martes, diciembre 04, 2018

El padre de todo esto

Crédito de la ilustración: Sciences Humaines, 2015

Buena parte del pedigrí científico de la comunicación política se lo debemos a un refugiado. Como él mismo bromeaba cuando al otro lado del teléfono alguien identificaba su fuerte acento germánico, “sí, no vine aquí a bordo del Mayflower”. Paul Felix Lazarsfeld llegó a Estados Unidos en 1933 con una beca Rockefeller y ya no regresaría, al menos de forma permanente, a su Austria natal. A Estados Unidos se llevó su saber matemático, que aplicaría a la sociología y al estudio de los medios de comunicación en particular. Su teoría de los efectos limitados, apoyada en el hallazgo del ‘two step flow’, mediante el cual los líderes comunitarios ejercían el papel de grandes vendedores al por menor de los argumentos propagados por la prensa o la radio, tuvo tal influencia que llegó a tenerse por el paradigma dominante. Ello a pesar de la oposición que encontró en sociólogos como los Lang de Chicago, que siempre acusarían a Lazarsfeld de minimizar el impacto social de los medios.

A unos metros de la icónica Iglesia Votiva se encuentra el Departamento de Sociología de la Universidad de Viena, donde tiene asiento el archivo Lazarsfeld, cuyos documentos descansan en la compañía de los de Paul Neurath, discípulo suyo que jugaría un papel fundamental a la hora de abrir el archivo en 1983. A decir verdad la mayoría de los papeles que en él se encuentran son fotocopias de los originales depositados en la Universidad de Columbia en Nueva York a la muerte de Lazarsfeld. Pero Neurath fue lo suficientemente inteligente e insistente para, mediante el apoyo del Ministerio de Educación austríaco y la Universidad de Viena, adquirir la biblioteca de trabajo del genio vienés de su viuda (y tercera esposa), Patricia Kendall.



Durante el mes de noviembre tuve la oportunidad de visitar el archivo. Sorprende desde el primer momento la actualidad de sus investigaciones. Sus pioneros estudios sobre la radio se preguntan qué es lo que hace que un programa de radio sea exitoso, y si la radio es una salvaguarda de la democracia o una plataforma para el fascismo. Preocupaban mucho los programas educativos, que competían con su ‘showmanship’ con el magisterio de los profesores en el aula. No es difícil imaginar a las estrellas de la radio como los modernos youtubers. Las preocupaciones sobre las implicaciones socio-políticas de la radio podrían trasladarse a internet y no perderían vigencia.

Doctor en matemáticas, Lazarsfeld se murió sin que los estudiantes de sociología tuvieran toda la formación cuantitativa que él demandaba para formalizar las ciencias sociales. Pero, aún así, el instituto de investigación que logró establecer en Columbia, el Bureau of Applied Social Research, fue pionero en la puesta en práctica de técnicas de investigación que aún hoy en día no dominamos plenamente los investigadores de la comunicación política:
  • La técnica del panel: encuestas a la misma muestra para observar la evolución de su opinión.
  • El ‘program analyzer’: un curioso artilugio compuesto por dos botones (‘me gusta’, ‘me desagrada’) que los oyentes de radio podían presionar mientras escuchaban un programa. Hoy en día se utiliza ampliamente, en su versión digital, para estudiar los debates electorales. 
  • El análisis de contenido.
  • La entrevista focal, en su versión individual y grupal (el focus group), para indagar en las gratificaciones de los oyentes de radio.

Como es sabido, Lazarsfeld fue el pionero de la investigación de las redes sociales. Su famosa trilogía sobre la influencia personal e impersonal (mediática) en la decisión de voto (The people’s choice, Voting y Personal influence) culminó con el intento de rastrear las redes de influencia hasta encontrar al líder de opinión local, algo que no siempre se conseguía y que alimentaría las críticas a sus trabajos, que en cualquier caso gozaban de una sofisticación metodológica difícil de replicar incluso hoy en día.




El archivo de Lazarsfeld contiene cartas y notas remitidas a sus colaboradores, a los órganos de gobierno de su universidad o a las fundaciones que financiaban sus proyectos. Es muy probable que este tipo de documentación no la conservemos en el futuro, dada la evanescencia de toda la información digital. Resulta divertido calcular a cuánto equivaldrían a día de hoy los salarios que él mismo se ponía como director, así como los honorarios de sus colaboradores. Y resulta también sorprendente que la mayoría del trabajo duro lo llevaran a cabo mujeres, bien como entrevistadoras o como procesadoras de los datos alojados en tarjetas perforadas.

Lazarsfeld es a los estudios de comunicación lo que Darwin a la biología o Einstein a la física. Fue el padre de todo esto que llamamos comunicación política. Y fue, conviene recordarlo en estos tiempos, un refugiado con acento extranjero.

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