sábado, marzo 25, 2006

Hillary tiene algo especial

Los resultados del experimento sobre el impacto de la imagen de los candidatos en los votantes, elaborado por el Laboratorio de Comunicación Política de la Universidad de Stanford con la colaboración del Washington Post, ya están disponibles. La convocatoria para participar en el experimento online se realizó desde la columna del periodista Richard Morin. Unos 2.200 lectores respondieron al cuestionario en el que se les preguntaba por su opinión acerca de un candidato cuya imagen se había manipulado con la finalidad de ofrecer un cierto grado de familiaridad con un político famoso. El objetivo del experimento era saber si un mayor parecido con un político muy conocido se correspondía con una opinión más favorable hacia el candidato.

Los responsables del experimento tomaron como imagen de partida la cara de dos candidatos desconocidos fuera de sus respectivos distritos electorales, la congresista republicana Mary Bono (de California) y el demócrata Ed Case (de Hawaii). Sus retratos fueron sometidos a dos grados de manipulación (dos niveles de morphing), introduciendo un 20 o un 40 por ciento de la imagen de otro político de más renombre, como la senadora demócrata Hillary Clinton o el senador republicano John McCain. A modo de control, se utilizaron también las imágenes de candidatos desconocidos, como el senador Evan Bayh (demócrata, Indiana) o la senadora Kay Hutchinson (republicana, Texas). Los participantes del experimento se encontraban con la imagen de un candidato ficticio (Paul o Paula Vaughan, dependiendo si el retrato manipulado era de un hombre o una mujer) cuya imagen era un compuesto de la cara de uno de los dos candidatos de partida (Bono o Case) y la cara de un candidato conocido (Clinton o McCain) o desconocido (Bayh o Hutchinson).

Resultado: El parecido con Hillary Clinton “evoca un amplio abanico de sentimientos positivos entre los participantes del estudio. La mera sugerencia de la presencia de Hillary Clinton es suficiente para estimular el apoyo hacia un candidato desconocido.” Sin embargo, el parecido con McCain o con Rudolph Giuliani (la cara del antiguo alcalde de Nueva York fue otro de los rostros famosos utilizados en el estudio) no produce ese efecto. Conclusión: Hillary tiene algo especial.

Los autores del experimento reconocen limitaciones en su estudio: los lectores del Washington Post no son representativos de la población en general (sólo una minoría de los participantes se declararon republicanos). Quizá sería bueno replicar el estudio utilizando un diario conservador como el Washington Times, para saber si el efecto Clinton es negativo entre una audiencia mayoritariamente republicana. Suponemos que la senadora por Nueva York, a la que se le atribuyen ambiciones presidenciales, estaría encantada de conocer los resultados.

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1 comentario:

stel dijo...

Buenas!
por casualidad descubrí este blog y me parece muy interesante!!
Quería comentarte un par de cosas ya que te dejo un post. Veamos, yo estudio Publicidad y Relaciones Públicas, y mi trabajo de fin de carrera analiza la comunicación que llevan a cabo las juventudes de los partidos políticos en Cataluña (puesto que analizarlo en el ámbito español salía de los objetivos a conseguir). Total, a parte de la opinión al respecto, quería preguntarte si puedes recomendarme algun sitio en la red que pueda hablar del tema o algun libro, ya que me encuentro que sobre el papel de las juventudes políticas hay muy poca bibliografía.
Muchísimas gracias!