Destapar escándalos y comprobar la veracidad de las afirmaciones de los políticos. Estas son las dos funciones principales que Matthew Hindman, politólogo de la Arizona State University, atribuye a la blogosfera política (1).
Hindman es crítico con aquellos que otorgan a los blogs la capacidad de hacer audible la voz del ciudadano corriente en el discurso político. Tener voz no es lo mismo que ser escuchado, recuerda Hindman. En su libro de próxima aparición, The Myth of Digital Democracy (Princeton University Press, 2008), Hindman demuestra que los blogs más leídos son los de autores que resultan tener una formación muy superior a la de los columnistas de la prensa tradicional, desmontándose así la teoría de que la red hace audible la voz del ciudadano común. A todo esto debemos sumar los resultados de las encuestas más recientes, que revelan que las fuentes de información política más demandadas por los ciudadanos en Internet son las versiones electrónicas medios de comunicación convencionales.
Tras un periodo inicial de euforia tecnofílica, llega la hora de reflexionar sobre las ventajas y limitaciones de la llamada esfera pública online. Dos consultores del Partido Demócrata, Lowell Feld y Nate Wilcox están en plena promoción de su libro NetRoots Rising: How a Citizen Army of Bloggers and Online Activists Is Changing American Politics (Greenwood, 2008). No se dejen embelesar por el canto de estas dos sirenas. Escúchenlas, pero lean también a Hindman.
Notas:
(1) Hindman, M. 2008. “What is the Online Public Sphere Good For?” En The Hyperlinked Society: Questioning Connections in the Digital Age, editado por Joe Turow and Lokman Tsui. University of Michigan Press, pp. 268-288.
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