El periódico Milenio (Guadalajara, México), publica una entrevista con Sonia Colin, la experta en márketing político que dirigió la estrategia de comunicación para los hispanos en la campaña presidencial de George W. Bush en 2000. Colin explica que los latinos han dejado de comportarse como un bloque electoral que votaba sólo a los Demócratas. En las elecciones presidenciales de 2000 un tercio de los hispanos votaron a Bush, y en las de 2004 casi la mitad (un 44 por ciento) lo reeligieron como presidente.
La cuestión de la asimilación cultural de los latinos al mainstream gringo es asunto recurrente en el debate periodístico e intelectual de Estados Unidos. El hecho de que la población hispana se divida entre Demócratas y Republicanos se considera algo positivo, un síntoma de integración, de normalidad. Es curioso comprobar cómo el segundo bloque étnico más importante en Estados Unidos, el conformado por los afroamericanos, sigue siendo fiel al partido Demócrata, hasta el punto de que Kerry ganó el voto negro por un margen del 80 por ciento. Sin embargo, su ventaja con respecto a Bush en el voto latino fue sólo del 10 por ciento. Si aceptamos el reparto equitativo del voto entre Demócratas y Republicanos como un síntoma de asimilación, se concluye que los hispanos están más integrados en la sociedad norteamericana que los negros. En un reciente editorial, la revista The Economist (6 de agosto de 2005, Vol. 376, Issue 8438), alertaba a los afroamericanos de los peligros de esta apuesta ciega por el partido Demócrata, que invita a los Republicanos a no proponer alternativas reales en su beneficio.
Resulta interesante observar que, a pesar de esta rápida asimilación de los latinos al sistema político estadounidense, numerosas voces (en los medios y en la academia) alertan del peligro de la reconquista hispana. El más significado crítico de la creciente influencia de los latinos en Estados Unidos es Samuel P. Huntington. La publicación de su artículo “The Hispanic Challenge” en la revista Foreign Policy (marzo/abril 2004) desató un encendido debate sobre la integración cultural de los hispanos en los Estados Unidos. Huntington sostiene que la incesante inmigración latina amenaza con dividir al país en dos culturas (la protestante y la católica) y en dos lenguas (el inglés y el español). Según este autor, la cultura americana fue definida por los colonos anglo-protestantes de los los siglos XVII y XVIII, que trajeron a Estados Unidos valores tan importantes como el individualismo y la ética del trabajo. Los latinos suponen un desafío a estos valores, porque a decir de Huntington los hispanos son desconfiados, no tienen iniciativa y viven bajo la pesada losa del fatalismo, la creencia de que no vale la pena planear el futuro porque el destino no está en nuestras manos.
¿Está Huntington en lo cierto? ¿Son los valores político-culturales de los latinos una afrenta a la identidad norteamericana? La literatura científica parece contradecir las afirmaciones del profesor de Harvard. Rodolfo O. de la Garza, profesor de la Universidad de Columbia en Nueva York, publicó un par de estudios que cuestionan las teorías de Huntington.
El primer trabajo (1) medía la integración de los hispanos de origen mexicano (que a su vez representan el 60 por ciento de los latinos) evaluando su aceptación de tres valores considerados netamente americanos: su disposición a hablar inglés, su tolerancia política y su confianza en las instituciones. Los mexicano-americanos estaban mayoritariamente de acuerdo en que el inglés debería ser conocido por todos los habitantes de Estados Unidos e incluso revelaron más confianza en las instituciones que los anglos. Los datos relativos a la tolerancia política no ofrecían resultados claros.
El segundo estudio (2) halló que los latinos de origen mexicano son tanto o más individualistas y patriotas que los anglos. De la Garza concluía que los mexicano-americanos se estaban incorporando al mainstream norteamericano de una manera más rápida que los inmigrantes europeos del siglo XX.
La amplia repercusión del ensayo de Huntington hizo que el debate sobre la asimilación cultural de los latinos saltara de las revistas académicas a las publicaciones de carácter general. En un artículo publicado en el diario The Texas Observer, David Montejano acusaba a Huntington de ocultar deliberadamente datos que contrariaban sus tesis, como el hecho de que son cada día más los hispanos que se casan con personas que no pertencen a su grupo étnico.
