jueves, octubre 26, 2006

Las nuevas caras del populismo

Ségolène Royal, la favorita para encabezar la lista de los socialistas en las próximas elecciones francesas, ha sido acusada de populismo al proponer la existencia de “jurados ciudadanos” que se encargarían de velar por la rectitud del Gobierno francés. El diario conservador Le Figaro, informa The Times, ha comparado los jurados de Royal con los soviets the la Revolución Bolchevique.

La candidata francesa aboga por más participación ciudadana el las decisiones gubernamentales como antídoto contra el hastío y la desconfianza que para muchos votantes provoca la política formal. Su propuesta no es nueva, y no está exenta de riesgos, como recuerdan sus oponentes. En el fondo, estamos ante el antiguo dilema entre representación y democracia directa. En este blog ya hemos defendido nuestra preferencia por el gobierno representativo, el menor de los males en una sociedad demasiado grande y demasiado compleja como para gobernarse sin mediación. Pero lo que ha llamado nuestra atención esta vez es la acusación de populismo. Royal, simplemente, apuesta por acentuar el poder del pueblo, base de la democracia. Sin embargo, como ya alertó deToqueville, la democracia debe atemperarse con el respeto hacia las minorías, a fin de evitar la dictadura de las mayorías. Demasiado poder popular puede ser dañino para la propia democracia. El otro extremo, la concentración de poder en los representantes, también presenta peligros. Los partidos de las democracias occidentales buscan como locos candidatos que puedan exhibir liderazgo y carisma. Sin embargo, cuando ese liderazgo se sostiene en la apelación a los bajos instintos del público (el miedo al extranjero, la envidia al poderoso), se roza la demagogia.

Tres lecturas, accesibles online, nos ofrecen interesantes perspectivas sobre ese fenómeno tan común y a la vez tan difícil de definir: el populismo.

  • Edward Rothstein: “It's a complicated dance between strong leadership and the popular will”, The New York Times, 17 de abril de 2006.
    Rothstein reflexiona sobre la borrosa linea divisoria entre liderazgo y demagogia a propósito de la celebración de una conferencia titulada “Statesmen and Demagogues: Democratic Leadership in Political Thought” (Hombres de estado y demagogos: Liderazgo democrático en el pensamiento político” en la Universidad de Yale. Particularmente interesante resulta la observación de Jeffrey Tulis, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Texas en Austin: El liderazgo político suele presentarse cuando el orden democrático está en peligro, y así ocurrió en los casos de Abraham Licoln, Winston Churchill y Franklin Delano Roosevelt.
  • The Economist: “The return of populism”, The Economist, 12 de abril de 2006.
    En la que quizá sea una de las mejores y más sucintas explicaciones sobre el populismo, The Economist indaga en las causas y disecciona los componentes de esta filosofía política: Movilización masiva, uso intensivo de los medios de comunicación de masas, apelaciones nacionalistas, liderazgo militar… Con especial atención al caso latinoamericano, el artículo incluye una relación de las fuentes empleadas en su redacción. Imprescindible.
  • Franklin Foer: “The talented Mr. Chávez”, The Atlantic Monthly, mayo de 2006.
    Foer ofrece un completo perfil biográfico del presidente de Venezuela. Su “socialismo del siglo XXI”, su “sistema protagonista”, su política internacional “pluri-polar” y sus estrategias comunicativas son objeto de un completo análisis.

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