Alastair Campbell, el polémico ex director de comunicación del primer ministro británico Tony Blair, será el invitado estrella de la cuarta edición del Seminario Internacional de Comunicación Política y Electoral organizado por la Universidad George Washington y la compañía de consultoría política Mas Consulting Group. Las jornadas, que centrarán su atención en el papel de las tecnologías de la información en los procesos electorales, tendrán lugar en Madrid los días 29 y 30 de noviembre de 2005.
El programa del seminario ofrece, a mi modo de ver, dos grandes puntos de interés:
1. Campbell, el Maquiavelo de Downing Street
Su rostro aparece en el diccionario cuando uno busca la definición del término “spin doctor”, vocablo anglosajón que alude a aquellos asesores políticos o jefes de prensa que llaman a los periodistas para sugerirles de qué forma deben tratar un asunto y cómo deben enmarcarlo. Los spin doctors son expertos en darle la vuelta a situaciones comprometidas para los gobiernos, y a menudo confeccionan los argumentarios ideológicos del poder ejecutivo. Alastair Campbell dejó la prensa sensacionalista británica para convertirse en el portavoz del candidato Blair y posteriormente en su jefe de prensa. Siempre se le atribuyó una influencia clave en las decisiones de Downing Street, hasta el punto de considerársele el primer ministro en la sombra. Campbell dimitió tras el trágico suicidio del científico David Kelly, la fuente de las informaciones publicadas por un periodista de la BBC, Andrew Guilligan, en las que se revelaba que el gobierno británico había exagerado intencionadamente un informe sobre las armas de destrucción masiva iraquíes. Si el lector desea refrescar la memoria sobre el culebrón Campbell-Kelly-Guilligan, recomiendo la lectura de un reportaje publicado por John Cassidy en la revista New Yorker el 8 de diciembre de 2003. Una entrevista con el autor del artículo está también disponible en la versión electrónica de la revista. Por cierto, la charla de Campbell se titula “La comunicación gubernamental en Sociedad de la Información”.
Un inciso: David Mathieson, periodista y asesor de Robin Cook en el ministerio de Asuntos Exteriores británico, también dará una conferencia. Me intriga saber qué tipo de relación existe entre Campbell, artífice del argumentario pro-belicista de Blair, y el asesor de Cook, ministro que dimitió en protesta por la guerra de Irak. Mathieson publicó un artículo en The Guardian el día después de las elecciones generales del 14 de marzo en el que alababa la reacción de los votantes españoles ante los intentos de manipulación mediática inducidos por el gobierno y “apoyados por un aparato mediático estatal del que Vladimir Putin estaría orgulloso”, según sus palabras.
2. El uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (teléfono móvil e Internet) en la movilización política
Julie Barko, subdirectora del Institute of Politics, Democracy & Internet (IPDI) de la George Washington University hablará sobre el uso de la telefonía móvil en la comunicación política. Supongo que se referirá a las conclusiones de un seminario sobre el tema celebrado por su instituto el pasado 13 de septiembre.
Será interesante saber qué lecciones al respecto nos puede dar Estados Unidos, país en el que la cultura del móvil presenta importantes diferencias con respecto a Europa, especialmente en lo que se refiere al envío de mensajes de texto.
Rick Davis, director de campaña de John McCain 2000, Nicco Melle, webmaster de la campaña de Howard Dean 2004 y Justin Germany, de la e-campaña Bush-Cheney 2004, ofrecerán su visión del papel de Internet en las campañas electorales. McCain fue el primer candidato que ensayó las posibilidades de la red, y Dean fue quien las desplegó en todo su esplendor. En el caso de Dean la red fue fundamental para reclutar voluntarios (especialmente a través de los meetups) y para recaudar fondos. En el mejor artículo que he leído sobre la campaña de Dean (escrito por Matthew Hindan, titulado “The Real Lessons of Howard Dean: Reflections on the First Digital Campaign” y publicado en Perspectives on Politics, Volume 3, Issue 01, marzo 2005, pp 121-128.) se afirma que la web no sirve para captar al votante indeciso, pero ha sido revolucionaria en la movilización de los votantes convencidos. La innovación que Internet aporta a la comunicación política no reside en el business to client (las relaciones entre el candidato y la masa de votantes) sino en el business to business (las relaciones entre el candidato y sus simpatizantes).
De nuevo, convendría hacer distinciones culturales. En Estados Unidos la financianción de las campañas electorales depende en gran medida de los donantes afines al partido o al candidato. En España la financiación de las campañas electorales es esencialmente pública. En mi opinión, el peso del individuo en la financiación de campañas electorales en Estados Unidos es un arma de doble filo: se abre la puerta a los intereses particulares, al clientelismo y a la corrupción, pero también se implica más al ciudadano medio en los procesos políticos. Eso fue lo que ocurrió con Dean. Las historias de personas que vendieron su bicicleta para donar dinero a su campaña electoral son elocuentes.
En España los partidos políticos podrían utilizar la red (de hecho ya lo hacen) para la movilización de sus simpatizantes. Pero el otro aspecto de la revolución Dean, el de la financiación a cargo de pequeñas sumas de dinero de una amplia masa de ciudadanos, es intrínsecamente americano y no exportable al contexto español.
Durante las jornadas también se abordarán otros asuntos, como el e-Gobierno (la administración pública en la era de Internet), la influencia de los blogs en la política, y los desafíos de la prensa digital en España.
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