaza Cánovas del Castillo, 4, Madrid). Intevendrán Mayte Pascual, periodista de TVE y una de las autoras del libro, e Igor Sádaba y Ángel Gordo, también autores y coordinadores de la publicación. El índice de contenidos y el capítulo introductorio están disponibles aquí.

Referencias:

Hindman, Matthew. 2005. “The real lessons of Howard Dean: Reflections on the first digital campaign.” Perspectives on Politics, 3(1):121-128.


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jueves, diciembre 04, 2008

Obama no triunfaría en Europa

Los partidos políticos europeos están fascinados con el fenómeno Obama. Todo candidato que se precie ha de lucir ahora una web interactiva, adornada con los recursos de la llamada Web 2.0. Los consultores políticos reciben encargos del estilo “Hazme una web como la de Obama, a ver si se me pega algo.” Pero la americanización de las campañas electorales europeas se limita al personalismo del candidato. La auténtica revolución de la campaña de Obama (los voluntarios) tiene pocos visos de encontrar su réplica a este lado del Atlántico.

En un capítulo en el que comparan las campañas americanas con las británicas, Anstead y Chadwick (2008) advierten del peso del contexto institucional en la aplicación política de las tecnologías de la comunicación. Tanto en el Reino Unido como en España, el ejecutivo depende de una mayoría parlamentaria, que es la que elige al presidente del gobierno. En Estados Unidos, son los electores (no el Parlamento) quien elige al presidente. Cualquier ciudadano norteamericano nacido en Estados Unidos puede presentar su candidatura a la presidencia. En España uno ha de ser miembro de un determinado partido (y tener el pago de las cuotas al día, dicen los estatutos del PSOE) para poder optar a que el propio partido lo elija como candidato. En las primarias presidenciales norteamericanas, cualquier ciudadano registrado como votante puede participar. En España, el PSOE introdujo las primarias tras su derrota en las generales de 1996, pero sólo los militantes del partido (y no cualquier ciudadano) pudieron participar en la elección del candidato socialista. El ganador, Josep Borrell, resultó no ser del agrado del aparato, y finalmente no concurrió como candidato en las generales del 2000. El corsé del partido no es privativo de España. En el Reino Unido, el que sería alcalde de Londres, Ken Livingstone, también ganó las primarias laboristas para competir por la alcaldía de la capital británica. El partido lo vetó, y tuvo que ganar las elecciones municipales como candidato independiente (Hopkin, 2001).

En Europa, ha escrito algún politólogo, los partidos pertenecen más al Estado que a la sociedad civil. La hipermediatización de la política prima al candidato telegénico, es innegable. Pero la americanización de las campañas europeas acaba ahí. Ni Facebook, ni YouTube, ni Twitter, ni los blogs nos darán un Obama europeo.

Referencias:

Anstead, Nick and Andrew Chadwick (October 2007) Parties, Election Campaigning and the Internet: Toward A Comparative Institutional Approach (RHUL PIR/NPCU Working Paper No.5).

Hopkin, Jonathan (2001) Bringing the members back in? Democratizing candidate selection in Britain and Spain. Party politics, 7 (3). pp. 343-361

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