Los resultados de estudios elaborados por organizaciones como el Pew Hispanic Center y el Tomás Rivera Policy Institute no parecen apoyar los argumentos de Huntington. Casi nadie en la tercera generación de hispanos (los nacidos en Estados Unidos cuyos padres son también norteamericanos) tienen al español como su lengua principal y dos tercios prefieren consumir medios de comunicación en inglés antes que los medios en español.
Con una población cercana a los 40 millones de personas, representando el 15 por ciento de la población total de Estados Unidos, los latinos son ya la primera minoría étnica del país. No son un bloque homogéneo. Es de suponer que entre el mexicano que trabaja en la cocina del Burger King y el cubano que conduce tres coches de lujo en Miami hay muchas diferencias. Pero quizá les una la confianza en un futuro mejor que el presente, y tal vez ambos piensen que el camino para lograrlo es el trabajo diario. Ése es el Sueño Americano, y los expertos en comunicación política, trabajen para Demócratas o Republicanos, lo saben muy bien.
Notas:
(1) De la Garza, Rodolfo O.; Falcon, Angelo; Garcia, Chris F. and Garcia, John. 1994. Mexican immigrants, Mexican Americans, and American political culture. In Edmonston, Barry and Passel, Jeffrey S., editors. 1994. Immigration and ethnicity: the integration of
(2) De la Garza, Rodolfo O.; Falcon, Angelo and Garcia, F. Chris. May 1996. Will the real Americans please stand up: Anglo and Mexican-American support of core American political values. American Journal of Political Science, Vol. 40, No. 2, pp. 335-351.
Lecturas recomendadas:
De la Garza, Rodolfo O. 2004. Latino Politics. Annnual Review of Political Sicence, No.7, pp. 91-123.
De la Garza, Rodolfo O. October/December, 2004. Los latinos y la política estadounidense contemporánea. Vanguardia Dossier 13, pp. 54-57.
DeSipio, Loius. May 2003. Latino viewing choices: Bilingual television viewers and the language choices they make. The Tomás Rivera Policy Institute.
Huntington, Samuel P. (March/April, 2004). The Hispanic challenge. Foreign Policy, pp. 30-45.
Montejano, August 13, 2004. Who is Samuel P. Huntington? The
The Pew Hispanic Center/Kaiser Family Foundation 2004 National Survey of Latinos: Politics and Civic Engagement.
Ramos, Jorge. October/December, 2004. Por qué los hispanos son distintos. Vanguardia Dossier 13, pp. 54-57.
Suro, Roberto. April 2004. Changing channels and crisscrossing cultures: A survey of Latinos on the news media.
Tags: comunicacionpolitica, latinos, hispanos, huntington.
1 comentario:
Es bastante obvio que la comunidad hispana se integre a la vida cotidiana y política norteamericana. Los latinos que emigran a EEUU lo hacen por el desencanto que sienten por las pocas posibilidades de progreso ecónomico que les ofrecen sus respectivos gobiernos latinoamericanos. Así que aquellos que abandonan sus hogares para buscar suerte en EEUU se encuentran viviendo al máximo el sueño americano, como mejor pueden, y saben que tienen adaptarse o regresar a sus países con el rabo entre las piernas; a diferencia del americano anglosajón al que se le ha dado todo en bandeja, no valora lo que tiene y no aprovecha las posibilidades que tiene ante sus narices (educación, por ejemplo). Es sumamente penoso que se persiga a los inmigrantes latinos hoy en día en Estados Unidos; el país de la estatua de la libertad, que recibe y acoge a aquellos que escapan de la opresión; ésta creo que es, señoras y señores, una de las hipocresías más grandes que se pueden ver en el mundo actual.
Sólo basta con ver los disturbios en Francia y conocer un poco la historia del imperio romano para ver que sucede cuando se trata mal a los huéspedes de un país.
Slent Enigma
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