“Does the media become any better when it becomes more participatory?” (“¿Mejoran los medios en algo cuando se vuelven más participativos?”). Con esta pregunta del profesor Stephen Coleman, de la Universidad de Leeds, arrancó el pasado lunes la conferencia “Broadcast News and the Active Citizen”, una jornada que consiguió reunir en el corazón de Inglaterra a destacados profesionales e investigadores de los medios de comunicación.
Peter Horrocks, jefe de redacción de la BBC, afirmó que los periodistas se toman en serio las reacciones de sus audiencias, pero reconoció las dificultades para analizar con calma las miles de contribuciones diarias que los lectores envían a las webs de la BBC. Su intervención, publicada íntegramente en el blog de los editores de la cadena británica, se abrió con una anécdota reveladora: Tras el asesinato de la líder paquistaní Benazir Bhutto, la BBC decidió cerrar el foro que comentaba la muerte de la antigua primera ministra de Paquistán. Horrocks temía que el apoyo popular que recibieron varios comentarios anti-islámicos pudiese entenderse como parte de la opinión editorial de la propia cadena. A fin de no alienar a parte de su audiencia, la BBC optó por cerrar el foro.
Paradójicamente, en lugar de hacer los medios más plurales, abrir la participación a los lectores los puede convertir en contenedores de opiniones extremistas, poco representativas de su propia audiencia. Quizá porque aquellos lectores con más motivaciones para expresar públicamente sus opiniones suelen encontrarse, en su mayoría, en los polos del espectro político. Tal vez el ejemplo sea un tanto extremo (el islamismo es un tema delicado, susceptible de levantar pasiones en un contexto histórico como el actual, en el que se cometen masacres terroristas en nombre del Islam). Pero el dilema moral para el periodista está ahí: ¿Es legítimo cerrar un foro de los lectores cuando las opiniones expresadas pueden resultar ofensivas? ¿Acaso no resulta peligroso para la propia democracia silenciar estas opiniones? ¿Qué valor se le deben dar a las aportaciones de los lectores cuando –según cuenta el propio Horrocks- menos del uno por ciento de la audiencia de la web de la BBC contribuye con sus comentarios?
Desde el bando académico destacó la intervención de Nick Couldry, profesor en el Goldsmiths College de la Universidad de Londres. Presentó un resumen de su investigación sobre la conexión del público con, valga la redundancia, los asuntos públicos. Publicado en forma de libro, el informe concluye que la mayoría de ciudadanos mantiene una conexión con lo público, y que dicha conexión se sostiene fundamentalmente a través del consumo de medios de comunicación. La mayoría de la población dice estar bastante preocupada por determinados asuntos públicos, pero dice no saber cómo actuar para hacer frente a esos problemas. Casi todos los ciudadanos consultados dijeron que sí disponían de lugares para hablar sobre política. Sin embargo, no encontraban la manera de establecer un vínculo entre conversación y acción.
Los medios, pues, no parecen ser el enlace entre información y acción que la mayoría impotente demanda. Pero quizá no sea ésa su función. ¿O sí?
Technorati Tags: politicalcommunication, political communication, comunicacionpolitica, comunicación política, leeds.
No hay comentarios:
Publicar un comentario